noviembre 8, 2025, Puebla, México

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En el festín la implosión moral de Morena / Héctor Aguilar Camín

No mentir, no robar, no traicionar al pueblo, dice el mandato moral de Morena, y yo estoy de acuerdo, creo que el país está de acuerdo, sólo que lo hagan.

Y que hagan también lo que les ha pedido la Presidenta, no ostentar su consumismo, no reventarse en lugares prohibidos económicamente para el pueblo, como hicieron la semana pasada varios congresistas de Morena, por inducción del diputado Pedro Haces, millonario del sindicalismo en cuyos festines no sale el sol ni termina la noche.

Al suntuoso hotel Saint Regis de Ciudad de México llegaron legisladores de Morena a celebrar el cumpleaños de Haces, entre mármoles, bebidas y alimentos nunca vistos bajo el sol de Iztapalapa, o bajo el techo de las casas de los trabajadores que representa el taurino diputado Haces, famoso por no dejar barrera de primera fila libre de su kilatura en cosos de México, ni de Madrid.

—Este coñac, no. Del caro.

Algo así se habrá oído en la fiesta por los sesenta años del diputado Haces, en el salón Caroline 400 del Saint Regis, adonde llegaron sus legisladores invitados en rías de camionetas Suburban y Mercedes y Navigator, debidamente blindados de su congresionalidad y de su gusto por el consumo de alta gama, como poniendo el ejemplo, con sus trajes Ermenegildo Zegna y sus relojes Patek philippe y sus zapatos Ferragamo, de cuál es el aspiracionismo bueno, el aspiracionismo que se vale dentro de la austeridad que predica Morena para México y el mundo.

—Ganó el pueblo bueno en el Congreso, compañeros. Nos los chingamos.

Algo así se habrá oído también en medio del jolgorio que encendía los ánimos en el Caroline 400 del Saint Regis, porque los diputados acababan de aprobar sus leyes aplanadoras para espiar bien a los mexicanos.

En el Caroline 400 se servían tragos de mezclas alcohólicas personalizadas, y se dejaban pedir 9 mil 900 pesos por 30 gramos de caviar Osetra, mil 290 pesos por 350 gramos de langosta a la mantequilla y 12 mil 900 pesos por 750 mililitros de champaña Dom Perignon Brut.

Como se ve, la implosión moral de Morena tiene los precios altos.

 

El festín de MORENA

 

Y a todo esto, a propósito del festín de los legisladores de Morena en el Saint Regis: ¿de dónde vino la lana?

Aparte de que se la gastaron como si les sobrara, violando la moral de su movimiento, ¿de dónde la sacaron?

¿De sus dietas de congresistas? Serán dietas de engorda que ni conocemos. ¿Seguro están ganando menos que la Presidenta, como dice la ley?

¿La sacan de negocios privados, que no tienen que ver con la política? Eso sugiere el senador morenista, rey de los vuelos en primera clase, Fernández Noroña: todo lo saca de sus ingresos privados.

O sea, que es empresario o negociante, además de político, igual que sus colegas legisladores de Morena. De acuerdo. ¿Viven entonces de la plusvalía del trabajo de otros, como decía Marx?

Quizá son sólo inversionistas: ya tenían dinero de familia, ahora lo invierten en bancos y casas de bolsa y viven de sus intereses. Viven entonces de las plusvalías del capitalismo financiero y sus cuevas de usura, como escribió Lenin.

Que los políticos de Morena sean empresarios o inversionistas podría explicar todo de sus dispendios, aunque la verdad no explica nada, nada que ellos puedan explicar.

Y aunque pudieran.

Nada se ajusta al perfil moral de austeridad que pregonan para la República.

Lo que se ve desde la República es que se untan el dinero en porciones pantagruélicas, incompatibles con sus ingresos.

Y hacen caso omiso de lo que su Presidenta les mandó, prudentemente, en un escrito reciente: que sean discretos, que no hagan cosas como reventarse en el Saint Regis, a bar abierto, con dinero cuyo origen no pueden explicar.

Y aunque pudieran.

Ojo, amigos de Morena: en algún momento de debilidad moral, el pueblo bueno, al que le alcanza para vivir con un par de zapatos y dos trajes, podría preguntarse: “Y por qué nosotros no vamos a las fiestas de esos que trabajan para nosotros. Por qué no nos invitan de su dinero, ya que tienen tanto”.

Tienen mucho, es verdad. Y no hemos empezado a hablar de casas y millones inexplicables, y de otros detalles de la condición de nuevos ricos que ostentan, en su implosión moral, los políticos de Morena.