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28 Marzo 2024, Puebla, México.

Desde el ALDIVI: Aprender a soltar y vivir ligeros de equipaje

Sociedad |#c874a5 | 2019-06-30 00:00:00

Desde el ALDIVI: Aprender a soltar y vivir ligeros de equipaje

Bernadett Sánchez del Castillo

 

 

18 abril



Lo resumo en tres palabras:

Trabajo, trabajo, y más trabajo en el barco, así es esto de tener que mantener todo funcionando con el agua de mar, la vibración, el desgaste y la oxidación en nuestra contra. 

No, no es justo llamarle sólo así, les voy a describir estos sofocantes y agotadores días. No todos son atardeceres, nubes, mares y montañas preciosas. Encerrados en el barco, con calor y sin poder hacer otra cosa nos disponemos todos a ayudarle a papá en lo que podemos, solo él sabe bien lo que está pasando, nos explica y entendemos poco, nos da instrucciones y no podríamos decirle que  no, no sólo porque es el capitán y a los capitanes se les obedece y punto, también porque lo que busca con este arreglo es nuestra comodidad; está preocupado, me dice que le apena tener que llevarnos a bañar al muelle, o que no podamos lavarnos los dientes en los baños, tenemos que hacerlo sólo en el fregadero donde sale agua con un pedal, ahí lavo los platos 3 veces al día o más, y hago un poco de pierna, jajajaja... En fin, tener agua sí es esencial, que sea fácil abrir una llave y que salga es importante y que esté limpia es básico. Ya lo de que tenga mucha presión no importa tanto, pero poder encuerarnos en la cubierta de noche y lograr tallarnos bien y enjuagar será un placer que sí queremos y necesitamos.
Nos escucha quejarnos de ése y otros temas y aunque en su momento nos ignora, le pesa, lo sé. 
Todos ayudan y me encanta ver a mis hijos entendiendo nuestra situación, valorando; también es importante verlos un poco “sufrir” trabajando, saben que esto debemos hacerlo en equipo, la vida es así, nunca lograrás tú solo todas las cosas, es importante dar lo mejor de ti y entender que depende de todos un buen resultado, todos pueden ayudar, funciona poder delegar con una buena explicación clara y con pasos. Cada quien debe entender su papel u obligación y hacerlo, come il faut!, dirían por aquí... 

Los niños pasan de querer ayudar a quererse rendir, normal, a todos nos pasa; les explico que si lo hacemos, más pronto nos podremos ir a nadar a una playa linda, eso los motiva. Nos urge nadar, refrescarnos y estar un ratito en familia viendo al infinito mar, por ahora seguimos amarrados en una bahía y no es lo mismo, hasta el barco se siente aburrido.

Así pasamos este día, metidos todos aquí, en la ardua tarea de la lavada de tanques de agua, la sellada y luego la llenada. Es muy incómodo y peligroso, tapas del piso abiertas, tornillos, rondanas y herramientas por todos lados, las cosas que ya estaban acomodadas ahora estorban pues para poder acceder a la reparación se sacan de su lugar, hay que saltar y cuidarse para no caer en alguna cisterna y romperse un pie. 

A veces ya no sé si el día es largo o si fue corto, en el presente parecen de una forma y de reojo de otra. No puedo creer que llevemos ya 43 días viviendo a bordo del velero, tampoco sé si se me han ido rápido o lento, qué extraña sensación. Parece que me despedí hace tanto, y no, aún no me suelto del todo, la deliciosa comida que mi santa madre me regaló ya congelada para facilitarnos/me la vida a bordo por un tiempo y que ha sido todo un aliviane,  me da paz, me regresa a la mesa familiar, los olores y sabores y hasta los sonidos de mi casa, esas bolsitas con guisados extraordinarios que intento alternar para que no se me acaben, son nuestra comida principal del día y según nuestra nueva logística más o menos comemos a las 6:00, así que es comida y cena, nos vamos a la cama temprano, a las 8:00 ya estamos lavándonos dientes y dándonos besos de buenas noches, con la panza llena de sabor y amor por esos deliciosos sabores conocidos. 
Que miedo le traigo a tener que guisar con ingredientes que no conozco bien, ya no me asustan las frutas y verduras, que por cierto aquí aunque hay pocas están buenísimas, la pamplemuse me trae loca, es enorme y de un tono amarillo-verde muy claro, es difícil de pelar, de cáscara muy gruesa, está rica pero no le llega a la de Veracruz ni a los talones, la fruta de la pasión ácida, amarilla y extraña nos gustó mucho, los plátanos los encuentras en pencas enormes y debes esperarte a que maduren, también están muy dulces y de un tamaño perfecto; no encuentro limones, caray, dicen que no es temporada, pero que si encuentro un árbol de limón le corte los que yo quiera, así es por aquí, puedes cortar tu fruta mientras vas de camino a la peluquería.

