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28 Marzo 2024, Puebla, México.

Desde el ALDIVI: en Papeete, personajes de Soltando Amarras

Sociedad |#c874a5 | 2019-09-16 00:00:00

Desde el ALDIVI: en Papeete, personajes de Soltando Amarras

Bernadett Sánchez del Castillo

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Domingo 9 de Junio

 

Nos invitan a comer a su barco los chilenos. Los observo y analizo, y disfruto al hacerlo. Llega también Mario, el español. Voy a explicar mis observaciones de estos personajes que están pasando por nuestra vida en este momento.

 

Son tan opuestos que son iguales, me causan mucha gracia pues son cien por ciento auténticos y honestos cada uno en su estilo, tienen claro cómo son y así se saben, y no tienen ningún reparo en aceptar o rechazar lo que les gusta o no. Están si quieren y se van en cuanto lo deciden, se preguntan, se observan y se molestan como amigos de toda la vida, se quieren conocer más, pero ambos no saben por qué quieren eso, si uno toma y otro no, uno fuma y el otro no, uno es panzón y el otro no, uno quiere hablar de sexo y el otro no, uno se deja el pelo largo y el otro se rasura el pecho, son opuestos, tan opuestos que son iguales.

 

Jorge con su risa coqueta y sus ojos azules que dicen todo el tiempo, YO YA LO VIVÍ!, me vuelve loca, tiene una actitud tan relajada, está al acecho de conquistar una mujer y es carnal. Le habría encantado hacer este viaje 10 años atrás, dice que vendría conquistando mujeres en cada puerto, pero que ahora o son muy jóvenes o muy viejas. Es gracioso y al mismo tiempo su profundidad de pensamiento al que le pone feeling al hablar, me entretiene, baja la voz para que le pongas mas atención y así te comienza a cautivar poco a poco, es un hombre que nació para ser un pillo y ha disfrutado serlo. Siempre dice, yo no permito que me corte el pelo un hombre, tiene que ser mujer, si voy al dentista, no permito que me meta la mano a la boca un hombre, tiene que ser mujer, así de claro tiene que sólo se le pueden acercar las mujeres, me da risa su firmeza y determinación al decirlo. Hoy navega a sus 65 años por el mundo con su hijo que lo respeta y lo llama capitán, le cocina, limpia y organiza un poco el barco etc... Jorge Manuel, el solapador responsable de la eterna juventud de su padre, le celebra cada chiste, pero él es impecable, no se le sale una grosería. Con los roles invertidos, se cuidan, se joden, se acompañan, se regañan y se divierten, los he llegado a querer como familia, mis hijos en las mañanas corren a su barco a saludar a sus tíos “los Jorges", y éste par. que además tienen un don especial con los niños, los saludan haciéndoles siempre bromas, preguntas y chistes, los entretienen un ratito, son muy cariñosos.

 

 

Se pone buena la plática en la bañera del barco de los chilenos, hablan de mujeres y se desvían a un tono de lamento. Mario de pronto dice en su tono de español: La tristeza de saber que a ésta edad ya no conectas con la mirada a las mujeres con las que te cruzas, es que te empiezas a sentir solo y es duro reconocerlo, yo me sentía guapo y ahora ya no me miran, ¿estaré envejeciendo?

Me sorprende la rutina con la que vive este señor impecable siempre. Aquí por la facha ya sabes quién es limpio y quien no tanto, aunque a veces las apariencias engañen, pero éste si se ve limpio y ordenado como pocos he visto, con sus horarios e ideas bien definidos y sus barandales pulidos. “LA DAMA” se llama su barco, eso dice mucho, este tipo es un, como dicen en España, un pijo. Aun no conozco su barco por dentro, ya tendré oportunidad, por fuera está todo cubierto con fundas, se ve que es un barco divino, pero así de tapado no puedo ver mucho, lo que me parece precioso es la combinación de la madera con los herrajes verdes que se ven atravesados todos por cabos idénticos, todo es monocromático por fuera en tonos beige, se ve elegante, aunque aburrido.

