SUSCRIBETE

24 Abril 2024, Puebla, México.

Desde el ALDIVI: en el viaje, las ideas se siembran como semillas de emociones

Sociedad |#c874a5 | 2019-07-20 00:00:00

Desde el ALDIVI: en el viaje, las ideas se siembran como semillas de emociones

Bernadett Sánchez del Castillo

 

Jueves 2 de mayo

Ayer llegamos a la bahía de HAKAUI, ahora sí no sé cómo compartir la magestuosidad de estas paredes que protegen la bahía, no tengo punto de referencia, inmensos acantilados que parecen bloques de queso mal cortado, nos hacen sentir diminutos y protegidos de un fuerte oleaje del que logramos escapar ayer en la tarde. La entrada a esta bahía hace un zigzag de rocas que frenan al mar para lograr la tranquilidad del agua y una vez que entras te abraza la calma y te observan las montañas.

 

Related image

La cascada Vaipo, en la isla Nuku Hiva. Se llega a ella desde la bahía de Hakaui, en las islas Marquesas. No todo el año tiene agua la cascada. 

Nos aventuramos a conocer un poco la orilla, la bahía está dividida por la mitad y para pasar de un lado a otro cruzan selva, nosotros con el dingui tenemos la ventaja de hacerlo por mar y es más rápido, del lado derecho hay playa y una casita, la única, creo que es de un señor llamado Daniel, pues también le llaman Daniels Bay. Y del otro lado la desembocadura de un rio que viene de adentro de la selva y si lo sigues llegas a una cascada inmensa, la tercera más grande del mundo por lo que hemos leído. ¡Vamos!!! Tenemos ganas de verla, aunque sabemos que tendremos que caminar y bastante. Todos estábamos preparados con tenis, gorra, blusa de manga larga y pantalones, menos Alejandro que llevaba su muda en su mochila. Al llegar tuvimos que quitarnos zapatos pues había que arrastrar el dingui hasta el otro lado, la marea estaba baja y no había paso. Unos señores lavaban su ropa en las piedras de la desembocadura del pequeño rio y el hijo de uno de ellos se acercó a ayudarnos, la sorpresa fue que eran de Chile y además conocían a unos amigos nuestros. Son de esas cosas que te pasan y que no puedes creerlo, estamos aquí en esta lejanía, ahora en esta solitaria bahía donde solo los vemos a ellos y resulta que tenemos conocidos en común, no puede ser. Estoy muy sorprendida y Alejandro está encantado de poder platicar con gente en español, no pierde la oportunidad y ahí se queda un rato, sin camisa y sin pantalones, con el agua arriba de la rodilla. Los niños nadaban y disfrutaban ser arrastrados por el agua y la arena es fina y pisarla era delicioso. Nos dicen que la cascada no tiene agua y nos entristece, pero al mismo tiempo ahorrarnos la caminata tan agotadora es maravilloso, ahora sí no era tan temprano, el sol y el calor estaban a tope. Se van nuestros nuevos amigos y decidimos dar una vuelta por el estero, tenemos calor y estamos cansados, nos volvemos al barco y descansamos un rato. Más tarde se acercan una pareja de australianos mayores que invitamos a cenar y nos dan muchísimos tips para nuestra navegación e incluso nos recomiendan modificar un poco nuestra ruta.

Nos quedamos planeando y pensando nuestras nuevas opciones cuando Alejandro me dice, creo que estoy intoxicado, me siento muchas ronchas en la espalda, ¿me puedes revisar? Se levanta la playera que traía y yo casi me desmayo, no había un espacio de más de un centímetro sin piquetes en su espalda, no se había intoxicado, los famosos NONOS, unos moscos chiquitos blancos y negros que son plaga en esta isla se lo habían devorado, pero con hambre. Que ansiedad verle la espalda así, le daba demasiada comezón y estaba desesperado. Los niños y yo sólo tenemos algunos piquetes salteados, pero este pobre hombre sí fue carnada fácil. Hasta quieto estuvo mientras se repartían el botín esos mosquitos desgraciados. Una pomada entera de andantol le embarré y solo así se pudo dormir.

 


Viernes 3 de mayo

 

No se siente del todo bien Alejandro, yo preparo enfrijoladas que me pide Alexa con sus ojitos que me ruegan, extrañamos esos desayunos que conocemos y acostumbramos, bastos, preparados y servidos a la mesa.