 

 

 

Viernes 19 abril 



Más trabajo por la mañana, ya va quedando mejor el barco. Por la tarde rentamos un coche con el que nos vamos a explorar la isla, los niños no se quieren bajar, tiene aire acondicionado que traemos al máximo, es un coche de velocidades y les entretiene ver los cambios, son subidas, curvas y luego bajadas con vistas espectaculares; llegamos hasta el aeropuerto, que no es más que un pedazo de montaña aplanada para que funcione como pista y algo de señales para los aviones. Me encantan estas maravillosas soluciones a necesidades que pensamos requieren de mucho más infraestructura; claro son aviones pequeños los que viajan entre estas islas. Seguimos subiendo y cambia la vegetación ahora vemos pinos y musgos, plantas que requieren de frío y humedad; qué belleza de atardecer y de colores de la montaña, creo que ya lo he dicho mucho, pero de verdad el sol ilumina diferente este lugar, lo hace parecer una locación de película de alto presupuesto, un cuento, una fantasía. Detrás de una montaña hay otra, cambian los tonos en sus horizontes y sombras de sus mil valles, y desde lo alto a lo lejos se ve el mar, siempre el mar. Es una isla, muy grande si estás parado aquí, muy muy pequeña si la buscas en un mapa, y siempre estará rodeada de agua, alejada de todo y en medio de la nada. Se acaba el pavimento, estos caminos y esta isla están en construcción, me gusta que las cosas las hacen bien una vez, todo es concreto y sus postes de luz son de aluminio sin pintar, simple y efectivo; damos vuelta en la única rotonda que vimos en el camino y tiene la señalética a poca altura, recuerdo, aquí meten mano los franceses, se nota y me asombra que hasta acá en barcos traigan todo este material y aunque son pocos habitantes, construyen buenos caminos para conectar a las comunidades. Los coches “de moda” son todos Land Rover, de más o menos los ochentas, vuelvo a pensar que es como estar dentro de una película, donde la locación está perfectamente ambientada, aquí no han pasado los años que en otros lugares solo han provocado vanidad.  

 

