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26 Abril 2024, Puebla, México.

Daniel Ortega: de redentor a tirano

Mundo | Opinión | 20.JUN.2021

Daniel Ortega: de redentor a tirano

Vida y milagros

 

En estas últimas semanas, Daniel Ortega y su círculo más cercano, incluida su esposa, que es con la que cogobierna Nicaragua, han perdido  toda  vergüenza en su afán de conserva el poder como sea. Se han despojado de la última máscara que tenían para perseguir a cualquiera que consideren su adversario con lujo de trampas, persecuciones jurídicas y violencia. Todavía se atreven a hablar de amor al prójimo para defender su dictadura mientras les echan los tanques y los paramilitares a universitarios parecidos a los muchachos que lucharon hace más de 40 años a su lado para derrocar a Somoza. ¿Se hubieran imaginado que Daniel Ortega sería hoy el enemigo a vencer para cientos de jóvenes universitarios, escritores, maestros y periodistas como los que hoy persigue? ¿Se hubieran imaginado el asalto a la casa del hermano de la poetisa Gioconda Belli antier, en busca de su hermano Humberto, ex ministro de educación durante el gobierno de Violeta Chamorro?  ¿Qué hubiera pensado la mexicana Araceli Pérez Darias, quien se uniera a la causa contra Somoza y que murió asesinada en Nicaragua en 1979 unas semanas antes del triunfo del movimiento que derrocó a esa dictadura?

 

Ignoro si Araceli conocería a Daniel Ortega. ¿Alguno de aquellos muchachos vislumbraría en Ortega al hombre ambicioso que ha probado ser, al futuro violador de su hijastra de 12 años, Zoila Narváez, hoy asilada en Costa Rica, hija de su actual esposa,  Rosario Murillo, a quien  hizo vicepresidenta?

 

La juventud es idealista por naturaleza.  Araceli escribió en una carta: "¿Quién no quiere recuperar el mundo y saberse dueño de uno mismo, dejar de sentir la vida como algo extraño, como algo que nos angustia porque no sabemos qué hacer con ella?". Hoy los pueblos y templos que lograron liberar esos jóvenes son atacados de nuevo,  pero ahora por los paramilitares de Daniel Ortega, ese hombre que se volvió la calca del dictador que derrocó.

 

 ¿Quién fue Daniel Ortega y porqué hoy se aferra al poder como si fuera indispensable e insustituible?  Los tiranos no siempre lo fueron y es bueno entender y recordar cómo es que se construyen.

 

Por lo pronto Daniel Ortega ha perseguido y detenido en estos últimos meses y semanas  a varios importantes opositores, entre ellos a dos históricos  ex guerrilleros sandinistas ya muy mayores, Dora María Téllez, la Comandante 2, y el general retirado Hugo Torres, Comandante1. Pero la lista es larga: Tamara Dávila, Ana Vigil,  Suyen Barahona, todos opositores. Estuvo bajo arresto el ex canciller  Víctor Hugo Tinoco,  Está también bajo arresto Cristiana Chamorro, solo porque anunció sus planes de postularse a la presidencia. El escritor Sergio Ramírez fue llevado a declarar y sujeto a arresto domiciliario por unos días. El ex general Torres declaró :  " Estos son los zarpazos desesperados de un régimen que se siente moribundo, que no tiene asidero legal para mantenerse en el poder  más allá de noviembre de este año, en que tendrían que llevarse a cabo elecciones." Hay un grupo opositor que intenta acabar con 15 años consecutivos de mandato de Ortega,  quien además fue presidente de 1985 a 1990. Ortega volvió a reelegirse en 2007 y desde entonces ahí sigue. 

 

¿Valió la pena para todos esos jóvenes que  entregaron la vida hace 40 años tratando de construir un gobierno democrático? 40 años después vemos aferrado al poder a un régimen quizá peor, porque ha traicionada a todos los que combatieron con él. Algunos de los compañeros de juventud y armas de Daniel Ortega vieron venir su autoritarismo y ambición casi desde el principio; otros, ilusionados con la revolución, no se dieron cuenta  de su verdadero talante hasta que fue demasiado tarde. 

 

 ¿Hay otros caminos para derrotar a los Somozas o a los Ortegas? ¿Solo quedan los caminos violentos, la resistencia inútil, el sacrificio estéril e injusto que vemos a diario en las frías pantallas de la televisión?

 

Es inquietante pensar que no hay atajos  y que el único camino sensato y posible para mejorar el mundo es la  gradualidad acompañada de paciencia y oficio. Y mientras tanto, florecen los dictadores enarbolando ideologías aparentemente distintas pero que en los extremos acaban dándose la mano con gusto. Quizá por eso Trump y Putin se entendieron tan bien.