 

Related image

Paisaje en Nuku Hiva, en la Polinesia Francesa. Foto tomada de svdejala.blogspot.com

 

Sacamos el ancla para irnos a TAIOHAE , la bahía principal de NUKU HIVA. Con olas muy grandes y que nos empujaban de lado con todas sus fuerzas y conmigo al timón logramos en dos horas llegar, anclamos y de pronto se acercaron en su dingui la familia de armenios que conocimos en Hiva Oa, para avisarnos que a las 3:30 pm hay una clase de baile regional para las niñas y 4:30 para las mamás. A mí, que me fascina bailar, no me lo tuvieron que decir dos veces. La clase fue un éxito, nos reímos y bailamos y hasta nos aprendimos los pasos. Llegaron los chilenos como público a observar nuestros movimientos de cadera y manos, estuvo muy divertido, hasta aplausos recibimos. La maestra con sus brazos grandes y tatuados y su chongo  puesto como sombrero, incansable contaba, une et deux, une et deux, de verdad que es una de mis grandes pasiones, el estilo que me pongas me vuelve loca, es una bendición tener buen ritmo, mis compañeritas arrítmicas no se veían pasándola tan a gusto como yo, no es por presumir, pero a la tercera ya dominaba lo recto que deben ir los brazos, el beso simulado y coqueteo con la mano, y el serpenteante movimiento de cadera al ritmo de los tambores, todo al mismo tiempo y con una linda sonrisa, le hago caso en todo a la maestra, así de nerd pal baile soy. Después de la clase en la que coincidimos con más amigos, nos fuimos a comer al único restaurant de pizzas, llamado MOANA NUI. Nos juntamos más de 20 personas entre niños y adultos y convivimos como si fuéramos amigos de toda la vida.  Que imán tan poderoso cuando adoptas a nuevas personas en tu vida y las quieres cerca, somos seres sociales, ¿o será que somos mexicanos? 

 

 



 Sábado 4 de mayo

Limpieza y reparaciones del velero otra vez, así será siempre, pero en la tarde nos invitan a cenar a casa de ALAN y MINA, una señora italiana que ama la cocina y un señor francés electricista, llevan 40 años sin salir de aquí. Pasan por nosotros en un taxi (pick up) Sandrine y Loraine, al volante viene MOANA, un señor fuerte, tatuado y con una trenza larga, marquesino de pies a cabeza y muy amable. Subimos a la montaña y llegamos a una cabaña muy simpática de unos 30 metros cuadrados, aquí construyen por encima del piso con unos postes que sostienen la casa, esto lo hacen para evitar la humedad y a los insectos. De una planta y con un tapanco, esta casita parece de cuento, no tienen ventanas, pero sus cortinas se ven preciosas y sólo las necesitan para dar sombra y decoración, pues, aunque las cierren también tienen entradas de viento por debajo del techo, son casas frescas y bien pensadas, únicamente con lo indispensable. Suben dos escalones desde el jardín y se quitan los zapatos antes de entrar, el piso es de madera con algunos tapetes. Te recibe una terraza con el comedor a la derecha y un sillón a la izquierda, dos pasos después entras a la sala, que parece también ser su cama y cinco pasos después la cocina, el baño está rodeado de árboles, la regadera afuera a la intemperie, la cocina también está abierta. Qué manera de saberse organizar rodeados de tanta naturaleza, no siento tantos insectos, no sé si es que me siento atrapada en un cuento o simplemente en este lado de la isla no hay tantos, tienen árboles, animales y comen sin camisa, son totalmente auténticos y libres. Invitan también a una amiga suya que se llama YOLEN que al llegar el postre nos sorprendió con un dulce de guayaba en leche de coco caliente, raro y delicioso. Pero no puedo saltarme la comida tan bien preparada con tanto esmero por Mina. De entrada, nos dio unas tortitas de huevo con gulas de rio y verduras acompañadas de una vinagreta con cebolla donde se debían chopear, y de segundo plato un guisado de res, que, nos comentaron, cazaron en el monte unos amigos suyos.  O sea, les explico de nuevo, aquí la gente agarra su pick up o su caballo, se suben montaña arriba y cazan su comida, o van al mar y la pescan. De su jardín sacan los vegetales o frutas, y así viven. A mí me tiene sorprendida esta naturalidad con la que nos platican su cotidianidad. Después de comer hasta de verdad quedar satisfechos, YOLEN nos rola un cigarro preparado por ella misma, con plantas modificadoras de conducta de su jardín, jajajaja, se escucha muy propio, ¿no? Nos carcajeamos y pasamos una sobremesa maravillosa. Este par de personajes también tienen una historia muy peculiar; en resumen, para no hacer este cuento tan largo, al salir de un orfanato, enamorados, decidieron juntar dinero y largarse al lugar donde Jaques Brel, el famoso cantante, quiso pasar el resto de su vida. Era demasiado intrigante para Alan esa decisión tan radical que tomó un famoso francés que lo tenía todo y lo dejó para vivir su libertad.  No tuvo oportunidad de conocerlo, pues al pisar NUKU HIVA, la isla lo atrapó para siempre. Hoy se queja porque desde su casa ve más de 50 focos montaña abajo por las noches y su expresión me causo mucha risa, enojado dijo: ¿baaaaaa!!! Esto ya parece Nueva York.  Los veleros parecen las velas de un pastel flotando en la bahía, es preciosa la vista que tiene desde su pequeña terraza, pero le gustaba más cuando no veía nada, solo montaña, horizonte y estrellas.