Sábado 20 abril 



Todavía nos quedan unas horas de coche, nos da tiempo de ir a explorar un poco más, nos explicaron Loraine y Sandrine que debemos ir muy despacio para lograr ver el mini letrero que indica el camino hacia el tiki sonriente; en una curva vemos un letrero beige quemado por el sol y un pequeño espacio de tierra para estacionar el coche, nos acercamos y el letrero está pintado con plumón, me dio risa; comenzamos a descender por ese camino, gallos y gallinas silvestres caminan por ahí también, pasamos por un lado una reja que estaba cerrada para que no bajen los coches, y seguimos bajando, observando las plantas, las lagartijas y las raíces que se asoman de la tierra y tejen unas cuevas interesantes, de pronto vemos unas palmeras altísimas,  gemelas, que se curvan o abren, una a la derecha y una a la izquierda, y ahí, en medio de estas dos guardianas está un estrecho y casi invisible camino de pastos altos, lo vimos de milagro, comenzamos a caminar teniendo que meter un pie delante del otro para caber entre esa belleza de jungla y después de 10 minutos de seguir ese caminito, llegamos a una pequeña explanada de donde sobresale una piedra de 1.20 metros de altura, es el famoso tiki sonriente, está muy simpático con sus lentes y su sonrisa, pasándola bomba en un lugar del que jamás podrán quitarlo pues debajo de él, la piedra a la que pertenece es inmensa y pesadísima, esa es la razón por la que no se lo han llevado ya a algún museo; me encanta, nos acercamos y nos cae muy bien, tiene una vibra muy amistosa; nos explicaron también que se esculpió en 1739 y es la representación de un extranjero por tener lentes, barba y sonrisa, sacaron la conclusión de que habían representado a alguien que vino a alegrarles la vida, alguien que fue muy querido para haber sido representado en piedra; y al lado del tiki, en una piedra, está tallada la representación de la vagina de una mujer, se cree que las personas que deseaban tener un hijo colocaban su mano en ese símbolo y se volvían fértiles. Alejandro se hizo el simpático le fue a dar una sobadita, los niños no entendían cuál era la gracia, y yo tuve que disimular una carcajada. A la energía que une a los marquesianos la llaman MANA, es la vibra de los lugares donde se reunían como familia a cantar o bailar. Dicen que hay sitios arqueológicos donde aún se siente un intenso MANÁ. ¡Quiero vibrarlo! También representa la armonía de sus espíritus.

Pasamos a dejar a Ale a la peluquería y nos sorprendió la comodidad del lugar, muy bien puesto, le pertenece a la esposa de uno de los policías franceses que ya conocimos por tanto trámite. Mientras se queda Ale adoptando un nuevo look, nos vamos los niños y yo por nuestra ropa y sábanas lavadas que le encargamos a Sandra, ella tiene un pequeño negocio cerca del muelle con mesas, bancas y una palpa, wi fi, café, té, cervezas o refrescos, con vista a la montaña, también tiene servicio de lavandería, y ayuda a los extranjeros con el papeleo de la gendarmería que es todo un rollo. Me entrega mis bolsas con toda la ropa lavada y doblada y oliendo delicioso, qué maravilla, le tenía mucho miedo a esto de depender de una lavandería, pero funciona de maravilla. Me compré un “amigo” con el que lavo calzones y trajes de baño en el fregadero de la cocina, pero no me cabe toda la ropa, somos cinco y sale bastante. Así que estoy feliz con el resultado. 

Nos alistamos y a las 2:00 nos vamos a la isla de enfrente.

 

 

 

