Crónicas de guerra 13 La caída del último reducto español

Aunque se reconoce como la fecha de la consumación de la independencia de México el 27 de septiembre de 1821 con la entrada triunfal a la ciudad de México del ejército trigarante encabezado por Agustín de Iturbide, la consolidación de la independencia nacional ocurrió en el mar, correspondió a la naciente Armada de México culminar nuestra independencia el 25 de noviembre de 1825.

Antecedentes

España estaba renuente a reconocer la independencia de México a pesar de haber firmado el tratado de Córdoba el 24 de agosto de 1821, por el lado de México correspondió al jefe del ejército trigarante Agustín de Iturbide rubricar el documento y por España lo hizo Juan de O’Donojú, sin embargo el general realista José Dávila se atrincheró en la fortaleza de San Juan de Ulúa, acto que para México era constitutivo de un atentado en contra de la soberanía nacional. El gobierno mexicano se vio forzado a disponer de buques y personal marino ya que ahora el escenario de guerra para combatir al enemigo español se trasladaba de tierra al mar, el triunfo definitivo sobre las milicias españolas en ese reducto español correspondió al Capitán Pedro Sainz de Baranda, sin embargo, los combates en el mar continuaron hasta que España reconoció la independencia mexicana en 1836.

Mientras se daba cumplimiento a uno de postulados del plan de Iguala que establecía que el trono de México sería ocupado por Fernando VII o algún miembro de la Casa de los Borbones, se creó una Junta de Gobierno Provisional para que se sentaran las bases legales para gobernar al nuevo país, esta junta nombró a Agustín de Iturbide Generalísimo Almirante lo que lo convertía en jefe supremo de las fuerzas de tierra y de mar.

            El 4 de octubre de 1821 se crearon cuatro ministerios equivalentes a lo que hoy son las Secretarías de Estado, uno de ellos fue el Ministerio de Guerra y Marina y se nombró como su titular a Antonio de Medina Miranda, oficial nacido en el puerto de Veracruz que desde los 20 años de edad se integró a la Marina  Real Española como guardamarina, posteriormente se desempeñó como oficial de la marina española, entre las acciones de guerra en el haber de Medina, se cuenta su participación en la batalla de Trafalgar a bordo del navío Santísima Trinidad.

Los combates

La declaratoria de independencia firmada por O’Donojú no fue aceptada por el Gobernador y Comandante General de Veracruz a la sazón el General José Dávila. Con 200 hombres y el mejor armamento disponible, Dávila ocupó el castillo de San Juan de Ulúa con la intención de mantener la lucha y recuperar para su patria la antigua Nueva España.

            La situación geográfica de ese castillo favorecía al sublevado español porque podían recibir refuerzos y víveres provenientes de Cuba además de que los cañones ahí ubicados eran de un alcance tal que podían bombardear la ciudad de Veracruz. El Gobierno mexicano conocedor de esta ventaja intentó recuperar el bastión en manos de Dávila de manera pacífica, permitiendo incluso que los españoles se abastecieran de lo necesario en el puerto veracruzano.

A un año de la toma del Castillo de San Juan de Ulúa, Dávila fue relevado del mando y su puesto lo ocupó el General Francisco Lemaur en tanto que el mando militar del Puerto de Veracruz era asumido por el General Antonio López de Santa Anna, el general mexicano pretendió recuperar la pequeña isla, sin embargo su plan falló, quiso engañarlos entregando el puerto, pero fue descubierto y Lemaur ordenó disparar sobre la ciudad el 27 de octubre de 1822. Lemaur permaneció atrincherado en el castillo casi un año y el 25 de septiembre de 1823 ordenó utilizar los cañones de largo alcance para bombardear la ciudad de Veracruz, por esa acción el puerto recibió el primer nombramiento de ciudad heroica.

