SUSCRIBETE

25 Abril 2024, Puebla, México.

#soybuscadora: mis motivos para escribir

Sociedad |#c874a5 | 2019-01-21 00:00:00

#soybuscadora: mis motivos para escribir

Gina Fernández

#soybuscadora

 

Sobre mi y los motivos para hacer esta columna.

¡Hola por primera vez lector! Te doy la bienvenida a este espacio de letras e ideas, donde espero podamos encontrarnos una y otra vez, entre conceptos, confesiones, vivencias y formas de percibir esta aventura llamada vida con todo lo que conlleva.

Se me hace justo comenzar diciéndote quien soy, toda vez que mi clara intención tiene que ver con establecer una relación de conexión contigo que estás del otro lado de las letras.

¿Quién soy?  Es la pregunta filosófica más compleja de responder, y ciertamente, una duda a partir de la cual empecé una profunda búsqueda con la firme intención de descubrirme.

Diré, para efecto prácticos, que lo primero, es que soy una eterna buscadora, una buscadora de la vida, de la paz, de la felicidad y de la verdad espiritual.  Sé también, que   soy una mujer que yace en esta tierra desde hace 38 años, que quizá puedan parecerte pocos, o muchos, según tu propia referencia.   A mí me parece que han sido los suficientes como para haber vivido muchas de las cosas con las que algunas mujeres soñamos.  Estudiar dos  carreras profesionales, casarme y formar a una familia, viajar por algunos lugares exóticos, ser una afanosa madre de tres críos, amar a un hombre (bueno a varios en diferentes momentos), realizar diversas actividades físicas que me impliquen algún esfuerzo descomunal como correr maratones, hacer crossfit, nadar; irrumpir en mi cuerpo a fin de encajar con lo que hoy en día se considera belleza;   realizar labores altruistas;  indagar sobre mi consciencia espiritual, estudiar psicología,  desarrollo humano, psicoterapia Gestalt, corporal, teatro, cocina, sobre plantas sagradas, escritura y hasta costura.  Escribir poesías, meditar de varias formas con diversos maestros, y emprender varios negocios con sus debidos éxitos y fracasos.   En fin, creo que, a mi manera, he buscado afanosamente por todos lados…

También de las crisis más dolorosas he aprendido suficiente, de los momentos más dolorosos de mi vida han surgido inesperados regalos, de las situaciones más cotidianas he aprendido el valiosísimo acto de agradecer por todo cuanto existe a mi alrededor; de los descalabros amorosos más estruendosos he aprendido a apreciar lo valioso que es abrir el corazón y lo prudente que es saber a quién entregárselo.  Estoy convencida por experiencia propia que la capacidad de resiliencia de nuestra condición humana supera cualquier infortunio… y en mi incansable búsqueda de la felicidad he encontrado algo mucho más valioso… la decisión de abrazar la vida tal y como es…

 ¿Cuál es mi intención al escribir esta columna? Compartirme, compartirme contigo con la ilusión de que nuestro encuentro nos sane en una mutualidad causal en donde nuestro espacio de encuentro sea compartir una parte de la realidad que percibimos.  Si has llegado hasta aquí y sigues leyendo, es porque una parte de mi consciencia se parece a la tuya; y tú y yo sabemos en el fondo (aunque no me creas) que la conexión a través del amor mueve al mundo.

Espero que te sientas acompañada, identificada, comprendida, cada vez que eches un vistazo por aquí.  Me gustaría que recuerdes cada vez que lees algo de lo que aquí encuentres; que te llevas a ti contigo, como yo he aprendido a llevarme conmigo.

¡Bienvenida de nuevo! Y que sea este un espacio infinito para el encuentro.