Domingo 21 abril



¡Estoy amaneciendo en TAHUATA! La isla vecina de Hiva-OA, ¡por fin! ¡Mar para nadar! ¡Los niños están que desbordan excitación!  A las 6:00 a.m. nos despertaron ya en traje de baño y se prepararon solos un pan con nutela de desayuno, ya quieren actividad. Llegamos ayer a la 5:00 pm, empezaba a oscurecer y Diego en cuanto terminamos de anclarnos, ¡brincó al mar! Sin pensarlo, se aventó desde la punta, es el primer salto de libertad realmente desde que nos subimos al velero, ¿se imaginan cómo nos sentíamos? Llevamos viendo 43 días mar, flotando en nuestra cascarita y sin poder nadar, se subió hasta las 7:00 que ya no había luz, bajó a ver el ancla con su papá y volvió a bajar otras 6 veces más, le fascina sumergirse. Resultó que nos atoramos en una roca, ¡la única que hay! Jajajaja. Alejandro se echó y movió el ancla, dejándola en la arena con sus mañas marinas, quedamos anclados perfectamente y cerca de la playa!!! No se veía el tono del agua ayer en la tarde, pero hoy es azul y en cuanto aumenta la luz se vuelve más turquesa, estamos emocionados, nos metemos todo el día a nadar, qué felicidad y qué cansados sentimos. Los niños no paran de echarse clavados, esto necesitábamos.  Se calman todas nuestras ansiedades. Me piden sus aletas y sus visores, obedientes se ponen su chaleco y nos vamos nadando a la playa. Las olas son perfectas para que jueguen y se revuelquen, ¡que gozada!  Nos quedamos ahí, hay otros barcos, pero nadie se ha bajado aún, será porque son las 7:30 de la mañana; la emoción nos está haciendo acabarnos las actividades antes de que les amanezca a los demás, entre nuestros vecinos vemos al SEAHORSE, ¡volvimos a coincidir!! ALEXA ya se quiere ir a ver si puede jugar con Sami. 
Volvemos al barco, bajamos los kayacs, y nos vamos de nuevo a la playa, ahora vemos a unas mujeres tejiendo con palmas unos techos para una casita de palos que está detrás de las palmeras que dan a la playa, ahí conocimos a KAOHA, que resultó que ese no era su nombre, pues KAOHA quiere decir HOLA en marquesiano; ero les cuento cómo estuvo, vimos a este “nativo”, según nosotros, que se nos acercó muy cauteloso, fijaba su mirada con un exceso de atención en cada uno, nos dio la mano firme y viéndonos a los ojos nos dijo KAOHA, y yo respondí, ¡ah, BONJOUR!! BERNADETTE; él se siguió con ALEXA y le dijo KAOHA, y así con todos y todos le respondimos con nuestro nombre, le dio risa, cosa que me incómodó un poco, y asentaba con la cabeza, lento, y nos miraba y nos observaba, se dirigió a Vital y le tocó el collar de tiburón que yo le hice un día con cinta gris, y le dijo, ¡tu est grand! Algo pasa con este hijo mío que atrae a los adultos mucho, sin miedo y como si tuviera muchos más años los enfrenta y responde con seguridad. Ahora trae la moda de quererse colgar todo, conchas, piedras, ahorita trae una cola de ballena que le hizo mi amiga Sandrine. Pero volvamos con KAOHA. Siguió mirándonos y nos preguntó: ¿is that your flag? ¡En inglés!  O sea, ¿habla inglés? Yo no me esperaba eso, quería escucharlo preguntarme cosas en MARQUESIANO, no sé por qué yo me veía teniéndome que comunicar con señas en esta recóndita bahía, me fijé en sus brazos y piernas y no encontré tratuajes... chin... en fin, le respondimos que era la bandera de la Paz y nos dijo que desde que nos vio llegar no podía quitar su atención de ese símbolo, que lo tenía intrigado y quería saber su significado, me atreví a decirle a esos ojos intimidantes sobre nuestro mensaje de paz y lo que representa ese círculo con sus tres círculos dentro, pero me faltó estar más preparada para ese momento que sabía llegaría, nunca me imaginé que el hombre solitario de la isla me lo preguntaría y en traje de baño, aletas, visor y arena, mi cabeza apenas y pudo recordar algunas cosas, pero me volvió a preguntar, ¿et vous avez une autre? ¿Une que vouz pouvez ma donne? Parceque mon coeur la voix!!!! En resumen, me pidió una porque su corazón se lo pedía a él, me emocioné tanto que le dije ¡sí sí sí, en un momento te trae una mi marido!


Regrese al barco y le dije a Alejandro, acabo de tener una conversación con un iluminado que se cautivó con la bandera de la Paz, ¡y quiere una!!! ¡Me parece que deberíamos dársela pues le movió el corazón, no puede dejar de verla y de sentir algo que el símbolo le provoca! Estoy nerviosa, su energía es fuerte, vamos, ¡llévale una y te grabo! Ale me preguntaba, ¿y qué más te dijo?, ¿quién es?, ¿cuántos años tiene?, ¿qué hace aquí? Y yo no tenía respuestas, solo quería presentárselo, ¡pero ya! Cuando Alejandro se la llevó, yo me bajé con la cámara go-pro, me moría de ganas de captar ese momento pero en cuanto “KAOHA” me vio, gritó: ¡No no noooo, ¡NO GO PRO!.  ¿GO PRO?, ¿acaba de decir GO PRO? Este salvaje que aquí vive, en una bahía rodeada de montañas secas y cabras… ¿Qué? No entiendo... Le pido una disculpa a aquel señor que tanta energía y nervios me provocaba, se acercó Alejandro y lo saludó, “KAOHA” pero no miró a los ojos a Alejandro, solo veía a Vital y le decía, ¡beautiful name!, ¡grrrrrr! ¡Power! ¡Vital! Grrrrr.... ¿Qué son?, ¿sonidos de tigre?, ¿de fuerza? ¿Qué está pasando? Alejandro abrió su bolsa seca y sacó la bandera de la Paz para regalársela, se acercó y le dijo con mucho sentimiento el significado para mi más importante, este símbolo es La Paz, porque cada círculo de los tes que están dentro son: pensamiento, palabra y acción, si logras la armonía entre esos tres logras La Paz contigo y el círculo exterior agrupa a esa verdad. 


