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29 Marzo 2024, Puebla, México.

 En las garras de Tláloc

Naturaleza y sociedad | Opinión | 12.SEP.2021

En las garras de Tláloc

Vida y milagros

 

En las últimas dos semanas nos hemos visto agobiados por las inundaciones y los estragos que las lluvias torrenciales dejan a su paso en diferentes puntos del país. Nos sorprende lo sucedido en el hospital de Tula del IMSS, construido a cien metros del cauce del río Tula, sobrecargado con las aguas negras que provienen de las gigantescas cloacas de la ciudad de México. La planta de luz que debiera funcionar durante las emergencias, también se encontraba a nivel del piso y se inundó junto con el resto del hospital, ocasionando la muerte de 17 pacientes intubados. Además hay más de 30 mil damnificados que han perdido sus casas y pertenencias en un lugar que nunca debió ser habitado. Lo patético de este caso es que nos damos el lujo de sorprendernos. Alguien escribió que estas inundaciones nos desconciertan al igual que si nos dijeran que  se ha inundado el mar. Los que vivimos en el altiplano del país actuamos como si no nos hubieran dicho mil veces que toda esta región, rodeada de volcanes y montañas, era de grandes ríos e inagotables cuerpos de agua. Los sistemas lacustres del altiplano, en particular los del valle de México y el Valle de Puebla, tenían su riqueza principal en el agua. El  valle de México era un sistema lacustre imponente y gigantesco. El ingeniero civil José Antonio Lino Mina, Maestro en Medio Ambiente por la Universidad Politécnica de Madrid y experto en sistemas regenerativos del agua, lo explica en un texto en Mundo Nuestro que leí ayer con enorme interés*, y en él  nos recuerda todas las complejidades del sistema hídrico del valle de México. Por mi cuenta yo recuerdo la historia del sistema hídrico del Valle de Puebla, que se formaba desde las cimas del Ixta, el Popo y la Malinche, con infinidad de ríos, manantiales y laguna. Literal, los asentamientos humanos de estos valles fueron construidos sobre los lechos de cuerpos de agua cuya invasión nos pasará facturas cada vez mayores. 

 

Cito al Ingeniero Lino Mina: "Antes del surgimiento del Estado Mexica, aproximadamente en el año 1000 de nuestra era, el sistema lacustre de la cuenca de México cubría aproximadamente 1,500 kilómetros cuadrados  y estaba formado por cinco lagos: Tzompanco, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco, y Chalco.  Los dos lagos del norte, Tzompanco y Xaltocan, eran más elevados y sus aguas escurrían hacia el cuerpo central más bajo, Texcoco....Esta agua, en su camino desde las laderas de los cerros hacia las partes bajas de la cuenca ha ido disolviendo sales minerales de las partículas del suelo  y de las rocas que se encuentra a su paso, volviendo las aguas del Lago de Texcoco salobres, formando un verdadero mar interior, como lo describiera el propio Cortés."  

Literal: la enorme metrópoli ubicada en el valle de México fue construida sobre un mar. Los mares no se inundan, son mar. 

A la llegada de los españoles, el frágil sistema sobre el que estaba sustentada la vida de los habitantes del valle fue incomprendido y se destruyó sin sustituirlo por nada mejor. De ahí en adelante todo ha sido ganarle tierra al agua para intentar expandir a la ciudad con grandes obras que no han logrado,  ni lograrán, evitar las inundaciones frecuentes y cada vez peores que cada año atacan por diferentes frentes. Como bien dice el Ingeniero Lino, los habitantes de ciudades como México o Puebla, los ingenieros y las autoridades, no piensan en los asentamientos como lo que son: "lagos desecados artificialmente", sino como valles con "problemas de inundación", y a partir de este gravísimo error de abordaje se sigue diseñando soluciones para combatir el agua. Se dilapida energía, tiempo y dinero en obras que no impedirán las inundaciones de lo que de origen es un sistema lacustre. 

En el Valle de Puebla, y en particular en toda la zona sur oriente de la ciudad, se han entubado ríos, se han invadido sus deltas y barrancas, se han desecado lagunas y orillas de los ríos para ubicar ahí nuevos asentamientos humanos, copiando los nefastos métodos de ganarle espacio al agua a costa de la salud del ecosistema y de la seguridad de las personas. De 19 lagunas que existían a mediados del siglo XX en la zona sur oriente de la ciudad, hoy solo sigue viva la laguna de San Baltazar y se recuperó en 2009 el represo de Chapulco. La madrugada del 8 de septiembre, la fuerza del agua por el vertedero de la laguna que fluye hacia el hoy cautivo río Chinguiñoso, que a su vez desemboca en el Atoyac,  fue realmente imponente. Una amiga querida envió al ingeniero Lino las imágenes tomadas esa noche en el vertedero. 

Aquí se puede observar el vertedero de la laguna el pasado miércoles 8 de septiembre en la madrugada:

 

 

 

En el celular, el ingeniero dejó el siguiente recado: "Impresionante ver esto para quien diga que el agua es escasa. La forma en la que el agua baja por el vertedero me recuerda a las garras de Tláloc. Tláloc está representado con garras  precisamente por eso, porque el agua tiene la fuerza de un animal que desgarra, como el jaguar, por eso tiene garras Tláloc ; es la representación pictórica, física , escultórica del agua , lo ves y sabes que estás hablando del agua."

Pues eso, estamos en garras del jaguar, del agua con toda su fuerza y vitalidad, con todo su ímpetu desbocado, salvaje y bello.

Dice el Maestro Lino: "En las universidades se repiten las mismas soluciones fallidas (colectores, túneles, plantas de bombeo) se enseña el mismo conocimiento anticuado y se justifica la visión equivocada...cualquier esfuerzo que se haga por dominar a esa naturaleza  invadida tiene su destino marcado: fracasará sin lugar a duda."

Seguimos sin entender a la naturaleza cuando sus fuerzas se desatan, o más bien, seguimos creyendo que las fuerza de la naturaleza puede ser atadas a nuestro antojo. Por eso seguirán y seguirán las inundaciones y las garras de Tláloc sin darnos tregua.  

*  Mundo Nuestro/ 12.Septiembre/2021/ No son Inundaciones. Por un sistema Lacustre en la Cuenca de México / José Antonio  Lino Mina