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29 Marzo 2024, Puebla, México.

Des... conocida 294, la mujer de la escalera

Sociedad |#c874a5 | 2018-09-13 00:00:00

Des... conocida 294, la mujer de la escalera

Mundo Nuestro

Mundo Nuestro. Des… conocida 294, la mujer de la escalera… Así ha encabezado su texto una autora anónima que se identifica como Lauveg-2018. Este relato  íntimo es un homenaje a quien para la cuenta oficial de los crímenes en Puebla se convirtió en el cadáver 294. Desconocida. Mary murio apuñalada en la madrugada del domingo 2 de septiembre en la escalinata que comunica a la colonia San José Mayorazgo con la Avenida Nacional. Su asesinato ha conmocionado a muchas personas en la colonia.

 

 Mary

Des… conocida 294… la mujer de la escalera…

Estoy desconcertada, estoy triste, estoy escribiendo de ti, nunca supe tu nombre, ni de dónde venías, ni si tuviste familia. Lo que sí sé es que eras una mujer fuerte, libre, enferma, era evidente, enferma de la mente, también del corazón, del alma, lo decían tus ojos, tus actos, tus gritos, tu presencia.

Llegaste hace más de un año a la colonia, o más, no lo recuerdo; estabas sólo en el día, partías entrada la noche, a dónde, no sé, pero al otro día regresabas, a tu lugar, a tu casa, a tu escalera. Esa bendita escalera que une a dos colonias, que llevan a tomar el transporte, a los colegios, a las tiendas, a comprar el periódico, un acceso importante de comunicación… la escalera que fue tu casa.

Un tiempo te desapareciste y sí me preocupé, dónde estabas, sólo pedía que estuvieras bien. Cuando regresaste limpia, arreglada, coqueta, sonriente, qué gusto me dio. Vendías tus dulces, y algunas veces te compraba. Sin embargo, eso duró muy poco, volviste a ponerte mal, otra vez tus bolsas, tu escoba, tu recogedor, tus sombrillas, por cierto, tenías fijación con ellas, aunque ya no sirvieran, las guardabas. También por cambiarte de ropa, y lo hacías en tus escaleras, no te importaba y no, no era que no importara, no te dabas cuenta de tu alrededor, estabas en tu mundo. Un mundo que nadie entendía más que tú, entrabas en puertas, cerrabas chapas, contabas pasos para atravesar de un lado a otro, dormías en tu cuarto, bajo la marquesina o junto al árbol, y las escaleras eran tu baño, tu cocina, tu todo… Todo imaginario en tu cabeza, en tu cabecita, hasta hoy me entero con esquizofrenia. Hoy que ya no estás sé que te llamabas “Mary”, hoy sé que tenías una hermana, alguien lo dijo, también alguien dijo que vivías en El Paraíso, en unos edificios naranjas, que tuviste esposo, que tuviste 2 hijos, que bailabas, que ibas a misa. Todo esto lo dijo la gente que te conocía, que te veía, que con miedo y angustia sentía y sufría contigo, cuando en tus crisis aventabas las cosas y le reclamabas que nada te daba, que se fuera, que te dejara. En esas crisis a varia gente agrediste, a mí en dos ocasiones me tocó, en una me correteaste en las escaleras y otra abajo entre los dos caminitos de los arboles no me dejabas pasar e intentaste pegarme. Pero todos entendíamos que estabas mal, y que al otro día o más tarde estarías calmada. Estoy segura varios vecinos te reportaron con la policía --la neta Mary, sí nos dabas miedo a veces--, pero no te podían detener a menos te agarraran in fraganti, o que te recogiera el dif, y sólo que quisieras internarte por tu voluntad.

 Pero no, seguías acá, en la escalera. Pasaban aguaceros, días soleados infernales, fríos y ahí seguías, seguro más de uno pensamos en ti y pedimos estuvieras bien. Hasta tenías tus visitas, tus amigos, yo solo vi al de la bici, que por cierto a todos saludaba, pero eran varios y hasta un taxista. Yo pensaba que si alguien más pernoctaba contigo eso sí sería un serio problema, sin embargo, no paso.