KAOHA tomó la bandera y dijo, merci beaocoup, y se metió a la selva, no lo veíamos, nos quedamos unos diez minutos platicando con otro cuate que llegó a la playa y de pronto apareció KAOHA con una bolsa de basura negra y dentro había dos cocos, unos plátanos, albahaca y como 2 kg de carne de cabra, o como le dice él GOAT MEAT, for you... y yo... merci y por dentro, y que hago con esto? Me intentó explicar cómo debía prepararla, hervir varias veces para quitarle la sal fue lo que yo entendí, pero era como si escuchara su voz a lo lejos y mi propia voz diciendo, JAMÁS LO VAS A HACER, TE CONOZCO.  Me subí al dingui con mi “regalito” y al llegar al barco saqué la fruta y la carne, que gracias a Dios venía en otra bolsa de plástico, y simplemente la metí dentro de otra y otra para que no fuera a apestar y le dije a Ale, yo no voy a cocinar eso, de por sí a mí el sabor del borrego, cordero o cabra no me gusta, por favor regálasela a alguien más o mañana será el desayuno de los tiburones de la zona. 

 

Martes 23 abril 



Un día más tranquilo, pero con más emociones...

Temprano vimos a lo lejos unas aletitas y pensamos que eran tiburones, Alejandro y Diego se ponen un traje de baño, agarran aletas y visor y se van en el dingui pues piensan nadar cerca, mi niño explorador sin ningún miedo estaba listo y emocionado, ama los animales, nunca ha visto un tiburón en el mar y se muere de ganas,  veo como se alejan y les mando la bendición, quieta y en silencio intento ver alguna otra aleta y después de 5 minutos en el mismo lugar vuelvo a ver esas mini aletas salir del agua y a mis hombre echarse cerca, se me encogió el estómago y tuve que bajar a hacer popo de la angustia; después de un ratito me calmé y subí a ver si los veía, estaban lejos y solo salía el tubo de su snorquels de vez en cuando, ¡ay Dios!!! Por alguna razón me calmo y confío en que estarán bien, preparo desayuno y me tranquilizo; Alexa y Vital se echan clavados cerca del barco y yo no puedo hacer otra cosa más que esperar, se me hace eterna esa hora que fue lo que duró su ausencia, y los veo venir completos, me cuentan que sólo era una manta raya y que estuvieron nadando con ella un buen rato, me alegro por Diego que no para de describirme a ese majestuoso animal, me invita, una vez más no sé de dónde, me sale lo valiente y accedo a ir más tarde.  Después de un buen rato nos preparamos todos y nos vamos a snorkelear cerca de las rocas, Ale suelta su nueva mini ancla y nos echamos, no hay mucho que ver y me decepciono un poco pues relajada no estoy, tengo a Vital agarrado a mi mano derecha con sus mini aletas, su mini snorkel y su chaleco viendo el fondo y señala los pocos peces que se ven; de pronto siento a Diego y me señala con fuerza una roca, sacamos la cabeza del agua y me dice, ¡mamá!, ahí abajo hay un pulpo, ven. Dejo a Vital flotando arriba y bajo con Diego, el pulpo estaba metido entre unas rocas, con su piel haciendo un perfecto camuflaje, ¿cómo lo vio? Nunca lo entiendo, pero los ojos de Diego siempre encuentran cosas que a simple vista no se ven. Está espectacular, se tuerce y se mueve y no deja de observarnos, cambia de color, de forma y hasta de textura, ¿cómo lo hace? No podemos dejar de verlo, es un animal mágico.
Me empiezo a cansar y ya me quiero ir, no soy tan marina, lo siento, aguanto poco. Alejandro va explorando con Vital otras rocas y Alexa está en su rollo. Por fin todos se cansan, nos subimos al dingui y regresamos al barco.