            El gobierno mexicano se dio cuenta de que no podía combatir a Lemaur desde tierra y que era necesario adquirir barcos de guerra para combatir a los españoles, para tal fin envió a Estados Unidos al Capitán de Navío de origen peruano Eugenio Cortés y Azúa quién compró dos goletas: la Iguala con seis cañones de a 6 y uno de a 12 al mando de Juan Davis Bradburn, fue la primera nave en enarbolar la bandera mexicana y la Anáhuac; además, adquirió nueva lanchas cañoneras que fueron bautizadas como Chalco, Chapala, Orizaba, Texcoco, Campechana, Zumpango, Tampico, Papaloapan y Tlaxcalteca. Este conjunto de navíos constituyeron la primera escuadrilla de la Armada de México.

            Para doblegar a los españoles posicionados en San Juan de Ulúa, era preciso tender un cerco que evitara la salida y entrada de hombres, víveres y municiones. El 25 de septiembre de 1823 se decretó el bloqueo del castillo tomado como refugio por parte de Lemaur y sus seguidores lo que significaba una declaratoria de guerra. Al iniciarse formalmente las hostilidades se otorgó un periodo de 24 horas para que todos los buques mercantes españoles abandonaran el Puerto de Veracruz, el General José Joaquín Herrera fungía como Secretario de Guerra y Marina.

Mariano Michelena fue enviado a Inglaterra en calidad de ministro plenipotenciario con una doble misión: por una parte debería conseguir de esa nación el reconocimiento de México como nación independiente y obtener de los bancos británicos el financiamiento para comprar barcos que incrementaran la capacidad marítima de la Armada de México, Michelena compro la fragata Libertad y los bergantines Bravo y Victoria.

            El gobierno de México decidió nombrar el 16 de agosto de 1825 al Capitán de Fragata Pedro Sainz de Baranda Comandante General del Departamento de Marina de Veracruz con la encomienda de reorganizar la escuadrilla naval que garantizara el bloqueo a los españoles, la misión de Sainz de Baranda se vio favorecida con la llegada a la Secretaría de Hacienda de José Ignacio Esteva quien proveyó los recursos necesarios para el funcionamiento de la escuadrilla y del puerto en general.

            Las provisiones en San Juan de Ulúa comenzaron a escasear al mismo tiempo que aparecían las temibles enfermedades tropicales como el escorbuto y la fiebre amarilla por lo que la cantidad de muertos creció rápidamente a tal grado que ya no era posible cubrir los puntos de vigilancia con los pocos españoles que aún estaban sanos. El comandante Francisco Lemaur fue víctima de estas enfermedades y fue reemplazado por el Brigadier José Coppinger.

            Las primeras pláticas entre Coppinger y el gobierno mexicano se dieron  a mediados de 1825, sin embargo, los españoles seguían esperanzados a la recepción de refuerzos desde Cuba, a principios de octubre la oportunidad de apoyo fracaso, el tan anhelado apoyo nunca llegó a San Juan de Ulúa, los buques Sabina, Casilda y Aretusa que días antes habían zarpado de la Habana, regresaron sin haber podido entregar su cargamento. Sin esperanza alguna de salir triunfante, Coppinger no tuvo más alternativa que la rendición. El 17 de octubre de 1825 se redactó el acta de capitulación con 14 artículos bastante ventajosos para los españoles, al día siguiente el acta fue firmada por José Coppinger por el lado español y por Miguel Barragán representando al estado mexicano. Los enfermos fueron trasladados a hospitales de Veracruz y el día 21 el comandante español y su estado mayor abandonaron San Juan de Ulúa a bordo del buque Victoria, el resto del personal y sus pertenencias lo hicieron en el bergantín Guillermo y la goleta Águila, estas naves fueron fletadas por el gobierno de México.

            A las once de la mañana del 23 de noviembre de 1825 se izó en el castillo de San Juan de Ulúa la bandera mexicana acompañada de una triple salva de veintiún cañonazos. Con este episodio se consolidó la independencia de México gracias a las oportunas acciones de la primera escuadrilla naval de la naciente Armada de México.

