SUSCRIBETE

28 Marzo 2024, Puebla, México.

Desde el ALDIVI: Diario de un viaje alrededor del mundo (¡Tierra a la vista!)

Sociedad |#c874a5 | 2019-05-19 00:00:00

Desde el ALDIVI: Diario de un viaje alrededor del mundo (¡Tierra a la vista!)

Bernadett Sánchez del Castillo

10 de abril de 2019

Hasta la madre... Hoy estuve todo el día hasta la madre, qué agotador es este rollo, dieciocho días en el mar, moviéndome sin parar, cayéndome al cocinar, al caminar, al sentarme, resbalándome, tropezándome, golpeándome los pies que ya me duelen de estar tantos días descalza, que ironía ¿no? Ahora resulta que los zapatos son más cómodos que el pie en libertad, pero es que la cubierta quema durante muchas horas del día, hay herrajes en el suelo para poder colocar escotas o atorar algo, poleas, manijas de bodegas o de escotillas; un tropezón o movimiento en falso y te rompes un dedo, solo un error que además no puedes controlar pues el mar mueve el barco y el barco con su inercia en ocasiones catapulta. Me descubro un nuevo callo en la base de los dedos y me duele, siento como si trajera enterrada alguna basura todo el tiempo.

Se zafó la vela mayor de un riel que ayuda a subirla y bajarla y me enseñaron a subir a Alejandro al mástil, qué angustia y qué compromiso que su vida esté en manos de mi logística al mover la cuerda o la driza para ser exactos, por supuesto ayudada por el guinch y cuatro vueltas para estar segura de que no me gane su peso, y siempre lleva otra cuerda de seguridad; aun así, qué responsabilidad y qué friega pues debes quedarte ahí abajo al rayo de sol, esperando que termine de trabajar, y atenta a que no te caiga una llave de perico en la cabeza... Por bruta no me puse blusa de manga larga y me ardí la espalda, agotada después de ayudarle, acaloradísima y de malas, grito por dentro, ¡ME QUIERO BAÑAAAAAR!!!!

 

La imagen puede contener: cielo

 

Los gritos de mis hijos peleándose retumban como bocinas chafas, tienen hambre, sed, acelere, el baño se pospone y su desesperación por llegar sumada a la mía provoca ansiedad y agresión donde no había. Con Alejandro hay que andarse con pinzas, él también, si no es el que más, ya se cansó, más bien viene agotado pues sus cinco sentidos deben estar alerta en todo momento, y de por sí que es de mecha corta, los regaños y mal humor del día de hoy están de a peso.

 

La imagen puede contener: océano, nube, cielo, exterior, agua y naturaleza

}

Los Fedes, que se pueden llevar una medalla de paciencia, ya se aíslan más y platican menos con nosotros, no los culpo, creo que más bien los envidio, siempre buscan su espacio y son unos enamorados de sus pasiones, todo el día leen, son cómplices, y no hay nada en el mundo que los distraiga de estar sólo ellos.  Con sus copas de vino blanco frío que ellos se organizan, sus muy íntimas y radicales decisiones que han sido motivo de plática y discusión; están convencidos de que los humanos debemos de inmediato cambiar nuestros hábitos porque nos estamos consumiendo al planeta a incontrolables mordidas; no comen carne, ni pollo, no comen lácteos, no comen azúcar de caña (o muy poca) y es un problema, porque todo, o casi todo tiene algún derivado de la leche, las papas fritas de bolsita, pa que me entiendan, llevan algo de leche; el polvo mágico para hacer consomé de pollo delicioso o darle ese sabor que todos conocemos lo tienen eliminado de su lista de lo que sí comen. Ellos son muy prácticos y no se complican la vida, abren bolsitas veganas para alpinistas, les agregan agua caliente y listo, o no salen del atún, no juzgo su forma de comer, es su gusto y es su decisión y no es su objetivo convencer a nadie, su única meta es dar ejemplo de que sí se puede vivir sin todos esos productos que matan sin piedad animales o gastan excesos de agua; valoro su fuerza de voluntad, que por lo que veo ya ni hacen tanto esfuerzo, saben lo que sí y lo que no deben comer y de ahí no se salen; pero es difícil a la hora de tener que dividirnos los horarios para cocinar, o planear dos menús en lugar de uno. Siempre prudentes se esperan a que nosotros acabemos de cocinar y ya entran ellos a prepararse lo suyo y lavan sus platos.

Aun así, esta es mi casa, es mi responsabilidad que el barco esté limpio, me agoto y nomas nunca acabo. 

 

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie

 

Estos días la energía no es la misma, procuramos tolerarnos, pero se siente el hartazgo general. Diego repite cada cinco minutos, ¡cuánto falta? ¿Puedo nadar? ¿Solo un ratito?, ¿pescamos? ¿Me puedo colgar? Alexa disimuladamente me llama para decirme que ya quiere llegar y llora y me pide abrazos y tiempo a solas y me dice que no sabe si podrá aguantar tanto tiempo. Y Vital también está más llorón y demandante, encimoso, piensa que le pertenezco, si abrazo a alguien más se pone celoso y me hace chantajes, pero son mi única herramienta los abrazos, de algún lado me sale la paciencia y trato de calmar ansiedades de todos, empezando por las mías. Me parto en siete personalidades por el momento. Saco plumones, colores y libros de mandalas y nos ponemos a pintar.

Qué gran terapia, se calman las aguas.