 

 Lunes 10 de junio

 

Un día más de los muchos feriados que nos han tocado, casi todos caían en miercoles y se aflojaba aún más la actividad de las islas a partir de ese día hasta el siguiente lunes; aquí en Papeete, a pesar de que tienen turismo y mucho movimiento, cierran los domingos todas las tiendas y hoy lunes por ser feriado, también. No abren más que unos cuantos restaurantes y se escuchan menos coches pasar. Aprovechamos para hacerle una buena limpieza al barco; si les platico en una lista todo lo que hoy hice, los canso de leerlo. Me duelen los pies que me acabo de lavar y tuve que masajear un poco pues mi talón ya hacía un ángulo recto en sus orillas, espantoso. Parece extraño, pero estuve todo el día aquí trabajando en ordenar, sacudir, limpiar baños, vidrios, el parabrisas, barrer, trapear, lavar los cojines de la bañera, entre otras miles de actividades más, como cocinar y hacerla de maestra de tres grados distintos, y puedo repetir entre otras cosas. Me duelen las pantorrillas y pongo mis piernas en alto, no me senté ni cinco minutos en todo el día. Me consuela que mañana tendré mucho menos que hacer, espero.

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Junta de capitanes !!!@proyectosoltandoamarra#aldivi @aleirigoyen #elmexicano #elchileno #elargentino #elespañol
 
  
 

Martes 11 de junio

 

Día de chicas, se nos pego Vital en la mañana pues amaneció con calentura, supuestamente se quedaría con su papá, pero solo quiere estar conmigo; le di medicina para el dolor y mejoró, pero trae los ojitos con esa capa brillante que parece un vidrio extra cuando se sienten mal, los músculos de su cara se tiran al piso y sus párpados parecen explicarme su dolor. Me culpa porque lo obligamos a dormir en un colchón en el piso que puedo lavar fácilmente, después de la octava vez que tuve que lavar sábana, cubre colchón, almohada, funda, pijama etc. Sigue teniendo accidentes nocturnos, que más bien creo que ya son diurnos pues se hace justo antes de amanecer, ya no sé cómo hacerle, me urge que logre dar ese paso y sé que ya podría; Alejandro dice que solo es por flojo y yo creo que sigue queriendo llamar la atención y se resiste a dejar de ser mi bebé.

Pero, volviendo al tema de las chicas, le prometí a Alexa que hoy tendríamos un día especial y lo fue, las dos estuvimos felices de ir agarradas de la mano por calles y entre caras desconocidas. Aunque traíamos al pequeño lastre de Vital, hoy éramos ella y yo, le puse más atención, la escuché, la acompañé a cada tienda que quiso entrar y ella a mí, buscamos a una en especial que se llama “le petite munde de Lili”, pues una chava venezolana que conocimos desde el sábado y trabaja en una tienda de bikinis nos dijo que los vestidos más bonitos para niñas los diseñan y venden ahí. No estuvo nada fácil de encontrar, resulta que está en un segundo piso de un edificio que da a una calle peatonal pero no parece comercial, la sorpresa fue que logramos llegar, preguntando y sonriendo llegas a donde quieras. Subimos unas escaleras estrechas y oscuras y al estar en el segundo piso le preguntamos a una mujer que veía desde el pasillo a la calle si sabía donde podríamos localizar a esa famosa tienda, nos sonrió y nos dijo, ¡aquí! “Cest moi Lili.” Abrió una puerta de metal beige y con cortinas que no dejan ver hacia adentro y salió un aire frio y un aroma a lavanda que enseguida nos despertó, y de pronto entramos a un cuartito con aire acondicionado, racks y maniquíes, con todas sus paredes pintadas de color azul pastel y muebles blancos, con pompones de color rosa y melón colgando del techo, y en cada maniquí de madera barnizada, un esponjoso vestido de flores con crinolinas debajo de las amplias faldas, era inevitable no enamorarse del lugar, de Lili y de sus creaciones. Alexa se volteó a verme y sus ojitos y su sonrisa descubrían su mayor fantasía, la distancia y el tiempo que llevamos lejos nos hace disfrutar pequeños placeres más que nunca, y ese lugar así de coqueto y la exclusividad con que atendió Lili a Alexa la hicieron sentir princesa.

