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21 Abril 2025, Puebla, México.

El streaming de música y su impacto ambiental / Revista Elementos BUAP

Cine y medios audiovisuales /Ciencia y tecnología | Crónica | 26.ENE.2025

El streaming de música y su impacto ambiental / Revista Elementos BUAP

Darío Sebastián Pavón Díaz
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En la actualidad, tenemos cada vez más presente el daño que nuestras actividades cotidianas generan a la naturaleza. Cuando compramos comida con empaques de plástico sabemos que estos terminarán siendo desechados y contribuirán a la contaminación de los suelos; o cuando dejamos una llave del agua abierta, lamentamos desperdiciar ese valioso recurso. Sin embargo, los diversos daños que provocamos no siempre son tan evidentes.

     Si eres una de las personas que aún compra discos en tiendas, tal vez no te sea tan difícil imaginar que para producir el disco y su empaque se necesitan recursos como el plástico; que la maquinaria que los produce necesita energía eléctrica; que su transporte de la fábrica a la tienda requiere de combustibles; que, como el disco que compraste, hay millones esperando a ser comprados y que cuando estos ya no sean útiles, serán desechados. Tener un objeto físico como un CD, nos permite imaginar estos procesos y el ciclo de vida que tendrá el producto, pero, ¿qué pasa cuando no tenemos un objeto físico como un disco?

 

EL STREAMING DE MÚSICA

 

El streaming de música es un servicio digital relativamente nuevo que se hizo popular hace apenas una década, pero su adopción fue tan rápida que, actualmente, es la manera más común de escuchar música.

      Estoy hablando de los servicios de plataformas como Spotify o Apple Music. El streaming hace el consumo de música más fácil para todos: es accesible, pues es posible escuchar música gratis con anuncios; nos da opciones que parecen infinitas, las canciones que amamos y millones más que no conocemos, pero que están listas para ser escuchadas en cualquier momento sin tener que pagar por cada una de ellas; son fáciles de usar, solo necesitamos los dispositivos que usamos día a día como el teléfono celular, la computadora o la televisión. Estas razones dejan claro por qué el streaming se convirtió tan rápidamente en la principal forma de escuchar música (Wikström, 2020).

     El streaming no solo es extraordinario para nosotros como consumidores, sino también para la industria de la música. Las ganancias del mercado de la música grabada, antes de que el streaming alcanzara popularidad, se encontraban disminuyendo año con año por casi dos décadas (Richter, 2023); debido a la digitalización de los medios, descargar música de manera ilegal era sencillo y, en consecuencia, pocas personas decidían gastar en música. Las ganancias de la industria eran menores cada año debido a la piratería, pero eso no significaba que el consumo de música hubiera disminuido. El streaming mostró ser la solución perfecta para que la industria se adaptara y la piratería disminuyera de manera substancial. El streaming representó el 80 % de las ganancias de la industria en 2022; esto significó que la industria de la música tuvo sus mayores ganancias desde el año 2000 (International Federation of the Phonographic Industry, 2024).

 

¿CÓMO FUNCIONA EL STREAMING DE MÚSICA?

 

Al escuchar música en streaming no tenemos un disco que tenga las canciones, pero estas deben de estar físicamente en algún lugar para que las podamos escuchar. Las canciones se encuentran almacenadas en servidores, y al ser millones y millones en diferentes calidades y formatos, son muchos servidores los que se necesitan para almacenarlas. A esos conjuntos de servidores se les llama centros de datos (Sampedro et al., 2021).

     Los centros de datos se utilizan para muchísimas cosas, no solo para el streaming. Si lo puedes encontrar en Internet, se encuentra almacenado en un centro de datos: desde algo muy personal, como los archivos que guardamos en Google Drive o nuestros mensajes de WhatsApp, hasta los estados de cuenta de los usuarios de un banco. El internet en su conjunto está a nuestro alcance a cualquier hora del día, todos los días; no obstante, para que esto sea posible, los centros de datos necesitan estar operando continuamente.

     Hacer que los centros de datos operen sin parar no es una tarea fácil; además de la gran cantidad de energía que esto requiere, también se debe asegurar que ningún error pause sus operaciones. Cuando una computadora se utiliza por largos periodos, se calienta y empieza a operar de manera más lenta.

     Lo mismo sucede con los centros de datos. Los servicios digitales no pueden permitir que sus sitios no estén en línea, por lo tanto, los centros de datos tienen un sistema de enfriamiento activo para mantener los servidores a una temperatura ideal que reduzca al mínimo las posibilidades de un mal funcionamiento. (Valancius et al., 2009).

     Existen centros de datos de diferentes tipos; algunos son construidos por la misma empresa u organización que hará uso del centro de datos. Otras empresas, en lugar de invertir en su centro de datos propio, contratan el servicio de espacio en centros de datos de terceros. Por ejemplo, la plataforma líder en streaming de música, Spotify, solía tener su propio centro de datos; sin embargo, como el catálogo de canciones y el número de usuarios de la plataforma aumentaba constantemente, dejaron de utilizar su propio centro de datos y contrataron a Google Cloud para que se hiciera cargo de ello. Esto resultó más eficiente para Spotify, ya que ellos no son expertos en infraestructura tecnológica; así evitan usar sus recursos en solucionar problemas que pudieran surgir en el centro de datos. Google Cloud es una red de centros de datos de gran escala que, gracias a su enorme magnitud, puede prestar sus servicios a otras empresas; se le llama centro de datos en la nube, ya que la compañía contratante no tiene el control del centro de datos. La gran mayoría de los servicios de streaming operan con centros de datos en la nube o centros de datos de gran escala (Zhang, 2022).

     La explicación anterior aclara dónde se encuentran las canciones que escuchamos al utilizar las plataformas de streaming, pero también hay que explicar cómo acceder a ellas. Esto es posible gracias a redes que nos permiten contactar con los servidores, pidiendo una canción y que, a su vez, los servidores nos manden de regreso lo solicitado. A estas redes se les conoce como redes de transmisión de datos.

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