 
 Domingo 5 de mayo 

Amanezco y debo despertar a todos para apurarnos pues me muero de ganas de ir a misa, como pocas veces, tengo en serio muchas ganas, me pide mi espíritu agradecerle a Dios y aunque puede ser en cualquier sitio y de vez en cuando me acuerdo de hacerlo, hoy es domingo y sé que aquí hay una catedral hecha de piedra y se me antoja conocerla, además me han platicado que cantan precioso, no me la pierdo.

Salimos 7:30 a.m. más guapos que de costumbre, listos y emocionados nos subimos al dingui, nos amarramos al muelle, nos encontramos a nuestros amigos, la familia de Armenios y nos vamos caminando hasta la iglesia. Mis hijos he de confesar que nunca van a misa, pero parecen entender perfectamente que deben guardar silencio y respetar esa celebración. No entendemos nada, hablan en marquesiano y en francés, pero de pronto el director del coro levanta su brazo y se escuchan las voces que retumban en las piedras y rebota el sonido grave y fuerte por todo el lugar, cantan con el estómago, sin ninguna pena y con su mayor volumen, opacan a las guitarras y al tambor que los acompaña. Proyectan la letra de la canción en la pared para que todos se la aprendan y el coro está muy organizado, a dos y tres voces. Se me pone la piel de gallina cuando de pronto cantan el padre nuestro y yo lo rezo en mi silencio, no pude contener unas lagrimitas de emoción, mis hijos me abrazaban y yo solo rezo y le doy gracias a Dios por este día, por mi familia, por esta oportunidad, por los que están lejos y por todos los que están aquí y nos reciben con brazos abiertos y grandes sonrisas.

Más tarde nos vamos a comer a casa de YOLEN, ayer nos invitó a pasar el domingo y a enseñarnos a preparar leche de coco y dulce de guayaba. Esta mujer morena, con fuertes razgos y brazos, construyó su casa abierta, con una linda terraza, un escalón arriba su cuarto y dos abajo la cocina, es amplia y preciosa y está perfectamente planeada. Afuera, junto a la cocina hay una mesa con sillas, todas de plástico viejas y rotas, pero todavía aguantan. Un pico sale del piso para poder pelar los cocos a un lado del comedor y hay un asador con pollo al ras del suelo. Los perros lo rodean y lo respetan. Nos enseña a abrir cocos, es bastante complicado. Alejandro no se siente muy bien, lo noto más callado y le duele mucho el brazo derecho, se le duerme y le falta fuerza, como si no le llegara señal de su cerebro, me preocupa, creemos que es un nervio pellizcado, quiero que lo vea un doctor, lo necesito al 1000%.

Nos dice YOLEN, todos los cocos que logren abrir, yo se los regalo.  Ohhhh Ouuuu!!!! A darle, le entran los niños y entre todos juntamos 8 cocos en toda la tarde, nos enseñó cual es hembra y cual es macho, nos queda claro, esta fácil identificar el sexo o termina en punta o termina sumido, saquen sus conclusiones, siempre debes sembrar a las hembras para que te den muchos cocos, con mucha carne y mucha agua, los machos no dan. Después nos sirve una generosa mesa con pollo, pescado, plátanos, pasta y el famoso postre, todo al mismo tiempo. Que linda invitación, me siento feliz de pasar un domingo así de real. Otra vez nos adaptamos a esta invitación y comemos con las manos y de todo, mis hijos están batidos en coco, tierra y quien sabe que más, andaban explorando el jardín acompañados de los perros y abriendo cocos. Uno de sus perros se llama PENE y nos causa mucha gracia, se escuchaban mis hijos por la montaña gritando PENE VEN, PENE VEN y al cabo de un rato escuchamos a Diego gritándole COLA VEN, COLA VEN... jajajajajaja, típica puntada de mi olvidadizo hijo.