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Es domingo 2 de septiembre, y me quedé dormida. Y voy al vapor ya tarde, apuro a mi mamá y voy molesta con el tiempo. Al dar la vuelta veo a lo lejos tus bolsas donde duermes, en verdad es bueno verlas porque eso indica estas ya barriendo las escaleras, sin embargo, al no verte, regreso mi mirada a tus bolsas y me cruzo con tu cuerpo tirado al otro lado de donde siempre duermes, estás doblada de un modo llamemos “raro”, sin pensarlo corro hacia ti y le digo a mi mama, algo le pasó. Y sí Mary, estás rígida con tu boca abierta y tus ojitos también abiertos, con tu mirada hacia al cielo, tu rictus de dolor nunca lo voy a olvidar. Podría describir más, pero por respeto a tu memoria y a quien lea esta semblanza en tu honor no lo haré. Corro a mi casa por mi celular, siento que el piso se me hunde, se me hace que llego en cinco pasos cuando vivo en la otra privada. Llamo al 911, primera vez que llamo y me contestan de inmediato, ¿cuál es su emergencia?... Solo recuerdo decir está muerta, me preguntan quién, es una mujer no sé cómo se llama. Vive acá, en la calle, y me confirma, entonces es una indigente. Mi respuesta entonces, qué procede señorita, me hace varias preguntas, que cómo estas colocada, como vistes, en qué lugar estás, la dirección, tu edad aproximada. Me pregunta si le puedo dar mi nombre, sin dudarlo se lo doy. Si usted espera ahí, irá la ambulancia, que ya la estoy mandando, ya también avisé a la policía, ellos de acuerdo a lo que encuentren ya saben qué hacer, pero sí necesito que espere. Esto me dice la voz del 911. Por eso recuerdo perfecto todo, cómo estabas, tengo tu imagen en la mente, jamás, nunca, pienso en tomarte una foto.

Así llega la ambulancia, ya l ratito la policía. Bajan los paramédicos y nada más al verte dicen estás muerta, tienes aproximadamente 10-12 horas, por tu rigidez, y revisan tu cara, y te voltean, está tu mano doblada, con una bolsa de plástico, al parecer trataste de taparte donde te hirieron. Fue impactante oír, la asesinaron…. Mary te mataron, por qué, quién, en dónde, sí, sí, sí, ésta duda me inquieta, fuiste cortada con arma blanca, del lado izquierdo en tu espalda, a la altura del pecho, hay sangre, pero no lo suficiente para tal herida. Eso solo tú lo sabes, otro secreto que te llevaste…

 

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Ahora qué, Mary. Deseamos todos que las autoridades hagan bien su trabajo, simplemente eso, que no te quedes como miles de mujeres que con nombre o sin él, con apellidos o sin ellos, con familia o sin ella, no se esclarece su asesinato.

Ahora me entero también de que, desafortunadamente, hubo vecinos que te vieron ahí tirada desde la noche de tu tragedia y no hicieron nada, pensaron que era normal, y yo me angustio preguntándome ¿normal?, ¿que alguien duerma así es normal? No se vale, pero eso queda en su conciencia, así como los que bajaron por su periódico temprano, que fueron a misa y pasaron frente a ti.

Pienso en ello porque debemos ser solidarios y responsables, como un buen ciudadano, y no ser indiferentes con quien necesite ayuda. Sabes, Mary, tu partida dejó huella, te pusieron veladoras y un Cristo, están en los dos lados de tu escalera, junto a una bandera de ni una más, ni una menos. Es increíble, eras la más conocida, sin embargo, tú no serás la 294 sin nombre, eres Mary, la de las escaleras. Estarás por siempre en nuestros recuerdos, gracias a ti nos reunimos, gracias a ti limpiaremos, gracias a ti caminaremos, gracias a ti dignificaremos tu hogar, tu lugar, tu lecho, tus escaleras. Te convertiste sin querer en alguien que no tenía nada, en alguien que nos dejó todo, tu vida Mary. La mujer de la escalera, la 294 conocida….

Lauveg-2018

 

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