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28 Marzo 2024, Puebla, México.

Después de la tragedia en Acatlán, contra el Estado ausente, mirar al sur

Sociedad |#c874a5 | 2018-08-31 00:00:00

Después de la tragedia en Acatlán, contra el Estado ausente, mirar al sur

Sergio Mastretta

Después de la tragedia  intentar mirar al sur.

 

Ahí está la plaza en el poblado de San Vicente Boquerón. Del pueblo nada sabíamos hasta el miércoles en la trágica tarde en la que convertido en turba le arrebató la vida a dos hombres. En la memoria sus pobladores cargarán con la conciencia del criminal arrebato. Yo intento mirar en la fotografía del charrito, con la figura escuálida del árbol seco, la profundidad de este sur mixteco al que no entendemos. Violencia y olvido. Dos palabras particulares, asociadas ahora en esta tragedia. La violencia de la turba. La violencia del crimen organizado con la banda de Los Rojos convertida en ley en todo este territorio. La violencia del Estado ausente, fallido en su obligación de impedir que los ciudadanos hagan justicia por su propia, quebrado en su capacidad de construir una armonía social fundada en procesos económicos sólidos y sustentables. La violencia estructural entonces.

El verdadero olvido en México. El que queda de lado en la prensa, incapaz de pensar una región mas allá de sus páginas rojas encendidas, la que deja de lado todos estos pasados que permanecen y nos ahogan.

 

Mirar al sur, entonces.

 

El sur como ámbito geográfico, histórico, sociopolítico no se reduce fácilmente. Al contrario del norte mexicano, asimilado en la amplitud de sus montañas y desiertos a una menor variación de sus imágenes –por ejemplo, el número limitado de ciudades o las rutas que apuntan invariablemente a la frontera, al cruce, al tránsito a lo que está  del otro lado--, el sur es un encierro de diversidades y abismos naturales e históricos que lo presentan inalcanzable para la visión del conjunto e inasible para el impulso analítico. Por ejemplo sus pueblos,  demasiados y pulverizados, infranqueables a la pregunta original: ¿por dónde empezar a contar su historia?, o ¿qué historia merece contarse?, ¿la que necesita escuchar quién? ¿Y con qué recursos narrativos? ¿Con qué medios?

 

Pulverización

Pienso así en la región de Acatlán de Osorio. Su característica principal es la pulverización de las localidades rurales. Del total de 44 municipios  que se cuentan en el distrito político, sólo seis de ellos tienen una población urbana superior al 50 por ciento. En el otro extremo, San Martín Ixitlán no tiene más de 300 habitantes.

Y en esa pulverización, la de la tierra. sirve para entenderlo la gráfica de las parcelas en el ejido de San Vicente Boquerón, en el municipio de Acatlán. 

 

 

Marginación

 

Contra lo que pudiera pensarse a primera vista, la región de Acatlán no es la de la mayor marginación en Puebla. Teopantlán y Huehuetlán el Grande, en la región de la Serranía del Tentzo, al sur de la ciudad de Puebla, mantienen índices de marginación Muy Altos. Pero el  conjunto al centro sur del estado tiene un grado de marginación Alto. Y más al sur, en la región de Acatlán, el índice es medio.

Si se mide el grado de acceso a la alimentación, sin embargo, del conjunto de 44 municipios, sólo siete están por debajo del promedio nacional que es de 24 por ciento (Atexcal, Tlaltempa, Ahuehuetitla, Tehuitzingo, tecomatlán, Chila de la Sal y Tulcingo), y trece de ellos están más de 6 puntos arriba, con los extremos de Totoltepec (36.82), Zacapala (36.4) y Zicatlacoyan (40%). Acatlán y Tepexi, los municipios de mayor población y desarrollo económico, están diez puntos por encima de la media nacional.

 

 

 

 

Perspectiva

 

El centro sur del estado de Puebla, la que contiene gran parte del territorio del distrito político local de Acatlán, con 41 municipios y una muy alta dispersión demográfica en centenares de localidades con menos de 2,500 habitantes, no es una región homogénea, aunque lo pareciera.

Podemos visualizarla al menos en tres grandes regiones.

Al Norponiente, colindante con el municipio de Puebla, la serranía del Tentzo y la cañada del río Atoyac que le da la vuelta desde la reseca meseta de Zicatlacoyan y se extiende hacia el sur oriente hasta encerrarse en la serranía mixteca.

Al  Nororiente, los llanos de Tepexi que se diluyen en los valles regados de Cuatro Rayas, Ixcaquixtla y Natívitas Cuautempan.