En la tarde invitamos a nuestro amigo PATRIK, el señor mayor que viaja en su catamarán. Con dos mezcales nos platica un poco de su vida, y en pocas palabras nos dijo:  “Toma tiempo realmente desprenderse de lo conocido, pero van por buen camino; es muy sano no cargar con ataduras ni excedentes, eres libre y encuentras tu riqueza en eso, pero toma tiempo darse cuenta de las cosas que son realmente importantes, toma tiempo, toma tiempo...”

Me vuelve a dejar pensativa y analizando mi hoy, y me gusta, me siento capaz, no dejo de cuestionarme lo que ahora debe traer Alejandro en la cabeza, después de esta conversación y algunas otras que ha tenido en estos días, mucho análisis y perspectivas nuevas, me encanta platicar con él, siempre es interesante. Salimos en la noche a la cubierta mi marido y yo a echarnos en las colchonetas y observar, los niños después de un día larguísimo ya duermen profundamente, logramos un ratito comenzar la plática que yo esperaba, estamos solos, pero solos, en una bahía con otros tres veleros salpicados, lejos y sin civilización;  la noche es negra y no hay nubes, nos quedamos un buen rato a ver las estrellas que parecen focos, la vía láctea se ve clarísima, adivinamos constelaciones, nos damos la mano y empiezan los cariñitos, sale la luna discreta detrás de la montaña y la cosa se pone romántica, nos tomamos nuestra copa de vino y nos amamos una vez más. 

 

Miércoles 24 abril 


Regresamos de TAHUATA a HIVA OA. Nos decidimos por otro día de alberca y restaurant con internet para ver mensajes y mandar fotos; hicimos algunas compras de antojos en el súper y cenamos con LORAINE Y SANDRINE a bordo de nuestro velero; es curioso cómo hemos tenido varias visitas, otros viajeros quieren ver cómo es por dentro el ALDIVI y todos nos dicen que venimos en la gloria. O.K. ¡Y yo quejándome...  
No pude resistir enamorarme de los tejidos de esta nueva amiga con un gran talento en las manos; es encantadora y de una transparencia y generosidad especial, él también; Alejandro hizo gran amistad y nos dió muchos consejos, por ejemplo, resulta que hay una enfermedad que se llama sigatera, que es por comer pescado que come del coral y te pones fatal y ya nunca te compones al 100 %, así que pescar para comer, solo atún, dorado, marlin, vela, los pelágicos. 


Decidimos hacer una colección de joyería mezclando su maravillosa artesanía, con motivos de esta cultura y nuestros diseños en plata, va a quedar brutal, ya verán. Desde aquí, en mi computadora puedo ir diseñando piezas y colecciones inspiradas en este gran viaje. Lo mágico es que sólo tengo que mandar un archivo a Puebla y lo fabricamos en serie para poder venderla en nuestra página web, suena brutal, ¿no? Mi oficina a medio mar, espero con ansias la inspiración y con preocupación no marearme al “trabajar”. El internet es malísimo, tendremos ese percance también. 


Jueves 25 abril 

Voy a hablar de rituales de los que también he tenido que soltarme de la forma que conozco, y adoptar o aceptar más bien nuevos. Al final, en esta nueva vida, lo importante es cumplir con lo básico, y los placeres son otros.

