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11 Diciembre 2024, Puebla, México.

Pedro Páramo por fin descansará, nos muestra Rodrigo Prieto / Moisés Ramos Rodríguez

Cultura | Reseña | 12.NOV.2024

Pedro Páramo por fin descansará, nos muestra Rodrigo Prieto / Moisés Ramos Rodríguez

Quien haya leído Pedro Páramo, de Juan Rulfo y la tenga como lo que es, una novela lograda, debe ver la versión cinematográfica de Rodrigo Prieto. Casi siguiendo a pie juntillas al jalisciense, el premiado director de fotografía, convertido en director de cine, ha logrado una proeza que parecía imposible: trasladar a la pantalla la obra descollante de Rulfo.

La película, estrenada en cines y visible en Netflix, no traiciona a Rulfo, no le quiere corregir la plana, ni recurre a las imágenes, que supuestamente retratan “lo mexicano” y a “los mexicanos”. En ella no hay ni costumbrismo ni regionalismos chatos. No.

Entre otras cosas, Prieto ha vuelto a la obra de Rulfo para retratarla, ponerla en movimiento, pero, tengo la impresión, también para recordarnos que, posiblemente sea la hora de que Pedro Páramo, ese rencor vivo, descanse. Y descanse en paz.

Al terminar la adaptación cinematográfica, al comenzar a correr los créditos, Prieto ha incluido un canto cardenche que, en mi opinión, resume su versión de la novela de Rulfo. A través de “La noche llegará” canción interpretada por los Cardencheros de Sapioriz parece que escuchamos a Pedro Páramo:

 

Llegó la hora

en que me vaya

hasta las estrellas.

 

[…]

 

La noche eterna

se está acercando,

la estoy sintiendo.

 

[…]

 

La noche llegará

y yo descansaré

bajo la luna.

 

La noche llegará

y no terminará:

yo moriré.

 

Y es que, al morir físicamente, al desmoronarse como un montón de piedras, en realidad Pedro Páramo no había logrado descansar hasta ahora: el amor no consumado por Susana San Juan que le hizo cruzarse de brazos para dejar que Comala se muriera de hambre, le impidió descansar eternamente.

Mas al escuchar el canto cardenche sobre el que corren los primeros créditos de la película estrenada hace poco, tengo para mí que Rodrigo Prieto volvió a la historia narrada por Rufo para buscar, entre otras cosas, que Páramo, por fin descanse en paz. Lo dice la canción:

 

Ya no me busquen,

ya no soy ese:

ya estoy aquí.

 

[en el descanso eterno, después de que lo hemos visto que no podía dormir, no podía morir].

 

Es decir: sabemos que Pedro, quien jamás olvidó a Susana y siempre recordó cuando iban a volar papalotes o se bañaban en el río, al final de la novela no descansa. Pero al encontrar la canción cardenche publicada hace siete años por su autor, José Luis Guzmán Wolfer, Rodrigo Prieto ajusta cuentas con el sufriente Páramo y lo escucha —con nosotros— decir:

 

La noche llegará

y yo descansaré

bajo la luna.

 

[…]

 

De proto duerno

y estoy soñando

que estoy volando,

por fin en libertad.

 

Soy golondrina

cruzando el viento

sobre los valles en que nací.

 

[…]

 

La noche llegará

y yo descansaré

bajo la luna.

 

La noche llegará

y no terminará:

yo dormiré.

 

La noche llegará

y no terminará:

yo moriré.

 

Por fin morirá realmente este hombre que vio sufrir a la mujer “más hermosa” y a la que, como adulta, no pudo tener más que como a un fantasma, recluida por poco más de tres años en una habitación de la Media Luna. Por fin lo hemos visto sufrir, nos hemos puesto frente a él, y vemos que no es mejor ni peor que nosotros: es simplemente —y es mucho— un hombre que no pudo realizar su amor.

Mas, insisto: “Llegó la noche” nos da una esperanza: Pedro Páramo, por fin, duerme, descansa, luce para él la luz perpetua.   

En una entrevista con Elena Poniatowska, Rulfo comentó a la periodista

“Antes, yo oí muchas voces, y las sigo oyendo.” […] “Lo que pasa es que entre el coro de todas esas voces universales y gloriosas yo volví a oír la voz profunda y oscura. Tal vez la de un hombre viejo que está a la orilla del fuego, volteando las tortillas: ‘¿Te acuerdas de cuando mataron a La Perra? Y aunque no lo creas, esa voz predomina en el coro, y es la del verdadero, la del único solista en que creo, porque me habla desde lo más hondo de mi ser y de mi memoria…’

Tengo para mí que Juan Rulfo escuchaba esa voz oscura y no era otra que la de Pedro Páramo sin descanso, y con él, claro está, quienes vivieron con él. Pero también podría decir que Rodrigo Prieto ha escuchado la voz de Juan Rulfo, quien lo ha llevado a “La noche llegará” para que nos muestre que es hora de la concordancia, de la paz, de dejar en paz el pasado.

La versión completa de la canción cardenche está disponible en YouTube, en el canal de su autor, José Luis Guzmán Wolfer.

Quien no vea los créditos, se perderá un “colofón” a la historia del Páramo de Rodrigo Prieto.]