 

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, cielo, océano, exterior y agua

 

La imagen puede contener: 1 persona, sentado y tabla



11 de abril de 2019

En la noche anterior no paró de llover, todo está empapado y hoy el día está más bochornoso y muy nublado. Nos disponemos de nuevo a estar adentro, tenemos más antojos de comida, pero nos debemos adaptar a lo que traemos, que es mucho y todo muy rico, pero no es como en la casa, ya no hay fruta y la extrañamos mucho, los niños ven películas y yo no sé qué actividad ponerme a hacer, estoy en un día de múltiples indecisiones, nos enteramos que las cosas en la fábrica están inestables, la gente está insegura, se suponía que había quedado todo muy claro y organizado. Alejandro habla por teléfono satelital para desde aquí inyectar buena vibra, calmarlos y organizarlos, solo lleva un mes fuera, pareciera que nunca hubieran trabajado antes, se les cierra el mundo y sin su jefe se pierden; la apatía que traemos pal trabajo culturalmente no ayuda, pero logra abrirles de nuevo los ojos a 3000 millas de distancia y a medio Océano Pacífico, y al parecer ya volvieron a entender hacia dónde va todo esto. No sé cómo lo hace Alejandro, pero siempre sabe dirigir a su gente con autoridad y seguridad, siempre sabe lo que está haciendo, por algo es el capitán, lo traes o no lo traes, a mí sólo se me encoge la panza al verlo y escucharlo.

 

La imagen puede contener: una o varias personas y personas sentadas

 

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas e interior

 

El día de nuevo pasa len-ta-men-te, más que ayer, ¿que será?  ¿Que ya sabemos que ya vamos a llegar y la emoción nos hizo perder el ritmo que ya traíamos? No lo sé, solo sé que ya todos queremos llegar. 

Llueve tanto que me salgo a la cubierta a bañar con el agua que cae como muro de agua de la vela mayor, se acumula en la botavara y como regadera de un extremo sale un buen chorro. Estuvo divertido y diferente, me grita Ale, ¡ya tienes hidroneumático mi amor! Y nos da risa.  Reír es lo que hacía falta, los niños, aunque acalorados hacen casitas con los colchones que metimos para que no se empaparan y en su inmensa creatividad, según ellos hacen un “parque de juegos” con puentes y resbaladilla. Los veo jugar y otra vez se me ablanda el corazón, están en un espacio de 2m cuadrados y es infinita su imaginación, sólo escucho, “¡échate por la resbaladilla Vital!!!”  




12 de  abril 2019



Transcurría un día como cualquier otro, todos nosotros sin querer pensar mucho, ni hablarnos mucho tampoco, sólo estábamos “pasando el día”. De pronto a las 5:00 p.m. se escucha un grito de Alejandro, ¡TIERRA A LA VISTA!!!!! Se ve en el horizonte una sombra gris más oscura que el cielo, cuesta trabajo enfocar, sobresale de la línea donde se acaba el mar, con sus curvas, una montaña se ve muy muy lejos todavía, ¡es la isla de HIVA -OA!!!  ¡Que emoción!!!! ¡YA LLEGAMOS!!!! Brincamos, gritamos y salimos todos a la cubierta a ver tierra, tomamos fotos y video, después de 20 días de sólo ver el horizonte y el infinito mar, ¡por fin tierra!!! Nos sentimos conquistadores de otras épocas y también de nuestro sueño, logramos cruzar el Océano Pacífico sin ningún miedo y sin ningún percance mayor, ¡este tramo fue el más largo y ya llegamos!!!! Nos disponemos a observar el horizonte con esa nueva silueta y de pronto nos premia Dios con el atardecer más espectacular que yo he visto en toda mi vida. No sé si mis palabras serán lo suficientemente apropiadas para describir la belleza de los tonos y sus combinaciones, lo pensé indescriptible pero muero por intentarlo: comenzó lila, azul y amarillo, respetándose cada tono, con nubes combinadas blancas impecables y esponjosas, de esas que dan ganas de abrazar, y otras barridas muy trasparentes, creando una tela traslúcida que cubría ligeramente el cielo, iluminadas y sombreadas en morados más oscuros; descendió un poco más el sol, esta vez lo hizo lentamente; de pronto sus rayos se colaron y aumentaron la intensidad de los tonos, eran prácticamente fosforescentes, el cambio fue en un instante, los tonos pastel se tornaron amarillos intensos que pasaron a ser naranjas casi rojos y rosas de pastel a fiusha intenso; el punto brillante dorado del sol pareció encenderse aún más; es fuego, recordé , el morado y ese color desconocido que es una especie de sombra que hace resaltar a todos los demás colores hizo su mejor papel, la luz se volvió dorada, el reflejo del mar dorado parecía de oro, el cielo de mil colores intensos; nuestra piel se iluminó, en el silencio del mar, el movimiento tranquilo del barco y la genovesa inflada y feliz, no podíamos creerlo. De fantasía, de cuento, de jamás antes visto ni con la imaginación, así fueron esos cinco minutos que se pasaron en cámara lenta y pudimos abrir bien los ojos tratando de no parpadear, todo cambiaba en segundos y nos sorprendía más y más, los 360 grados que nos rodeaban eran espectaculares; tengo una gran foto, preferiré enseñarla, no logro llegarle a lo que fue ese atardecer que se queda grabado para siempre en mi mente, en la emoción de ese único momento de espíritu triunfal y en nuestro corazón familiar. Espero jamás se nos olvide esa sensación de admiración por la naturaleza que nos tenía el pecho inflado y los cinco sentidos abiertos para solo contemplar y agradecer.

 

La imagen puede contener: montaña, nube, cielo, océano, exterior, naturaleza y agua

 

La imagen puede contener: 1 persona, sonriendo, montaña, océano, cielo, exterior, agua, naturaleza y primer plano

 

La imagen puede contener: cielo, océano, nube, crepúsculo, exterior, agua y naturaleza