Mi acostumbrada manera de ser, rutinaria, comodina, con un horario para todo, debe fluir a un nuevo ritmo y a nuevas formas de resolver la vida, sin cerrarse a sólo lo conocido. 
La vida a bordo de un velero exige orden, pero también adaptación a lo que hay. 
Yo tenía ideas preconcebidas de los rituales de cada día, bañarse, que era uno muy importante para mí y me tomaba tiempo y dos toallas esponjosas para mí solita, aquí debe ser rápido, casi siempre compartido, con muy poca agua, que además no es constante, práctico, el shampoo y jabón van al mismo tiempo, parados afuera en la popa, con un poco de frío, hacerlo en la noche es mejor pues en el día vuelves a sudar y no te sirvió de mucho, además ensucias menos tu cama si te metes limpio, entonces, ese ritual se convierte en una necesidad básica, lo importante aquí es lavarte bien todas tus partes, sin echarte un concierto entre el shampoo y el acondicionador, secarte con toallas de micro fibra que además de ser compactas se secan rapidísimo, pero no te abrazan, sólo te secan… Recuerden, ya no es un ritual, ya sólo es necesario, acabas en tres minutos ¡y listo! A lo que sigue... 
Lo que más extraño de este ritual es poder hacerlo sin pensar en cada movimiento, además de dejar el agua correr sin importar la cantidad de litros que sean y sentirla calientita caer continuamente sobre el cuerpo. Soltarme de eso no lo he logrado aún, lo añoro, pero me aguanto. 

Pienso en otro, la hora de la comida, nuevamente en esa vida llena de comodidad, donde tu máximo esfuerzo fue pensar en el menú, antes haber comprado los ingredientes o tenerlos de sobra, llegar a tu casa y ver la mesa puesta, los olores desprendiéndose de las ollas y sartenes de la estufa, limones cortados, una fresca y decorada ensalada y agua de sabor al centro en una jarra con hielos, todos en su silla y en un espacio amplio de la mesa donde nos caben tortillas o pan en un plato extra, nada se cae, a menos que te atravieses a lo brusco, y mágicamente llega a tu lugar tu sopa caliente y de igual manera te la acabas y se va, como en un restaurante, llega el segundo plato y disfrutas de un momento largo, reunidos a la mesa, grandes platicas con los hijos que vienen llegando del cole, (si no se te atraviesa el estúpido celular) y terminas en un postre y hasta un té o un café. ¡Que gozada!!! Lo escribo y me quiero sentar en esa mesa hoy, vivir ese suculento ritual. 
Aquí en ocasiones es por turnos, yo debo pensar en el menú y en la logística de que nada se me eche a perder, lo preparo, lo sirvo y como al mismo tiempo, a veces no me siento, debo estar al pendiente de los vasos de mis hijos y procurar que esté todo para no tardarnos ni tener accidentes, después recoger, limpiar platos, lavar, secar y guardar en su lugar. 
Somos de comer bien, sano, balanceado y sabroso y lo considero muy importante, alimentarnos en nuestro caso no podrá ser solo respuesta a una necesidad básica, nos gusta en su punto, bien caliente o bien frío, sé que muchas personas a bordo de sus barcos comen fatal, yo eso no lo voy a permitir, cueste lo que cueste, nos alegra el día.

Eso es hoy, aunque hay otros rituales que no extraño para nada, como tener que secarme el pelo con secadora y mi amado e inseparable cepillo redondo, ¿dónde lo dejé? ¿O a quién se lo heredé? Ya no sé. Maquillarme, combinar y pensar en mi ropa, manejar, etc...   Después platicaré más de éste tema, cuando lo necesite hacer.

Por otro lado fuimos al museo de Jáques Brel y me encantaron algunas de sus frases, me hizo volver a pensar en mis quejas absurdas, ese señor tenía claro que ser tibio no te sirve para nada, se nota que fue un hombre apasionado y entregado a sus pasiones. 
No les voy a contar su vida porque ni la leí, sólo les resumo que fue un gran artista francés, actor, escritor y cantante, todo un poeta, llegó a las marquesas en su velero y al notarse desconocido para las demás personas supo que debía vivir aquí, estaba cansado de ser “famoso”. Después tuvo un avión y se dedicó a ayudar transportando medicamentos y comida entre las islas, así como pacientes o doctores, se ganó a la gente de una manera distinta a lo que en su momento fue su público, se sintió feliz y querido y hasta la fecha lo veneran e idolatran. El decía: “J’ai effectivement un manque total de mesure“. (Yo tengo efectivamente una falta total de mesura.) 