Se probó tres vestidos, uno azul con estampado en flores rosas y verdes, con un moño blanco atrás que de la cintura, con el que giró y giró y se trasladó a otro mundo; después uno de rayas azul marinas con mangas cortitas de flores rojas, más recto y con la espalda en V terminada con un moño grande de la misma tela que las mangas, lindo. Y el tercero fue uno con una falda que cae como un hongo en tonos morados y estampado de flores naranjas, rosas y verdes, un moño en la cintura que cuelga de un lado y la parte superior en tono rosa liso, con un cuello volado que puedes bajar para que se te vean los hombros, está fascinada mi modelo con lo sexy de lucir así sus hombros, me derretía de amor al verla torcer su esbelto cuerpecito para poderse ver en el espejo por delante y por detrás; se tocaba la falda y se giraba para un lado y para el otro, se acomodaba el moño, pensaba con qué zapatos lucirían mejor, es toda una niña que empieza a fijarse ya en detalles de mujer, eso le está pasando. Dudó media hora cuál sería el indicado, el tutú se quedaría en la tienda pues en el barco ¿a donde lo metemos?, así que después de pensarlo y verse mil veces al espejo con uno y otro, se decidió por el azul, se lo volvió a probar y se lo quiso llevar puesto. Al lado de esta tiendita coqueta y dulce que cumple perfectamente con su función de enamorar a sus pequeñas clientas, está su taller, pasando una cortina blanca, que divide el salón, están sus máquinas de coser, sus estantes con telas de miles de colores, hilos, patrones de cartón, listones y una mesa grande para hacer sus cortes. Verdaderamente es “su pequeño mundo”.

Mi abuelo Carlos y Maria Ester les dieron dinero a mis hijos para que se pudieran comprar algún capricho y Alexa no dudó en sacar sus billetes e invertir en ese maravilloso vestido con el que casi había soñado.

Salió dando brinquitos, sonriente y feliz. Vital viene enojado porque no había ropa para él, a tanto llegan sus celos. Seguimos caminando, ahora quiero ir un paso atrás de la estrella azul con luz propia que viene saltando adelante de mí, amo verla gozar la vida, que se sienta segura, y que un vestido se convierta en su mejor recuerdo de Papeete, ¿por que no?

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“Le petite munde de Lili”

 

 

Tenemos un poco de hambre y vamos a comprarnos un bagette, nos topamos con Alejandro y Diego que estaban en la misma cafetería, qué coincidencia tan mágica e inesperada; comemos juntos y ahora sí Vital, con otra dosis de medicina, se va con su papá y nos quedamos Alexa y yo solitas, disfrutando cada minuto; yo saqué una cita en un salón de belleza que queda a media hora caminando y vamos para allá. Siguiendo un mapa damos con el lugar, entro y huele a lo que venía pensando que olería, ése aroma que deja el spray en el aire, shampoo y químicos deliciosos; venimos sudando y tienen aire acondicionado, me dejaré consentir aquí; les explico a los hombres que manejan el salón lo que necesito y siento que me entienden perfectamente. Por dentro siento como cuando le das un trago a un vaso con hielos en el calor, ¡aaaaaahhhhh!!!, esto necesitaba. Me aplasto en un sillón negro y Alexa me acompaña en el de al lado, saco su kindel para que siga leyendo Harry Potter y es mi turno de sentirme apapachada, qué delicia.

Me asignan a Alexander, un chavo amanerado y encantador con su copete de lado y mechas. Hace su trabajo muy rápido y muy bien y como en todos los salones a los que he ido, no para de hablar y hacerme preguntas, yo sólo quisiera perderme en wassap, pues necesito el wifi y platicar con mis hermanas y mi mamá, llevo una semana sin comunicarme y las extraño.

