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25 Abril 2024, Puebla, México.

René Tanaka - Parte 1: un niño en Sonora víctima de la Guerra del Pacífico

Mundo | Crónica | 4.SEP.2021

René Tanaka - Parte 1: un niño en Sonora víctima de la Guerra del Pacífico

 

El ataque japonés a la base naval norteamericana de Pearl Harbor en diciembre de 1941 desató un enfrentamiento encarnizado entre dos de los ejércitos más poderosos del Pacífico. Sin embargo, la guerra generó de inmediato cientos de miles de damnificados civiles que fueron desplazados o enviados a campos de concentración en diferentes países de América. Estas poblaciones eran de japoneses inmigrantes pero también de sus descendientes que tenían la nacionalidad de los países donde radicaban y que, de pronto, fueron considerados como “enemigos” por el solo hecho de llevar “sangre japonesa” en sus venas.

La gran mayoría de los descendientes de japoneses eran jóvenes y niños que a pesar de no tener la nacionalidad de sus padres se les consideró parte de un supuesto “ejército de invasión” de las fuerzas imperiales japonesas. En México, uno de los afectados por la guerra y la persecución fue un niño de ocho años de edad que nació en Sonora y a quien sus padres, Zenzo y Fumie Tanaka, bautizaron con el nombre de René.

La vida de esta familia nos puede mostrar de manera nítida las condiciones y las formas en que los inmigrantes llegaron y se integraron a México y su situación ante el estallamiento de la guerra. Detengámonos un poco en este aspecto antes de proseguir con la historia de este niño.

La familia de René tenía más de 30 años de haber llegado a México cuando estalló la guerra. Su padre, Zenzo Tanaka, fue uno de primeros inmigrantes que buscaron en México mejores condiciones de vida y trabajo que su país no les ofrecía. Zenzo, a los 17 años de edad, fue contratado en 1906 para trabajar en un ingenio azucarero, La Oaxaqueña, ubicado al sur del estado de Veracruz.

 

Documento migratorio de Zenzo Tanaka de 1933 (Colección Archivo General de la Nación, AGN)

 

La compañía japonesa Tairiku Imin Gaisha fue quien reclutó, en la prefectura de Fukuoka, tanto a Zenzo como a su padre y al hermano de éste. La Tairiku y otras compañías de su tipo se encargaban de reclutar la extensa, disciplinada y barata mano de obra japonesa para “exportarla” a varios países del continente que requerían fuerza de trabajo para explotar los recursos minerales y agrícolas que empresas norteamericanas e inglesas producían en Latinoamérica. Cientos de miles de inmigrantes empobrecidos fueron arribando por oleadas desde ese entonces para trabajar en la minería, la agricultura, la pesca y la construcción de las líneas del ferrocarril.

 

Lapida de un trabajador japonés que nunca regresó a su país (Colección de Shozo Ogino)

 

Lo que la compañía japonesa les había ofrecido a los cientos de trabajadores japoneses de La Oaxaqueña no correspondía en nada a la realidad. Por contrario las deplorables condiciones de trabajo y de insalubridad hicieron que decenas de trabajadores murieran víctimas de paludismo o de tifoidea, como lo demuestran las piedras labradas de las lápidas con caracteres japoneses que se conservan aun hoy en ese lugar.

No pasó mucho tiempo entonces para que los Tanaka y cientos de japoneses huyeran de la plantación La Oaxaqueña. Con el poco dinero que habían juntado, Zenzo, su padre y su tío se dirigieron al norte de México en busca de otro trabajo. El padre de Zenzo, desilusionado, decidió regresar a Japón mientras que el joven tuvo diversos trabajos eventuales, pues una importante herramienta con la que contaba era que sabía leer y escribir, situación que le permitió desarrollar y aprender diversas actividades y oficios. Arrastrado por la Revolución que estalló en 1910, se incorporó a las filas del ejército del noroeste comandado por el general Álvaro Obregón donde se desempeñó como fogonero en los ferrocarriles que transportaban a las tropas y posteriormente en las propias filas del ejército donde alcanzó grados superiores.

 

Fumie Tanaka en el año de 1933 (AGN)

 

En 1922, después de 16 años de estancia en México, Zenzo decidió establecerse definitivamente en la ciudad de Hermosillo, Sonora, debido a que la barbería que había abierto le permitía ya sostener una familia. Con este motivo envió una fotografía personal y una carta solicitando a alguna joven de Fukuoka que estuviera dispuesta a trasladarse a México para casarse con él. En el puerto de Manzanillo, Zenzo vería por primera vez a Fumie de 24 años de edad, joven de la que no se separaría jamás a lo largo de más de cinco décadas de matrimonio.

En Hermosillo, Zenzo y Fumie fueron forjando un cierto capital que les permitió procrear a sus cuatro primeros hijos y enviarlos a Japón, antes del inicio de la guerra, con la intención de conocer a sus abuelos y para que los mayores ingresaran a la escuela secundaria. El conflicto bélico lamentablemente separaría abruptamente a la familia.

A fines de la década de 1930, los padres de René decidieron trasladarse a Ures, pueblo cercano a Hermosillo. El traslado obedeció al hecho de que en ese lugar radicaba una pequeña comunidad de inmigrantes quienes los alentaron para abrir un puesto de alimentos y bebidas en el zócalo del pueblo. René y sus padres se establecieron justo al lado de la iglesia donde rentaron una casona con patio central en el que tenían espacio suficiente para la cría de gallinas y pollos e incluso un baño estilo japonés, furo, que Zenzo construyó de manera ingeniosa.

Poco antes del ataque japonés a Pearl Harbor, René asistía ya a la escuela primaria, ahí aprendió a leer y escribir el idioma español. René, aunque no hablara el idioma japonés y se comunicaba con sus padres en castellano, entendía básicamente el idioma en el que sus padres y la comunidad japonesa se expresaban. En este pequeño pueblo, el niño no sólo aprendió a escribir sus primeras letras sino que también, mediante sus juegos y amigos, fue adquiriendo una relación estrecha con el país en el que había nacido y a distinguir lo que significaba ser hijo de inmigrantes japoneses.

Los vientos helados del invierno de 1941 trajeron muy malas noticias para la familia de René. El gobierno de Estados Unidos solicitó al de México el traslado inmediato de todos los inmigrantes japoneses y de sus familias que vivieran en la frontera. La razón de tal petición fue que el gobierno norteamericano definió como área estratégica militar la extensa área de todo el Pacífico que abarcaba no sólo los estados norteamericanos de Washington hasta California sino los estados de Baja California, Sonora y Sinaloa en México.

 

Mapa de los estados fronterizos de México elaborado por la inteligencia norteamericana ubicando a los inmigrantes japoneses y sus descendientes (National Archives and Records Administration, NARA)

 

Las autoridades mexicanas ordenaron a todas las familias de origen japonés se concentraran de manera inmediata en las ciudades de Guadalajara y México con el propósito de ser vigilados de manera estrecha. Sin entender por qué tenía que dejar su casa, abandonar su escuela y alejarse de sus amigos, René junto con sus padres se dirigió en los primeros días de enero de 1942 a la ciudad de Guadalajara.