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28 Marzo 2024, Puebla, México.

El agua y el punto OMEGA

Medio Ambiente |#61bd6d | 2019-09-02 00:00:00

El agua y el punto OMEGA

Verónica Mastretta

Vida y milagros

 

 

La LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados ha abierto la convocatoria para los foros en que se discutirá el rumbo y el contenido de una nueva Ley General de Aguas para nuestro país. México aparece en el grupo de naciones con alto estrés hídrico, en el lugar 24 de una lista de 164 naciones estudiadas por el Instituto de Recursos Mundiales. México tiene problemas gravísimos con el agua.  Estar en la línea de alto estrés hídrico quiere decir que tomamos cada año más agua de la que la naturaleza puede reponer. Hay estados en absoluta crisis, otros, camino hacia ella. El objetivo de la nueva ley que el país necesita sería garantizar la seguridad hídrica para la especie humana, pero de idéntica manera para la flora y fauna de los ecosistemas de los que dependemos para sobrevivir. Necesitamos la ley no solo para nosotros, sino porque somos una especie sin conciencia que estamos dejando sin agua y sin hábitat a todas las otras especies que tuvieron la mala suerte de que el hombre se volviera sapiens y acabara con todo lo que va encontrando a su paso. 

 

No solo tomamos más agua de la que debiéramos, además no la reciclamos y la contaminamos gravemente. Pasamos de temporadas de grave estiaje, como la de este 2019, a temporadas de inundación en las que el agua nos inunda y ahoga porque hemos trastocado todos sus cauces naturales. Tampoco la retenemos por la falta de árboles y follaje, talados o quemados de manera feroz en bosque y selvas. En cuanto a la contaminación y mal uso del agua, el estado mexicano en sus tres niveles de gobierno ha sido incapaz de crear las herramientas y estructuras necesarias para su buena administración. Para remate, los recortes al sector ambiental en todos los niveles de gobierno han debilitado toda la administración pública del agua.

 

Lo que se tendrá que analizar en estos foros y deberá de plasmarse en la nueva ley es todo aquello que debe de modificarse para lograr una acertada gestión del agua en el país, además de destinarle los recursos suficientes. La austeridad republicana en este rubro ha sido un desacierto.

 

 Administrar bien el agua es el gran desafío no solo de nuestro país, sino de la humanidad entera. ¿Realmente lo podemos lograr? El derecho humano al agua se enarbola como bandera, pero no se habla de las obligaciones que tenemos hacia ella. La naturaleza tiene agua en abundancia, pero no la entuba, ni la traslada para que salga por la llave de una casa o una industria. El derecho humano es innegable, pero el costo de tenerla y la obligación de limpiarla va encadenada al derecho, nos guste o no. Eso cuesta, y por bajo y justo que sea el precio, existe y debemos pagar por él. 

 

Pensar en el tema del agua, de la maravilla que es tenerla, de su indispensable presencia para que la vida sea posible, nos obliga a preguntarnos porqué somos tan irresponsables los humanos con respecto al agua.

 

Theilhard de Chardin (1881-1955), religioso jesuita, gran filósofo y paleontólogo, se atrevió a imaginar un universo que no fuera ni estático ni antropocéntrico. Su mente aportó un original punto de vista sobre la evolución y la idea de un inmenso universo en el que, a pesar de su enormidad, era una rareza encontrar puntos en los que fuera posible que surgiera la vida, y una condición para ello es que hubiera agua y atmósfera, coincidencias milagrosas que hacen posible que la vida florezca. Vislumbró y valoró la rareza de esos únicos puntos, como el planeta Tierra, en la enormidad del oscuro universo. Me fascinó conocer su pensamiento cuando lo leí a los 20 años. No era muy querido por la iglesia tradicional que aún creía que el "sapiens", si, usted, yo, somos el centro del universo.

 

 Estudios recientes han confirmado que estos "puntos de vida" en el universo, sí son muy raros y escasos. Y, sin embargo, aquí estamos, la especie humana, dedicados con mucho esmero a darle en la madre a nuestro pequeño planeta. Teilhard no solo creía en la evolución del universo, también creía en la evolución del pensamiento, y en que mediante dicha evolución se podría llegar al punto OMEGA, una colectividad armonizada de conciencia superior. Entendió nuestra capacidad destructiva, pero también imaginó que la destructiva humanidad daba para más, aunque fue claro en que ningún futuro evolutivo aguardaría al sapiens, excepto unidos en una super conciencia. Esa es la opción, la única que tenemos para sobrevivir. La otra es que la fuerza de la vida nos deseche, nos escupa y busque caminos mejores que prescindan de nuestra especie. 

 

Veo la convocatoria a los foros de consulta y un temario interesante. He oído tantos discursos, leído tanta letra muerta, pero, sobre todo, he visto tanto acoso y destrucción violenta sobre los espacios que ocupa el agua, sobre los ríos, mares, playas, lagunas. He visto tantas denuncias de agua contaminada, agredida, maltratada, sofocada, tantas invasiones inmobiliarias sobre lo que debiera ser sagrado, tantos delitos ambientales sin castigar, tanta simulación política hacia el tema del agua cuando en realidad les da una flojera espantosa a la mayoría de los políticos, que me parecería un milagro lograr construir una nueva ley que le de vuelta al estado de cosas en que hoy tenemos a los lagos, mares y ríos de nuestro país. Toda el agua de México está en jaque y nos queda poco tiempo para cambiar de rumbo.

 

 

Lo último que se pierde es la esperanza. La esperanza es una virtud teologal, una virtud de dioses. Será que eso es lo único que queda en mí de un toque de divinidad, si es que tal cosa existe. Conservo irremediablemente la esperanza de que las cosas pueden ser distintas. Conservo la esperanza de llegar al punto OMEGA de conciencia global que nos permita aún salvar nuestra especie. El planeta no nos necesita, nosotros a él sí.

 

Habrá que ir a los foros, habrá que intentar aportar ángulos no vistos, ideas que apuntalen, presencia que anime. Todo sea por volver a tener mares que recuperan la salud, o ver a un río vivo, el río de nuestro valle, corriendo transparente, como lo fue no hace mucho, hace unos pocos decenios, hace solo dos o tres generaciones, menos de un siglo. Un suspiro en la vida del mundo.