Separa mi pelo a toda velocidad y me embarra el químico que aclarará mi raíz para lograr el efecto con el que tanto me identifico, no volteo a ver sus manos, estoy confiando cien por ciento en él. Me pasa después de un rato al sillón con lavabo en el respaldo y me da un masaje de cráneo por el que hubiera pagado el doble de lo que me cobren, cierro los ojos y me permito sentir sus dedos apretarme la cabeza y quitar tensión. Amaría poder hacer esto más seguido, me relaja tanto. Regreso a mi sillón negro, frente al espejo y comienza a secarme el pelo con una secadora y un cepillo, hace 3 meses o más que no me peino realmente, me corta las puntas y me deja guapa, ahora soy yo la que sale de ahí, dando giros para sentir mi pelo limpio y sedoso en mi cara. Ya somos dos mujeres con aires de grandeza y mayor seguridad, nos merecemos un helado y platicar un ratito más, después volveremos al barco para darles de cenar a nuestros hombres. Alexa necesita de estos ratitos de atención para sentirse especial, sus hermanos acaparan mucho de nuestro tiempo. Ayer ya estaba de malas y hoy se le limpiaron los corajes con este maravilloso día que nunca olvidaremos ninguna de las dos.

 

Miercoles 12 de junio

 

Mañana llegan Angelica Moreno y sus hijas a pasar unos días abordo del ALDIVI, ¡qué emocion! Otravez debemos limpiar el barco, lo tenemos desordenado y el estar tan cerca de la calle hace que se ensucie mucho más, me entregaron ropa lavada y está todo afuera en torres sobre mi cama y sillones, lavamos las colchonetas de la bañera y se están secando en la cubierta, cuelgan del guardamancebos trapos, toallas y fundas de otros cojines, hay legos y zapatos regados por todas partes, platos en el escurridor que aunque estén limpios se ve tirado, los botes de basura llenos, cables sueltos sobre el escritorio enredados, polvo y más polvo por todos lados; comienzo a ordenar, limpiar y acomodar todo. Estoy apenas empezando cuando escucho unos gritos que vienen de afuera del barco, gritan mi nombre y el de Alejandro, estoy limpiando a Vital, que es la cuarta vez que va a hacer popo en la mañana y me tardo en reaccionar para salir a ver.

 De pronto se oye un chiflido como de plaza de toros que me da risa y me obliga a apurarme, me asomo y veo a Angelica y a sus hijas abanicando sus brazos desde la banqueta para saludarnos, emocionadas de vernos, me gritan que les abra.

Alejandro se fue a comprar cosas que le hacen falta y yo estoy en mi jugo de ayer y puede ser también de antier, sudando la gota gorda y con el barco hecho pedazos. No quiero que se suban estando el barco en este estado, mañana lo verían impecable, hoy está peor que nunca, pero no tengo más remedio que ir a abrirles la puerta de acceso a la marina y aguantarme la vergüenza. Nos damos unos abrazos deliciosos, de más de cuatro segundos, reconfortantes. Hasta que me abrazaron conecté con lo mucho que extraño a los poblanos. Se suben y están felices de conocer el velero, muy emocionadas de estar aquí. Yo estoy avergonzada, pero se me quita al verlas a ellas tan relajadas y tan cariñosas con nosotros.

Después de un rato deben volver a su hotel y se llevan a Alexa y a Vital, para ayudarme y poderme concentrar en dejar el barco impecable. Regresa Ale y nos vamos a hacer el super, compramos comida para una semana, pensando que somos 8 personas. Son bolsas y bolsas de comida las que subimos al taxi que nos dejó en la marina y que cargamos en una carretilla para finalmente depositarlas en el barco. Todo es caro en estas islas, pero más la comida. Debemos apurarnos pues quedamos en tomarnos una copa con Angélica en la noche y recoger niños en su hotel. Se quedan las bolsas ocupando todo el piso de la cocina, nos cambiamos y nos vamos.

