La verdad, sufrimos / Recuerdo de Antonia García Méndez, Mercado Hidalgo

Cuando nos venimos para acá, al mercado Hidalgo, la verdad sufrimos porque no se vendía. El mercado estaba vacío, no entraba gente. La única calle era el bulevar ¿eh?, esto era terreno de zacatón, todo era terreno; el mercado Unión era terreno, donde está ahorita la Central Camionera era un yerberío grande, no había casas; la verdad estábamos en medio de un terreno. Al principio, cuando llegamos, estábamos bien, pero al mes, a los dos meses que no vendíamos, sí tuvimos temor, porque lo que agenciamos en la 11 lo venimos a regalar aquí, aquí lo venimos a echar a la basura porque mercancía que se compraba mercancía que se tiraba. Y entre compañeros había mucha envidia, no nos dejaban ir a ofrecer a otro lado, teníamos que vender el producto dentro del mercado. Y así lo hacíamos para acreditarlo, porque no entraba nada, no había clientes, harto lugar vacío. De los camiones nada más era uno, el que iba a Xochimihuacan, un mentado “zanahoria” que decía “La Loma”, era el único carro que nos llevaba al centro; no había carros, sí pasaban carteros, coches, toda la cosa, pero así, carros como ahorita, no. Había carretera, pero no había transporte público para llevarnos a la central, ni para los clientes. Por eso estaba triste. Y, pues, daba miedo irnos ya a las siete, ocho de la noche; muy tarde a las cinco, seis de la tarde, todo cerrábamos y vámonos. Yo iba hasta el pueblo. Y al día siguiente venir aquí temprano a las cinco, seis de la mañana, pero ¿qué veníamos a hacer?, porque no entraba gente; sufrimos así-así como unos cinco años. Ya, al fin, fue entrando gente. Trajimos al productor, y sí, el productor jala mucha gente. Poco a poco se fue acreditando. Se abrió la CAPU y con mayor razón ya entraba más carro, ya había más negocios. Y ahorita ya estamos colmados, je je. (polonoyola)

Foto: controversiapuebla.com.mx