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29 Marzo 2024, Puebla, México.

Kenichi Muray: El historiador de los pioneros japoneses de México

Historia |#54acd2 | 2018-07-29 00:00:00

Kenichi Muray: El historiador de los pioneros japoneses de México

Sergio Hernández Galindo

Kenichi Muray fue uno de los cientos de miles de emigrantes pobres que buscaron en América un mejor futuro. La historia de Muray, como la de todos los inmigrantes, de por sí es muy interesante. Kenichi procedía de la prefectura de Shiga y llegó a México en el año de 1923 a la edad de 22 años. La primera década de su estancia la pasó en el estado de Chiapas y después de un breve viaje a Japón en 1928, cuando se casa con Shige Kobory, regresa a México para establecerse en la ciudad de Orizaba, Veracruz. En esa localidad abrirá su propio negocio junto con su esposa, una mercería y sedería denominada La Japonesa que tendría gran éxito y sobrevivirá, incluso en plena guerra, durante varias décadas.

En este artículo, sin embargo, me concentraré en detallar no la vida de Muray, sino más bien abordaré su obra, el legado que nos ha dejado al recuperar las historias de los pioneros que llegaron a México a inicios del siglo XX.

En el ocaso de su vida, Muray se dedicó de lleno a visitar personalmente a los inmigrantes pioneros que aún vivían en México. Consideraba a esas personas como “los poseedores de la historia viva de la migración… como tesoros vivientes que han resistido los vientos y las heladas”. Así los describe Muray en una carta que envió en el año de 1969 al cónsul del Japón en México, Tadakazu Itoh.

A partir de 1970, y hasta poco antes de su muerte cinco años después, Muray se entregó con gran entusiasmo a entrevistar personalmente a los inmigrantes mayores de 80 años. El compromiso que se echó a cuestas representó toda una hazaña pues visitó a cerca de 140 pioneros. Los “tesoros vivientes” eran los portadores de los secretos y de las circunstancias en que llegaron los pioneros; para develarlos y conocerlos, Muray tuvo que viajar desde Baja California a Yucatán para entrevistarlos debido a que muchos de ellos no vivían en la ciudad de México.

Las historias que poco a poco Muray fue rescatando en los últimos cinco años de su vida, empezaron a ser publicadas en japonés en el periódico semanal Shukan-Nichiboku, editado en México por el señor Oscar Tosha.

 

Periódico Shukan Nichiboku (Colección de Shozo Ogino)  

 

Es difícil resumir todas las historias que escribió Muray pero en general el lector podrá encontrar en ellas el lugar del cual procedían los inmigrantes y las condiciones bajo las cuales salieron de Japón. También podremos entender cómo se integraron laboral y socialmente a México a partir de cuatro elementos o momentos:

  1. La situación de los colonos o agricultores, empezando por los primeros 34 pioneros que llegaron a Chiapas. La vida de los contratados en la hacienda La Oaxaqueña, al sur del estado de Veracruz, productora de azúcar. Los inmigrantes dedicados a las minas en Coahuila o Sonora; y finalmente, aquellos trabajadores que vinieron a la construcción de las vías férreas en el estado de Colima.

  2. Las transformaciones de esos inmigrantes en pequeños comerciantes y la constitución de comunidades al formar sus familias y quedar plenamente integrados a los lugares donde residían.

  3. Las dificultades que enfrentaron los pioneros durante la revolución y décadas después al desatarse la guerra entre Estados Unidos y Japón en 1941. Bajo la guerra, los inmigrantes se vieron forzados a desarraigarse y trasladarse a las ciudades de Guadalajara y México.

  4. Finalmente, la integración definitiva a México de los pioneros al terminar la guerra, y la creación de comunidades con sus descendientes hasta de tercera generación.

Los testimonios que Muray recogió también darán cuenta de otros sucesos que son importantes resaltar. Por ejemplo las experiencias de inmigrantes profesionistas como veterinarios, botánicos, ingenieros y doctores que aportaron sus conocimientos y destrezas a México. La solidaridad que mostraron las comunidades de japoneses con el país que los recibió -a diferencia de otros grupos de inmigrantes de otras nacionalidades- al no aceptar las compensaciones que el gobierno mexicano les ofreció por los daños y perjuicios que sufrieron durante el periodo de guerra civil que se desató a partir de 1910. Tampoco se debe de dejar de mencionar, entre otros ejemplos, las 3 escuelas que los pioneros construyeron en Chiapas y donaron a las poblaciones locales.

En febrero de 1975, a la edad de 74 años, Kenichi Muray falleció. Los testimonios que semanalmente se publicaron en el seminario Shukan Nichiboku representaban un valioso tesoro no sólo para la historia de la comunidad japonesa sino para la historia de México. Reconociendo este enorme valor, la esposa del señor Muray y su yerno, Ernesto Matsumoto, recopilaron cada uno de los testimonios y decidieron publicarlos en Japón con el título Paionia Retsuden, Crónicas de los Pioneros, en el año de 1976.

 

Portada del libro Crónicas de los pioneros japoneses de México.  

 

Afortunadamente en el año de 2017 cuando se celebraron los 120 años de que del arribo de los primeros inmigrantes japoneses a México, el hijo de Kenichi, Alfonso Muray, decidió que este tesoro se conociera por el público hispanohablante. Para publicar los 127 testimonios del mismo número de pioneros, se contó con el apoyo, en primer lugar, de Makoto Toda quien se encargó de la traducción de los mismos y de Shozo Ogino quien facilitó su valioso archivo de fotografías para ilustrarlos. La edición bilingüe estuvo a cargo de Editorial Panorama.

El libro publicado resulta una referencia fundamental para todos aquellos que deseen conocer a detalle la historia de los inmigrantes y es una referencia obligada también para la historia de las relaciones entre México y Japón.

La historia de la vida de Kenichi Muray a lo largo de 52 años de estancia en México aún está por escribirse. El compromiso que como historiador tengo con este inmigrante, será el mejor reconocimiento a su trabajo.