Y al Sur, en una cerrazón de montes bajos, propiamente la Sierra Mixteca Baja que forma un solo y enorme cuerpo de montañas entre Guerrero y Puebla, compacto en la región de los ríos Atoyac, Tlapaneco y Mixteco, en la frontera arbitraria de Puebla con Guerrero y Oaxaca, con los remotos Tulcingo, Chila y Tecomatlán, y menos densa hacia Acatlán, Petlalcingo y San Pablo Anicano, Guadalupe Santa Ana, ya contra ese apéndice oaxaqueño que corta la reserva de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán, rumbo de Zapotitlán de las Salinas.

Es una tierra dominada por el sol y la selva baja, y por las sequías apocalípticas y la piedra viva y el resplandor enceguecedor. Y por las vegas de sus ríos y sus pueblos pertinaces, fundamentales, originarios.

Es la tierra de la economía campesina y la pobreza y la expulsión migratoria.

Es la tierra de la piedra como única ambición de las empresas capitalistas.

Es la tierra de la biodiversidad magnífica de los desiertos mexicanos.

Pero ha sido también la tierra del Estado ausente.

 

El Estado ausente

 

Caminos del sur

 

 

Ell recuento es breve:

Una primera carretera pavimentada, la Panamericana, que por Atlixco bajó a Matamoros y por Acatlán comunicó a Oaxaca allá por los cuarenta del siglo pasado.

Una más, cincuenta años después, que finalmente enlazó a Acatlán por Tepexi a la carretera federal Puebla-Tehuacán.

Una última, apenas en los años noventa, que cruzó la mixteca desde Matamoros y también por Tepexi hasta Tehuacán.

En algún momento la liga a Guerrero por Tecomatlán y Tulcingo, y a lo largo de la cañada del río Tlapaneco, hasta Tlapa, la capital de la Montaña.

Son los caminos del Sur. La más importante inversión del Estado mexicano en el sur poblano.

 De ahí, no hay mucho más que contar, más allá del enorme esfuerzo de México por llevar la luz eléctrica y las primarias y secundarias y las redes de agua potable y drenaje.

?

Boqueroncito en Tehuitzingo y presa en Tecomatlán

 

Pero no hay más infraestructura, salvo estas dos presas, la de Boquerón, en las proximidades de Tehuitzingo, y la cercana a Progreso, en Tecomatlán, con las que se riegan unas decenas de hectáreas, el único ánimo constructor de presas para riego en todo el reseco campo mixteco:

 

La presa de Boqueroncito

 

El problema del agua y la insolvencia de las instituciones

 

La gravedad del problema del agua en la mixteca no es asimilada por la sociedad y sus instituciones por lo que no se vislumbran programas de carácter estratégico capaces de generar alternativas.

 

Una idea del problema del agua en la región centro sur del estado de Puebla la encontramos en este diagnóstico de lo sucedido a mediados de la primera década del siglo en san Juan Ixcaquixtla:

 

“Ixcaquixtla, pionero en el estado de puebla al llevar acabo un evento de esta magnitud sobre el problema del agua; vive en carne propia la escasez de agua: durante 20 Años, un pozo con 17 mts de profundidad abasteció constantemente a la cabecera municipal, sin embargo en abril de 2006 se agotó. El Ayuntamiento de inmediato se dio a la tarea de perforar otro a una profundidad de 110 mts y que dio un gasto de 21 lts por segundo, desgraciadamente ese pozo solo dio servicio de septiembre de 2006 a marzo de 2007, agotándose de nuevo. Nuevamente se perforó otro, ahora a 200 mts, y en días pasados el aforo arrojo una producción de 7 lts por segundo, cantidad insuficiente para las necesidades de la población. Mientras a la población se le ha estado abasteciendo con pipas, pero racionada y con altos costos a cargo del Ayuntamiento. Mientras se explora otro sitio y se realiza otra perforación, se implementará una solución alterna, pero temporal que es la conexión de un pozo de riego agrícola de la Comunidad de San Juan Nepomuceno, quien ante un gesto de solidaridad ha dado su anuencia.”?

 

 

La economía mixteca

 

Empezar por la agricultura temporalera en la Mixteca. Son miles las hectáreas cultivadas en la región, la mayor parte de temporal, con campos abiertos en las lomas planas de los cerros y en las vegas de los arroyos que caen hacia los ríos principales Atoyac y Mixteco.  

Es una agricultura de subsistencia, en buena medida para el autoconsumo y en suelos poco propicios para la agricultura, suelos pobres, son secos y semi secos y muchos con fuertes pendientes; sin tecnología, todavía fundada en la roza, tumba y quema, con la finalidad de preparar la tierra a cultivar y proceder después al uso de la yunta y la coa, y con una histórica tendencia a la sobreexplotación y al bajo rendimiento.

En el largo plazo, esta economía de subsistencia es la que ha fundado la enorme expulsión migratoria hacia los Estados Unidos desde la Mixteca Baja de Puebla. Pero es también la que ha preservado la raíz cultural de los pueblos del sur.

