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25 Abril 2024, Puebla, México.

En la pandemia, nuevos riesgos hacia adelante / Carlos Rodríguez Giacintti

Economía | Opinión | 8.ABR.2021

En la pandemia, nuevos riesgos hacia adelante / Carlos Rodríguez Giacintti

El coronavirus ha sido difícil de prever y complicado de enfrentar; cantidad de muertos en nuestro país y en todo el mundo, además muchos negocios que no resistieron y cerraron, otros que se debaten entre la vida y la muerte desde hace meses: Desde líneas aéreas, restaurantes, hoteles, centros comerciales, cines, escuelas, gimnasios, librerías y un muy grande etcétera. Millones de puestos de trabajo perdidos y otros, aun empleados, pero ganando menos dinero o con condiciones laborales menos favorables.

Hablemos primero de oportunidades y de resiliencia. Unos cuantos negocios están destacando en estos tiempos de grandes tribulaciones, es el caso, por una parte, de todo lo relacionado con comunicaciones vía Internet: Computadoras, tabletas y teléfonos móviles, plataformas de comunicación, accesorios electrónicos, aplicaciones de productos o servicios como Uber, Rappi, Didi, Amazon y otras. También están los insumos para ayudar a contener el virus de la pandemia, como mascarillas o cubre bocas, gel anti bacterial, ropa de protección, desinfectantes, paneles de vidrio, acrílico o plástico, señalizaciones, etc.

Todas las empresas que han podido seguir operando en nuestro país han respondido a la contingencia con medidas sanitarias que apoyan, tanto a sus clientes como a sus empleados para que, en la medida de los posible, eviten acudir a los centros de trabajo, trabajen desde casa, procuren no utilizar el transporte público y evitar exponerse a contagios, entre otras tantas medidas sanitarias.

Unas pocas de estas empresas a las que me estoy refiriendo, también cuentan con procedimientos y equipos redundantes para poder operar fuera de sus oficinas en caso de una contingencia, pero no están preparadas para que todos sus empleados, que están operando desde sus casas, eventualmente se queden sin energía eléctrica y sin Internet. Aquí, me estoy refiriendo a los dos importantes apagones (de cuatro grandes, en los últimos dos años) que hemos experimentado en los últimos meses, donde uno de ellos afectó a cerca del 40% del territorio nacional y el último a varios estados del norte del país, afectando alrededor de 5.1 millones de usuarios. Por ello apunto que las empresas que han podido ser “resilientes” en esta etapa del coronavirus, se enfrentan ahora a una nueva amenaza: los cortes de energía eléctrica a gran escala.

Existen, además, empresas que en sus procesos de producción, almacenamiento o servicio, requieren de equipos o ciclos en los que intervienen máquinas que dependen del suministro continuo de electricidad. Así, podemos empezar por la mayoría de las escuelas en México, que no cuentan con equipos de respaldo eléctrico para mantener las aulas funcionando, como tampoco la mayoría de los comercios, ni siquiera los grandes centros comerciales, mucho menos los medianos y pequeños. Algunos hospitales en zonas urbanas cuentan con apoyos limitados a ciertas áreas de emergencia y por lapsos de tiempo acotados; fuera de las grandes ciudades, particularmente en zonas rurales, los hospitales, clínicas y consultorios, no tienen manera de resistir al riesgo de un “apagón”. Tomemos nota.  

También debemos señalar que los ahorros y acciones para combatir la corrupción del actual gobierno han excedido las expectativas más aventuradas. Los recortes en empleos de burócratas, organismos autónomos, apoyos sociales, distribución de medicinas y, en general, presupuestos de la administración pública, si no han desaparecido se han visto disminuidos en forma dramática. Un alarmante ejemplo de ello es la falta general de medicamentos en el país pero, particularmente en los hospitales del sector público donde es tremenda la escasez de tratamientos contra el cáncer para niños, de vacunas para las enfermedades ya conocidas y otros medicamentos, además de faltantes en material médico como gasas, vendas, equipos de protección, cánulas, mascarillas para oxígeno y otras más. Este año muchos niños no han recibido las vacunas para prevenir el sarampión, paperas y rubeola (la conocida como “triple”), la tuberculosis y la poliomielitis, por falta de suministro en los centros públicos de salud. Con ello, estamos condenando a nuestros niños a un futuro con riesgos sanitarios que, desde hace años, ya no existían.

¿Ahorros mal entendidos?, ¿falta de planeación? En fin, pueden ser cualquiera; el hecho es que hoy, además de las amenazas del entorno mundial como la pandemia del coronavirus, nos estamos enfrentando a amenazas y riesgos que creíamos superados, pero que además parecen ir en aumento conforme pasan los días.

Así como nos dicen los expertos mundiales en salud que, después de la pandemia, vamos a vivir una nueva normalidad, también, en nuestro país, tendremos una nueva normalidad, donde estaremos enfrentando riesgos adicionales, como la falta de medicamentos y los cortes de energía eléctrica. Para reflexionar.

(Imagen tomada del portal Municipios Puebla).