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• La vida es un vacío lleno de vida.
• El sentimiento más próximo a la justicia de que somos capaces es la culpa por las injusticias que hemos cometido.
• El hombre es un animal político. Es también un animal religioso. Es un animal gregario. Sobre todas las cosas, es un animal culpable.
• Oído en una terraza de Madrid: –Todo el asunto del amor es quién quiere a quién y quién deja a quién.
• En la política, como en la vida, el que la hace la paga. Y el que no, también.
• El amor es una apuesta contra el tiempo. El tiempo es una apuesta contra el amor.
• El pecado de los inteligentes es pasarse de listos.
• El amor, como los criminales, suele ser sorprendido con las manos en la masa.
• No he aprendido nada. Soy un especialista en cometer los mismos errores.
• Las pasiones son absolutistas; la razón, parlamentaria. Las pasiones cobran todas las cuentas cada vez; la razón las cobra una por una. Las pasiones aglomeran; la razón separa. La razón es geométrica y aristocrática; las pasiones tumultuarias y plebeyas.
• Tzu Kung, discípulo de Confucio, dijo a Lao-Tzu: “Dices que no debe haber gobierno. Pero si no hay gobierno, ¿cómo se purificará el corazón de los hombres?” El maestro contestó: “Lo único que no debemos hacer es entrometernos con el corazón de los hombres. El hombre es como una fuente; si la tocas, se enturbia; si pretendes inmovilizarla, su chorro será más alto... Puede ser tan ardiente como el fuego más ardiente; tan frío, como el hielo mismo. Tan rápido que, en un cerrar de ojos, puede darle la vuelta al mundo; en reposo, es como el lecho de un estanque; activo, es poderoso como el cielo. Un caballo salvaje que nadie doma: eso es el hombre”. (En Octavio Paz, Trazos. Ediciones del Equilibrista, México, 1997)
• Pensar es romper los hábitos de pensar, de haber pensado.
• El síntoma de decadencia de una clase política es que se impongan en la discusión pública los temas de la corrupción y la inmoralidad de los políticos.
• Nuestra alma está siempre al borde de la guerra civil.
• Contra el vacío mental, un aforismo.
Ilustración de portadilla: Víctor Solís
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