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28 Marzo 2024, Puebla, México.

¿La pipa o el puro? La pipa...

Historia |#54acd2 | 2016-11-27 00:00:00

¿La pipa o el puro? La pipa...

Arturo Grunstein

 

¿Por qué Betancourt versus Castro?


La razón se encuentra en que estos personaje encarnaron y ahora simbolizan las rutas de la izquierda en una encrucijada de la historia con consecuencias de largo plazo. En su momento se enfrentaron violentamente. El primero, Betancourt (1908-1981) representa la apuesta a las reformas sociales como parte de la construcción de una democracia liberal, a la afirmación nacionalista frente a poderosos intereses extranjeros políticos y económicos pero sin llegar a confrontaciones insensatas contraproducentes (que reconoció puntos de confluencia productivos con un gobierno como el de JFK), a la solidaridad activa en América Latina con los gobiernos democráticos y la lucha en contra de las tiranías de izquierda y de derecha. No siempre concuerdo con Enrique Krauze pero cuando se trata de su juicio de Betancourt coincido plenamente. Lo llama "la figura democrática más importante del siglo XX en América latina", pues no sólo impulsó la libertad en su país, sino que luchó contra todas las dictaduras, de Trujillo a Fidel Castro, que mantenían al continente en el atraso y la barbarie.

 

Si la llamada "doctrina Betancourt", que quería comprometer a todos los gobiernos democráticos del continente a romper relaciones con todo régimen de facto, hubiera prosperado, otra sería la suerte política de América latina en la actualidad. Por eso fue atacado con ferocidad sin igual por los dos extremos y se salvó de milagro de los varios atentados contra su vida. EN este punto en particular Krauze tiene razón: Rómulo Betancourt fue un demócrata cabal, un estadista honrado y lúcido, y si los gobernantes que lo sucedieron hubieran seguido su ejemplo jamás hubiera surgido en Venezuela un fenómeno como el de Chávez. Por desgracia, no fue así, y la ineficiencia y la corrupción que vinieron después hicieron que grandes sectores sociales, frustrados en sus anhelos, se dejaran seducir por los cantos de sirena revolucionarios. Y ahora, mientras luchan por recuperar la democracia que perdieron, aprenden (¿aprenden de verdad?) que el sacrificio de la libertad es siempre inútil, pues los hombres fuertes y caudillos acarrean siempre peores males que los que pretenden remediar. 

 

En cambio, el segundo el puro Castro (1926-2016)representa la apuesta, sí por las transformaciones sociales, pero sacrificando por completo la libertad y la democracia por considerarlas "burguesas", que culminó en una dictadura personalista y familiar, por la lucha en contra del imperialismo yanqui hasta la muerte pero que condujo a su país a la auténtica dependencia con la Unión Soviética, por la alianza con un bloque de sátrapas y tiranos en el mundo que en más de un caso masacraron a millones. 

 

A mi juicio, y siempre lo he pensado así, la ruta para la izquierda es la de Betancourt y no la de Castro. Respeto a los que lamentan la muerte del último, y entiendo sus motivos, pero no comulgo con su aferramiento a una figura que aún deja a descubierto reflejos arcaicos de un "revolucionarismo" profundamente antiliberal y antidemocrático. LA PIPA.