Más tarde nos vamos caminando con ella hasta un sitio arqueológico muy bonito, lleno de MANA, la energía que te armoniza y te da la bienvenida, su buena vibra infinita, veo uno que otro TIKI, una escultura de una mujer dando a luz y al lado un hombre con la manita en su miembro, ¿mostrando la vida? ¿O que será esta escena? Las palmeras y árboles que rodean la explanada son guardianes de este mágico lugar y con esta luz se ven los techos de palma y las piedras naranjas, luz cálida que enmarca mejor los detalles de las esculturas, increíbles. En el camino de regreso cortamos aguacates, YOLEN se sube a los árboles como una experta, se quita los zapatos y abraza el árbol con los pies. Todos sus vecinos son casas de su familia, sin bardas, son piedras y árboles los que dividen las propiedades. Regresamos a su casa y corta un árbol para regalarnos una penca de plátanos, ya le paramos porque si no la dejamos sin fruta y a nosotros nos va a sobrar.

Llego cansada todas las noches, con ganas de escribir, pero últimamente me vence el sueño. Hablo conmigo y me platico mis grandes ideas y emociones, le pido a mi mente que las recuerde para este preciado momento en el que puedo agarrar mi pluma, pero las ideas se siembran como semillas de emociones, debo ser paciente, ya las tengo y poco a poco las cosecharé, son tantas las vivencias, las experiencias, los aprendizajes que no da tiempo de contarlo todo. Cada persona que conocemos es digna de una novela, todas sus historias me parecen importantes e interesantes, estoy abierta a escuchar a admirar y a estar. 

Lunes, martes, ,miércoles, jueves...

Limpieza profunda y reorganización del velero, hacemos un inventario de lo que nos queda de comida y seguimos con bastante. Alejandro sigue intentado dejar bien el generador, consiguió una pieza y la está cambiando, lava escotas, cambia focos, coloca nuevos ventiladores, revisa constantemente sus baterías etc... 

Consigue una cita con el doctor, un osteópata local, yo me quedo con los niños y varios amigos en el restaurant de las pizzas y se va a que le arreglen las desconchabaduras que trae en el cuerpo. Tres horas después regresa con peores dolores que con los que entró a su cita y agotado, me platica que el doctor le masajeó con todas sus fuerzas hasta el paladar, yo no podía dejar de imaginarme a mi marido en manos de un inmenso MAORI todo tatuado que lo sangoloteó y dejó como trapo, aunque me confiesa que no era así. Resulta que el diagnóstico es por tensión y está tan contracturado que no le llega bien la circulación al brazo, pero con ese masaje después de algunos días se va a mejorar y yo sé que sí. No puedo imaginarme la tensión, que no quiso ver, con la que lleva viviendo estos últimos meses, pobre y qué valiente es. 

De sus piquetes va un poco mejor, el doctor le preguntó si no había tenido calentura y más bien creo que ni tiempo tuvo de pensar en eso, sólo lleva varios días sintiéndose muy cansado y mal, eso es todo, es poco exagerado, pero la comezón no lo ha dejado en paz. 

Pasamos así la semana, bajándonos al muelle con los amigos a platicar y jugar juegos de mesa, trepar el árbol que da la típica flor blanca que todas llevan en sus orejitas, Alexa arranca varias y se hace un collar lindo con ellas, debemos enviar todas nuestras fotos y videos por wassap a nuestras familias y amigos, tomamos citronade, o sea agua de limón, recogemos nuestra ropa que mandamos a lavar, cargamos diesel, vamos al super y así vuelan estos 4 días. 

El miércoles nos invitan Loraine y Sandrine a su barco a comer palomitas y tomar un licuado de plátano y cervezas en la tarde, ellos llevan viviendo juntos en la bahía de Hiva Oa unos dos años.  Me da la oportunidad para comparar barcos y estilos de vida y valoro mucho la nuestra, son franceses limpios y todo lo tienen ordenado, pero es un barco más chico y tienen poco espacio donde guardar sus cosas así que se ve atascado y mucho más viejo, sin lujos y con espacios muchísimo más reducidos. Ellos nos ofrecen su tiempo y sus conocimientos, que son muchos. No es muy común invitar de esta manera pues no tienes una sala donde acomodar a las visitas, pero ya somos muy cercanos y se atreven a hacerlo. Son encantadores, los niños se portan perfecto y no cometen ninguna imprudencia, estaba nerviosa de que fueran a decir algo que hiciera sentir mal a nuestros amigos. Sandrine nos atiende y luego nos entrega todas las piezas que le pedimos para lanzar la colección de MARQUESAS, todo está impecable, es hecho a mano nudo por nudo, yo lo considero una artesanía valiosa. 

El jueves trabajamos un poco en los diseños de la colección antes de mandar el paquete a México. Ya estamos listos para zarpar.