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19 Mayo 2025, Puebla, México.

Un adiós a Mario Vargas Llosa, a propósito de sus adioses / Héctor Aguilar Camín

Cultura | Opinión | 19.ABR.2025

Un adiós a Mario Vargas Llosa, a propósito de sus adioses / Héctor Aguilar Camín

A fines de 2023 escribí una nota para el diario Milenio sobre los dos adioses que aquel año anunció a sus lectores Mario Vargas Llosa. Su adiós a la ficción, con la novela Les dedico mi silencio, y su adiós a la columna de El País, “Piedra de Toque”, que fue, durante décadas una piedra de toque  de la reflexión, la polémica, la literatura y la política hispanoamericanas.

Titulé la nota “Los adioses de Vargas  Llosa” porque creí descubrir en uno de ellos, el novelístico, que Vargas Llosa había hecho un admirable viaje redondo, personal y creativo.

 

El viaje había empezado con la pregunta que da inicio a Conversación en La Catedral: “¿En qué momento se jodió el  Perú” , y había terminado,  en  Les dedico mi silencio , respondiendo la pregunta opuesta: “¿En qué momento  se logró el Perú?”

Aquí la nota.

Los adioses de Vargas Llosa

El domingo 17 de diciembre de 2023 sucedió algo histórico en el periodismo de habla española, y ese algo fue que Mario Vargas Llosa  anunció el fin de su columna quincenal ”Piedra de Toque”, que publicaba en El País.

Vargas Llosa escribía cada quince días de cualquier asunto y cada quince días se daban cita ahí, en el flexible caleidoscopio de su prosa, la claridad de sus  batallas políticas y literarias, así como sus lectores adictos, fascinados o irritados, nunca  aburridos o neutros.

Difícil pedir algo más de un columnista.

Del escritor hay mucho más que decir, tanto del autor de novelas como del ensayista. En ambos géneros  ha sido un autor  tan  admirable como en el periodismo, lúcido, sorprendente y polémico, aunque en ninguno, desde luego, mayor que en el de novelista o escribidor, como él diría.

Al paso de su retiro periodístico, Vargas Llosa anuncia también su adiós a la ficción, en la nota final de una novela tan fresca y tan joven que parecería la de un debut feliz.

La novela se titula, muy a propósito, Le dedico mi silencio y es quizá la más nostálgica, gozosa y optimista de todas las suyas.

Ahí, a propósito de la investigación sobre la vida de un portentoso guitarrista,  muerto joven y en el olvido, Vargas Llosa reconstruye, inventa, disecciona y mezcla las historias, los autores, las costumbres y los ritmos y bailes que dieron vida al lo que conocemos como vals peruano.

En Conversación en La catedral, Vargas Llosa respondió a la pregunta amarga: ¿En qué momento se jodió el Perú?  Se diría que en Le dedico mi silencio, responde a  la pregunta contraria: ¿En qué momento se logró el Perú?

La respuesta es alegre y musical: el Perú se logró  con la creación popular y la adopción nacional del vals peruano, esa música que hizo reconocerse a los peruanos como tales, por encima de las divisiones de raza, geografía, injusticia o desigualdad.

Le dedico mi silencio es una novela de reconciliación de Vargas Llosa con la parte  que canta, baila, ama y goza del Perú, una envidiable novela de alegría y juventud.