Sigue la guerra con España

A pesar de haberse firmado un tratado por segunda vez con España, la falta de reconocimiento de la independencia por parte de esta nación europea se prolongó hasta 1836, por esta razón México hostilizaba a los buques españoles que navegaban por el Caribe y formó una segunda escuadrilla naval integrada por los bergantines Bravo, Victoria, Hermón, Guerrero y Libertad. Como se requería de marineros expertos y México no contaba con ellos, el presidente Guadalupe Victoria contrató los servicios del Capitán de Navío norteamericano David Porter quien fue nombrado comandante de la mencionada escuadrilla. Para garantizar el tráfico marino mexicano por el Caribe y defender a los barcos mercantes nacionales de las acciones hostiles españolas, Porter estableció su base de operaciones en Cayo Hueso, hay parte de Florida. Haciendo uso de las patentes de Corso, Porter incorporó a su flotilla la  nave Molestadora siendo esta la primera vez que la marina mexicana realizaba una ofensiva naval fuera de los litorales nacionales, en esta operación, además, se capturaron 24 barcos mercantes del enemigo.

El 10 de febrero de 1828 el bergantín Guerrero comandado por el primer teniente David Henry Porter se enfrentó a la fragata Lealtad. El Guerrero había avistado un grupo de buques mercantes españoles que navegaban protegidos por el bergantín Marte y la goleta Amelia.

A pesar de que el Guerrero dispersó al convoy español y lo obligó a refugiarse en los manglares de la costa, el Guerrero fue cañoneado desde la costa de Banes, los españoles pidieron ayuda a la Habana y enviaron a la fragata Lealtad.

            El Guerrero estaba reparando las averías causadas por las baterías terrestres cuando apareció  la fragata enemiga equipada con 50 cañones y 300 hombres, con extremo valor, David Henry Porter y sus 195 marinos combatieron hasta agotar las municiones, en el último momento de la batalla Porter perdió la vida, el bergantín mexicano fue remolcado hasta el apostadero de la Habana.

La Victoria definitiva en Tampico

El 27 de julio de 1829 desembarcaron en Cabo Rojo, Veracruz, 3100 combatientes españoles para tratar de reconquistar la nación perdida. Algunas milicias mexicanas trataron de detener a los españoles que se dirigían a Tampico, hubo enfrentamientos en Los Corchos y en un Fortín veracruzano conocido como La Barra. Ante la embestida española, los defensores de la guarnición y habitantes de Tampico evacuaron la ciudad que cayó en manos del invasor el 5 de agosto. Los españoles establecieron su cuartel general en el centro histórico de Tampico. Días más tarde, los españoles intentaron tomar Villería conocida hoy como Altamira, al mismo tiempo, el ejército mexicano cruzaba el río Pánuco para combatir a los españoles que se habían quedado en Tampico, en esta batalla el ejército mexicano al mando del General Antonio López de Santa Anna derrotó al orgulloso ejército español. Los mexicanos se dirigieron a Pueblo Viejo, bombardearon las posiciones españolas, las acciones heroicas de los mexicanos se contaban por decenas, una de ellas fue la captura de la balandra española en el río Pánuco, cercaron al invasor que empezó a sufrir por la falta de alimentos, agua y la aparición de la fiebre amarilla. Un fuerte huracán azotó las costas de Tamaulipas el 9 de septiembre, condición que aprovecharon los mexicanos para tomar el Fortín de la Barra la noche del 10 de septiembre de 1829, los españoles no tuvieron más opción que la de rendirse la mañana del 11de septiembre. Este fue el último intento de la Corona Española por reconquistar la naciente nación mexicana. Así se consolidó para siempre la Independencia de México.

REFERENCIAS

Carranza y Castillo Miguel (2014) Y la independencia se consolidó en el mar. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Secretaría de Marina. Primera Reimpresión. México.

La Armada Nacional en las Constituciones de 1824 y 1857 (2017). El fracaso del monopolio de la violencia legítima en Constituciones de México y Fuerzas Armadas. Secretaría de Marina.

A las Armas Muchachos, la Patria está en Peligro en Breve Historia de la Escuela Naval de México (2016). Secretaría de Marina. México.

Síntesis de la Historia de la Armada Mexicana 1821-1940. (2018). Secretaría de Marina. México.