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22 Junio 2025, Puebla, México.

Memoria de Pepe Mújica / Humberto Sotelo

Mundo | Opinión | 14.MAY.2025

Memoria de Pepe Mújica / Humberto Sotelo

Michelle Bachelet (ex presidenta de Chile), comentando el fallecimiento de don José, “Pepe”, Mujica, escribió : “La partida de José Pepe Mujica deja un vacío inmenso, no sólo en el corazón del pueblo uruguayo, sino también en América Latina y en todos aquellos lugares del mundo donde se valora la política como un acto de servicio, una expresión de coherencia y un camino hacia la justicia”  (Vid. (https://elpais.com/chile/2025-05-14/pepe-mujica-el-legado-de-un-hombre-libre.html).

      ¡Vaya manera tan magistral de describir en pocas líneas la sensación que nos deja la partida de don Pepe!   Él logró la hazaña, de consuno con sus correligionarios del Frente Amplio, de construir un sistema democrático en una nación que estuvo sometida a una de las dictaduras militares más severas de nuestro hemisferio. Cuando se hace referencia a su vida predomina ( esta es la visión que nos brindan principalmente los medios televisivos)  la imagen de un hombre asaz simpático, bueno e inofensivo, empero pasan por alto las terribles experiencias que vivió en prisión, después de haberse convertido en rehén del régimen que arribó al poder en Uruguay tras el golpe de Estado de 1973, el cual desmembró ferozmente al movimiento guerrillero conocido como Tupamaros  (mismo que pretendía seguir el ejemplo de la Revolución Cubana), al cual perteneció José Múgica, junto con personalidades como Raúl Sendic Antonaccio y Eleuterio Fernández Huidobro. “Ese largo viaje” –como le denominó don Pepe a esa experiencia carcelaria--- duró, exactamente, 11 años, seis meses y siete días.

   La dictadura -militar duró de 1973 a 1985.  Durante ese tiempo se fue generando entre la sociedad civil uruguaya un fuerte movimiento de resistencia que logró aglutinar a amplios sectores sociales, obreros, campesinos, profesionistas, estudiantes, etc.  Dicho movimiento logra un avance fundamental al crearse el Frente Amplio, integrado por los principales organizaciones democráticas y de izquierda del país, entre ellos el  Movimiento de Participación Popular, la Asamblea Uruguay, el Partido Socialista, el Partido Comunista, la Alianza Progresista, la Vertiente Artiguista, el Nuevo Espacio, el Partido por la Victoria del Pueblo, el Partido Obrero Revolucionario, Partido Socialista de los Trabajadores (ex-PRT), etc.   (Vid. https://www.polodemocratico.net/breve-historia-del-frente-amplio-de-uruguay/.

   Don Pepe Mujica y sus compañeros, al percatarse de los cambios y transformaciones que se estaban gestando en el seno de la sociedad civil uruguaya, paulatinamente llegaron a la conclusión de que se tornaba preciso abandonar los viejos esquemas que habían alimentado su formación revolucionaria. Como era de esperar,  este “camino de Damasco” exigió de todo  un cúmulo de arduas reflexiones, que no siempre estaban exentas de dudas e interrogantes. 

      Una vez que abandona la prisión, gracias a la amnistía concedida por el gobierno a los presos políticos, crea a fines de los 80 el Movimiento de Participación Popular (MPP), el cual queda incluido en el Frente Amplio. Su crecimiento fue sostenido en las elecciones subsiguientes hasta convertirse en 2005 en la fuerza más votada dentro de la izquierda ( Vid. Verónica Psetizki, “Mujica, de guerrillero a presidente”,  en BBC News, 29 de noviembre de 2009).

    En noviembre de 1989, a pesar de haber sufrido el desgajamiento de dos grupos que habían sido protagonistas en su fundación, el FA ganó la elección municipal de Montevideo y Tabaré Vázquez asumió como intendente.

    En 1994 fue elegido diputado, senador en 1999, y en 2010 se convirtió en presidente de Uruguay, ganando con casi el 55% de los votos. Su gobierno se caracterizó por una agenda progresista, por su sobriedad republicana, y por su apoyo a los sectores sociales más vulnerables.    Durante su gestión se aprobaron leyes que ampliaron los derechos sociales,  mismos que fueron de vanguardia para América Latina, como la liberación de la producción y comercialización del cannabis, la legalización del aborto y el matrimonio igualitario.  Pepe Mujica donó casi el 90% de su sueldo como presidente a fondos de ayuda social y siguió viviendo en su modesta finca rural en Rincón del Cerro junto a Lucía Topolansky –también extupamara, luego diputada, senadora y vicepresidenta–, con quien compartió su vida desde el regreso a la democracia ( Ibid).   

       El fallecimiento de don Pepe ha propiciado que las principales expresiones de la izquierda latinoamericana –entre ellas Morena, de México-  externen su pesar.  Ojalá y también se comprometieran a seguir su ejemplo, y, sobre todo –como escribe Bachelet—“a valorar la política como un acto de servicio, una expresión de coherencia y un camino hacia la justicia”.