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28 Marzo 2024, Puebla, México.

Venir de Europa para mirar a México desde el pecho del Iztaccíhuatl

Sociedad |#c874a5 | 2018-09-18 00:00:00

Venir de Europa para mirar a México desde el pecho del Iztaccíhuatl

Guilliaume Ledoux y Manuel Schär

Mundo NuestroGuilliaume Ledoux y Manuel Schar se conocieron en el zócalo de la ciudad de Puebla. Uno es alpinista apasionado, experto en los picos alpinos de su natal Francia. El otro es un joven científico de viaje por latinoamérica, y ha iniciado su aventura en la ciudad de México con un curso de español extremo. Guilliaume viaja con su familia, y no desaprovecha oportunidad para trepar las montañas de la tierra que visita. Manuel arranca en Puebla su viaje al sur, que terminará en el 2019 en Buenos Aires. Desde un café imaginan ambos los volcanes que este verano tapa y desptapa de bruma, y el acuerdo es inmediato: se encontrarán a las cinco de la mañana y tomarán rumbo al Paso de Cortés, y que el tiempo decida.

Esta es la reseña gráfica de su viaje. Así han mirado México desde el pecho de nuestra mujer dormida.

 

 

 

Soy Guilliaume Ledoux. Mi trayectoria como alpínista me ha llevado a alcanzar las 82 cumbres de más de 4000 metros en los Alpes, once veces el Monte Blanco, por cierto. También he hecho las 35 cumbre arriba de los 1000 metros del Macizo del Jura, al norte de los Alpes franceses. Vivo en Francia, estoy casado y tengo tres hijos. En México, en este viaje del verano del 2018, me he dado tiempo de ascender al Pico de Orizaba, el Iztaccíhuatl y el Nevado de Toluca.

 

Soy Manuel Schär, científico suizo de 30 años especializado en nutrición. Con estudios en Ciencias Biomédicas y un Doctorado en Nutrición Humana. He venido recientemente a latinoamérica a aprender español. Mi viaje empezó en México, y seguirá por Colombia, Perú, Chile y Argentina. En el camino me entretengo con la lectura, el alpinismo, las aventuras de viaje, y sobre todo con los amigos que encuentro todos los días.

 

 

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La escalada desde el Paso de Cortes (3680m) hasta el pecho de la montaña Iztaccíhuatl (5230m).

Distancia, 31km. Ascenso:1550 metros

 

 

Son las 5:45 de la mañana cuando llegamos a Paso de Cortés. Mala suerte, la barrera está cerrada, así que no podremos subir a la Joyita en automóvil, ¡siete kilómetros más a pie, de ida y vuelta! Comienza mal la jornada.

 

Viajamos estos primeros kilómetros rápidamente en la oscuridad, tan sólo con la luz de nuestras linternas. A nuestras espaldas sentimos todo el poder de Popocatépetl.

 

 

 

Impresionante vista del Popocatepetl al amanecer desde el sendero que va de Paso de Cortés a La Joya. Desafortunadamente la barrera en Paso de Cortés impidió el paso del auto, así que Guilliaume y yo tuvimos que hacer a pie el primer tramo del recorrido, elevando la distancia de nuestra caminata hasta los 31 kilómetros. Las primeras horas en la oscuridad fueron de misterio y regocijo. Sólo las figuras grises de los pinos, el pastizal y las flores. Luego, poco a poco, mientras la negrura nos rodeaba, al sureste, el colorido rojizo, naranja en el cielo, con la magnificencia del Popocátepetl y sus fumarolas.

 

 

La vista al valle de Puebla antes del amanecer. (Foto Guilliaume Ledoux)

 

Dejamos atrás el estacionamiento de la Joyita y finalmente iniciamos el ascenso. Nos sentimos bien, el sol se levanta en el este, de lado de Puebla. El Popocatépetl fuma su cigarrillo mañanero, y parece que es el mejor: lo vemos soberbio y omnipresente.

 

 

Ya en los pies. (Foto Guilliaume Ledoux)

 

 

 A la vista el albergue. (Foto Guilliaume Ledoux)

El viento también está aquí, hace frío, así que en un respiro nos abrigamos más. El sendero es magnífico, avanzamos por desfiladeros que miran un momento al oeste y el siguiente hacia el este. El terreno va cambiando, y en algunos tramos escalamos, pero sin mayor dificultad llegamos al albergue del "Grupo de los Cien".

 A las 10 de la mañana alcanzamos los 4670 metros. Nos cruzamos con un grupo de alpinistas que intentó alcanzar la cumbre muy temprano. No lo lograron: “Demasiado viento”, nos dicen.

 

 

 

 

Precumbres. (Foto Guilliaume Ledoux)

 

Precumbres. (Foto Guilliaume Ledoux)

 

 

Más arriba en un paso nevado y un poco empinado alcanzamos la altitud del Mont Blanc (4810 m). Tenemos que escalar algunos pasos. La montaña se inclina, ganamos altitud rápidamente, sentimos que la cumbre está cerca, y ahora estamos a más de 5000 metros, pero no, todo lo contrario, la cresta es extremadamente larga, es necesario trepar a una especie de pre-cumbre y luego volver a descender para cruzar un glaciar, subir, bajar de nuevo y volver a subir… Parece interminable. Por momentos, nos envuelve el olor a azufre del volcán. La moral disminuye.  Por unos veinte minutos mi compañero Manuel va por delante de mí, lo que me permite recuperarme. Cuando recupero el frente. el viento está allí, pero la cima a la que esperamos llegar no, todavía tenemos que cruzar un último glaciar, subir una ladera inclinada…

 

Manuel Schar y el valle de Puebla al fondo. (Foto Guilliaume Ledoux)

 

Guilliaume Ledoux fotografiado por su compañero Manuel Schar. 

 

Finalmente, la cumbre.

 

 

Pero ya son las 2.30 de la tarde, así que tan sólo un momento para algunas fotos, comer un poco, y ya es hora del obligado retorno.

 

 

Mantenemos el ritmo en el descenso. Trepamos y bajamos por los pequeños picos uno detrás del otro; es difícil, pero nos las arreglamos para alcanzar el refugio y un tiempo de descanso. Luego el camino se nos hace más sencillo, y pronto alcanzamos estacionamiento de la Joyita, donde aún tenemos que bajar hasta el Paso de Cortes, hasta el automóvil. Es camino es un poco largo, pero traemos muchos buenos recuerdos.

 

Al final del día estamos en Puebla, de regreso a una vida normal.

 

 

Guillaume Ledoux 

http://alpinisme.over-blog.net/

https://www.youtube.com/user/Apoutsiak

Manuel Schar