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29 Marzo 2024, Puebla, México.

Atrévete a saber quiénes somos: dos historias extremas de la condición humana

Sociedad |#c874a5 | 2019-09-09 00:00:00

Atrévete a saber quiénes somos: dos historias extremas de la condición humana

Verónica Mastretta

Vida y milagros
 
 
Sapere Aude, atrévete a saber, dice la frase en latín. A veces se necesita valor para atreverse. Otras te ves obligado a saber, cuando te topas con los datos y los ves sin haberlos buscado. Así me pasó con dos notas que vi en la misma página de internet la semana pasada, dos notas soltadas una tras otra,  tratadas como si fueran igualmente importantes, cuando son lo más extremo, el reflejo de lo contradictoria que puede ser la especie humana, de sus conductas impredecibles que recorren todas las variables, todo el arco de virtudes y vilezas, desde la bondad y la empatía hasta llegar a la crueldad  extrema. Las dos notas que vi solo tienen en común que  el tema eran los niños. 
 
La primera nota se presenta como un gran logro de la ciencia, cuando en realidad es un monumento a la banalidad y la estupidez humana. Una pareja de hindúes, él de 80 años y ella de 73, obvio, con mucho dinero, tuvieron esta semana unas gemelas reproducidas in vitro. Por la avanzada edad de la mamá, hubo un equipo de diez médicos para asistir al parto y recibir a las niñas. La explicación de este par de fatuos es que siempre quisieron tener hijos, como si la paternidad consistiera solo en engendrar y parir y no también en acompañar y criar a los hijos hasta que alcancen la independencia. ¿Tan importante les parecerá perpetuar sus genes a estos dos? ¿Pensarán que les alcanzará la vida para verlas llegar siquiera al kínder? ¿Les aguantará la columna para cargarlas cuando pesen diez kilos? ¿No podrían haber tenido la generosidad de adoptar o pagar la educación y crianza de muchos niños que lo necesitan?  ¿Y los médicos, en un país donde hay más de 1,300 millones de personas, y nacen anualmente 15 millones de niños, no consideraron que podrían aplicar su ciencia, recursos y conocimiento en niños marginados, que ya nacieron, o van a nacer, y que lo necesitan por la extrema pobreza que aún azota a millones de  personas en India? Les pareció mejor el negocio de reproducir a quien puede pagarlo a esas alturas de la vida.
 
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La otra nota ha estado varios días en los medios, pero casualmente en la página de yahoo venía en el mismo bloque de la ridícula noticia del in vitro invernal. La nota titulada "La niña de las calcetas rojas" narra el extremo opuesto, la historia de una niña no deseada, una historia que sucedió en nuestro país, en México, marcado también por feroces desigualdades. Esta niña murió antes de cumplir 5 años.  Nació en el peor lugar imaginable, nació para caer en los brazos de una mujer  absolutamente incapaz de generar el mínimo sentimiento de amor y empatía por su hija, a la que sometió a un maltrato cruel desde bebé. ¿Que la llevó a ser así? No lo explica la nota, y entenderlo es motivo de otra historia. Saber porqué sucedió así y nadie pudo evitarlo, sí es algo que como país tendríamos que saber y aprender, porque notas como ésta son recurrentes: niños maltratados y asesinados a manos de sus familiares, donde nadie hizo lo posible para evitarlo.  La nota sí dice que la mamá se volvió adicta, que consiguió una pareja nueva y que entre ambos se dedicaron a maltratar a la niña. La mamá del padrastro reportó al DIF que la pareja maltrataba a la niña. Nadie se presentó, ninguna autoridad, a verificar la denuncia. 
 
Increíblemente, esta niñita tuvo una oportunidad de salvación, una oportunidad que se perdió en la nada, en la incredulidad de quienes pudieron salvarla, en la falta de voluntad, en la indiferencia, en la incapacidad de ver lo que le estaba sucediendo entre quienes la tuvieron cerca, en la ausencia de instituciones que alerten con más énfasis los riesgos y llamadas de auxilio que grita el cuerpo de un niño o niña maltratados. Gastan mucho los políticos en publicitar sus logros. ¿Porqué no gastan en dar información útil para que quienes detecten este tipo de maltrato, sepan qué hacer?
 
La niña de las calcetitas rojas fue llamada así porque cuando la encontraron muerta, como dato particular se dijo que sus sus calcetines eran rojos. Más tarde se sabría su nombre: Lupita. Se tardaron nueve meses en saber quién era. Muchos vecinos y activistas se movilizaron para dar con los culpables. Los expertos lograron reproducir un retrato de su rostro, el que finalmente llevaría a sus asesinos. Un hombre identificó su rostro en la televisión: la había visto mientras vivió en casa de sus tías. En el lugar en el que fue encontrada,en el bordo Xochiaca, los vecinos aún colocan peluches, muñecas y dulces, como queriendo compensar lo que en vida no tuvo. También para que no llegue la desmemoria. 
 
De Guadalupe existe un pequeño video que le tomaron sus tías,  con quienes su mamá la fue a dejar por un tiempo. Hay quien dice que la niña huyó y se fue solita con las tías. Por una única vez en su vida tuvo un regalo de reyes, comida, ausencia de golpes, algo de cariño. En el video la vemos con sus grandes ojos negros sorprendidos ante la pregunta de qué les pedirá a los reyes magos, porque ni siquiera sabía que existían, y ella va contestando con timidez lo que les pedirá. ¿Carajo, dónde estaban los reyes magos? Después de unos meses la madre reapareció y los parientes le propusieron quedarse con la niña. La mamá les pidió veinte mil pesos por ella. No los tenían y se sintieron obligados a devolverla. No se les ocurrió darle largas a una persona que no era de fiar, o ir al DIF, o retener a la niña como fuera mientras pensaban. No vieron, o no supieron ver. La entregaron de nuevo a sus verdugos. Quienes vieron las cosas hicieron lo que creyeron a su alcance, pero nadie hizo lo imposible. 
 
Lupita fue encontrada en un canal, violada, golpeada con crueldad, con cicatrices añejas. Hoy se sabe que su mamá y su padrastro la castigaron hasta matarla por un motivo nimio. Cuando se dieron cuenta de que estaba muerta, la arrojaron en un canal de la colonia en la que vivían. 
 
Ya están detenidos. Valió la pena buscarlos. Tenían con ellos a otros tres niños que han sido enviados a un albergue infantil.  Dicen que los condenarán a 88 años de cárcel, como si los fueran a vivir. Ochenta años, como los que tiene el señor hindú que consideró importantísimo reproducirse. Diez médicos en un parto de una señora de 73 años. Nadie para salvar a una niña que se llamó Guadalupe Medina. El juez ordenó que su nombre apareciera en el registro civil, aunque nunca fue registrada en vida.
 
 ¿Quiénes somos los humanos? Somos tantas cosas. Atrévete a saber...