Al llegar al hotel, subimos a la habitación de Angelica y nos enseña una maleta de 40 kilos y otra de 15 kilos que nos trajo con sorpresas compradas por ella y otras que encargué a mi mamá, quien, como toda mamá mexicana, duplicó el pedido. Apenadísimos con la carga que les dimos, no sabemos ni cómo disculparnos, les cobraron sobre equipaje, tuvieron que comprar otra maleta, no, no, no, se nos cae la cara de vergüenza, pero al mismo tiempo agradecemos desde el alma que nos trajeran todo eso,  muero por echarme un clavado a ver qué tanto hay.

Después del oso por el que pasamos, nos tomamos la prometida copa y nos regresamos al barco con las dos maletas y los niños, no habrá donde meter tanta cosa, por ahora es tarde y estoy cansadísima, mañana veo cómo le hago para acomodar todo.

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Jueves 13 de junio

 

A las 12:00 vendrán Angelica y sus hijas y el barco ya debe estar cómodo para recibirlas como se merecen y ordenado. Tengo mucho trabajo por hacer, pero logro tenerlo todo listo a la 1:00 y llegan 1:15, ¡fiuf!!! El barco se ve impecable, me siento orgullosa y con la conciencia mas tranquila. Se acomodan y nos vamos a caminar al centro de Papeete, quieren ir de compritas. Volvemos al barco y nos encontramos a Mario, el español, que nos invita sólo a Angelica y a mí a pasar a “LA DAMA”, su barco clásico, su casa. Lo tiene como de un catálogo, él lo diseñó todo y estuvo presente en su fabricación en Inglaterra. Colocó un fregadero de metal negro al centro de la cocina con una llave blanca elegantisima, su refrigerador es vertical y de la altura de un humano, sus sillones están tapizados como sala de un palacio en tonos olivos y rosa palo, todo de madera, piso, paredes y techo, se ven las costillas del barco por dentro, eso me parece como de museo; otro sillón de piel color vino impecable y nuevo te recibe después de la cocina, todo se ve nuevo y este señor lleva más de dos años viviendo ahí, claro que solo; las lámparas del barco y candeleros se prenden con una luz amarilla como velas, te transportas en el tiempo, es precioso, cada herraje, cada gancho, cada escotilla circular es de latón, a oscuras nos metemos en ese su pequeño impecable mundo, y le preguntamos ¿por qué no abre las ventanas? y muy tranquilo nos responde que para que no se le empolve nada, pues odia limpiar, aunque no se nota. Angelica que es muy chistosa, con voz fuerte y directa se burla de él en su cara y se carcajea divertida haciendo preguntas, esperando alguna respuesta un poco más atrevida. No logra sacarle mucho a este hombre que ama la soledad y la perfección en sus espacios y tiempos, pero no le puede quitar los ojos de encima a mi amiga que se pasea libre dentro del velero; con su segura personalidad se sienta y despreocupada, a propósito, sube los pies a los sillones y enamora cada segundo más al encerrado español que no se atreve a ensuciar ni el escusado de porcelana blanco que colocó en el también elegante baño. Yo estoy ahí, de chismosa viendo cada detalle y escuchando la conversación de Angelica y Mario, él no deja de repetir que es un hombre aburrido. Ella trata de entender a este personaje y le hace más preguntas y se ríe y divierte con cada una de sus respuestas y él con las pupilas dilatadas, responde sincero e intenta ser coqueto, pero no le llega ni a los talones a esta mujer que nació para brillar y exprimir a la vida. No es que los presentáramos esperando nada, es mas bien que nada podría pasar, pues ella no pasa un día sin divertirse con sus hijas, que comienzan a ser sus amigas y sus miles de amigos que la adoran y adora, y él vive en el día a día, sin buscar nada distinto. Pero también se mueve en su barco por el mundo, su libertad la encuentra ahí, nada más que sólo y con él mismo.