 

Ejemplos gráficos de la agricultura de temporal en la Mixteca:

 

La agricultura seca

 

Los cerros temporaleros en Zacapala y Tepexi:

 

 

 

Los llanos de Zicatlacoyan:

 

 


 

Los llanos de Huatlatlauca:

 

 

Las regiones verdes

 

Con una extensión muy menor, sin embargo, en algunas zonas del  centro del estado se han abierto al cultivo de riego ligadas claramente al mercado capitalista de las hortalizas y otros productos que involucran tecnologías de invernadero, como es el caso de la cuenca del Atoyac en su paso por el municipio de Coatzingo, y otras vegas como la que aprovechan en la localidad de Rosario Xochitiapan, en Zacacpala. En otras regiones han reproducido esquemas de riego con agua de pozos, tal como ocurre en la región de San Juan Ixcaquixtla y Cuatro Rayas.

 

Coatzingo en el Atoyac

 

 

 

El Rosario Xochitiapan, municipio de Zacapala

 

 

 

San Juan Ixcaquixtla y Cuatro Rayas

 

Agricultura y empresas

 

 

 

Naturales Campo Real/San Juan Ixcaquixtla

 

 

Remesas de migrantes

 

Según las mediciones  hechas públicas por Anuario de migración y remesas México 2016 que elaboraron el Consejo Nacional de Población (Conapo) y la Fundación BBVA Bancomer con cifras del Banco de México, a las regiones de de Atlixco y la Mixteca han entrado en los últimos tres años alrededor de 1,366 millones de dólares, equivalentes a pesos mexicanos a cerca de 26 mil millones de pesos. La cifra es contundente, y más si se le mira municipio por municipio. O si se ve la foto aérea del pueblo de Guadalupe Santa Ana, en la frontera con Guerrero, y se piensa en lo que para esas familias campesinas significan los ingresos conjuntos por 16.5 millones de dólares.

 

 

Guadalupe Santa Ana, asentado en una vega del río Mixteco.

 

 

 Remesas de migrantes registradas para la región Mixteca 2013-2016:

 

Atlixco:                                      393.1

Izúcar de Matamoros:                 274.7

Acatlán de Osorio:                      176.4

Tulcingo de Valle:                       105.9

Chiautla de Tapia:                        69.8   

Tehuitzingo:                                64.2

Tepexi:                                       63.6

Piaxtla:                                       22.6

Huaquechula:                              16.3

Guadalupe Santa Ana:                  16.5

Tecomatlán:                                12.6

Petlalcingo:                                   9.4

Atzitzihuacán:                               9.0

San Juan Ixcaquyixtla:                   6.2

Chila:                                           4.9

Tlapanalá:                                    4.6

San Pedro Yeloixtlahuaca:             4.1

Ixcamilpa:                                   2.6

Epatlán:                                      2.3

Santa Inés Ahuatempan:              1.6

 

 

 

Industria extractiva

 

Explotación de canteras de mármol en Tepexi de Rodríguez

 

Puebla aporta 20% de la producción total del país, al fabricar 500,000 metros cuadrados de mármol mensualmente, con lo cual se coloca en segundo lugar a nivel nacional, sólo detrás de Coahuila.

La industria poblana de mármol está integrada por unas 70 empresas.

El sistema más utilizado por las empresas marmoleras es el de la renta de la tierra a campesinos por plazos que pueden llegar a los treinta años.

Por ejemplo, Misael Martínez Solís, productor de mármol, originario de Veracruz, en Tepexi de Rodríguez ha encontrado el mineral suficiente para trabajar, por lo cual pagó 82 millones de pesos a campesinos para que le rentaran sus tierras por 30 años.

Empresas como Gravas y Mármoles La Estrella han invertido 292 millones de pesos en distintas poblaciones de la Sierra Mixteca para extraer el material de las canteras.

Perspectiva del gobierno federal:

“De acuerdo con el gobierno federal, las principales regiones productoras en la República Mexicana se localizan a lo largo de la vertiente norte del eje volcánico. La enorme extensión territorial que abarca esa área refleja el alto potencial productivo de México y la llamada Zona 1 que comprende la región de La Laguna y se ubica en el límite de los estados de Durango, Coahuila y Zacatecas, en tanto que la Zona 2, comprende gran parte del estado de Puebla, figurando mayormente esta población de Tepexi de Rodríguez, así como Tecali de Herrera.”

 

 

 Tepexi de Rodríguez

 

 “A Tepexi la industria del mármol lo convierte en el productor número uno, principalmente del mármol travertino por arriba de la zona de la Laguna en Torreón”.

 

 

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Mirar al sur entonces.  Aprender a mirarlo más allá de la violencia con la que aparece en los medios. Tratar de entenderla.

Construir desde ella una sociedad igualitaria y justa, capaz de revertir la realidad de un Estado ausente.