Y esta otra frase que me encantó porque tiene mucho que ver con lo que nos está pasando, abriendo lo ojos:

IL FAUT ETRE EN DIFICULTE, JE CROIS, TOUT SA VIE. QUAND LES CHOSES FUNCTIONNENT BIEN, CES’T QU’ON VA VERS LA GRISAILLE IMMEDIATEMENT. C’EST A DIRE QU’ON COMMENCE A SE POSER DES PROBLEMES QUI SONT DE PROBLEMES DE LUXE, DES MALADIES DE LUXE.

Y lo que entiendo e intento traducir es: 


Debemos estar en dificultad, yo creo, toda la vida. Cuando las cosas funcionan bien, es que llevamos la contraria inmediatamente. Quiere decir que comenzamos a adoptar problemas que son problemas de lujo, enfermedades de los lujos. 

A pensar, valorar y reaccionar...

 

Viernes 26 de abril



Limpieza, lavé todo el día y traigo las manos de abuelito, arrugadas en algunas partes, como si se me esponjara la piel, me urge un baño pero no hay tiempo por ahora, nos preparamos para irnos rumbo a NUKU HIVA, con una escala en UAPOU.
Algo sigue pasando con el generador, estoy segura que ya mero mi ingeniero y capitán logrará arreglarlo, me explica y explica sus conclusiones y yo hago como que entiendo y entiendo, pero la verdad es que casi nada me entra de ese mundo mecánico que a él le parece tan sencillo, a mí me sigue hablando en chino, pero sé que sólo necesita decirlo para entenderlo o entenderse mejor y yo pues lo escucho. 
Después de limpiar y acomodar muchísimo el barco, vino Loraine, nuestro nuevo amigo y nos ayudó a acercarnos al muelle para cargar tanques de agua y estuvo ayudándonos en lo que pudo, cómo va mandándote Dios ángeles en la tierra, que te guían y te enseñan tanto. 
Me platicó Alejandro que le enseñó la foto de nuestra despedida en Puebla con nuestros 250 amigos. y nos faltaron más. Se carcajeó cuando Loraine le preguntó: ¿y todas esas personas quiénes son? Alejandro le dijo, mi familia y amigos y respondió: creo que ni en toda mi vida he conocido a tanta gente. Jajajaja...  Otra vez nos vuelve a caer el veinte de lo mucho que nos quieren y sentimos bonito.
Salimos en una noche oscura y negra con algunas estrellas que se asoman entre las nubes, no hay luna o no la veo, tampoco veo bien si hay barcos enfrente o boyas. Para poder hacerlo, me voy a la punta del barco y me despido a oscuras de la montaña de HIVA OA, que día con día me cautivó tanto; en la tarde, mientras recogía la ropa que lavé y colgué del guarda mancebos con mis adoradas pinzas de tendedero, pude darme 10 minutos de contemplación para volver a ver cómo las nubes intentan llegar a la punta de la montaña, forman un telón que sube y la cubre lentamente y arriba parecen hacer chorcha, un montón de nubes se juntan a disfrutar de una maravillosa vista al mar y al resto de la isla que pasa de palmeras a pinos por sus distintas alturas, de verdad es mágica y te atrapa su belleza y su paz; si buscábamos calma, ésta isla nos la dió, al igual que unos amigos maravillosos y certeza de lo que estamos haciendo, esto es sólo el comienzo, vienen bellezas de paisajes por delante, más gente con corazón de oro y culturas que nos darán un aprendizaje y lecciones para seguir entendiendo esto de soltar y vivir ligeros de equipaje. 


El barco viene como caballo desbocado, le urgía soltarse, no le gusta mucho estar amarrado, se siente como si quisiera correr, yo, a mi estilo, le digo: ¡Ooooooooooohhhh!!! ¡Tranquilo... hay más viento que vida!! Ja, mi chiste bobo.