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26 Abril 2024, Puebla, México.

Valsequillo, el río extinguido, ¿a dónde va el agua entonces? / Sergio Mastretta

Naturaleza y sociedad | Investigación | 31.JUL.2022

Valsequillo, el río extinguido, ¿a dónde va el agua entonces? / Sergio Mastretta

 

Es el viernes 29 de julio. Recorro a pie la carretera sobre la cortina de la vieja presa de Valsequillo. A la derecha el reducido espejo del agua en la más ruda sequía que se recuerde obliga a pensar en el río que perdimos en el siglo XX poblano; en ambas las márgenes desnudas, la franja de tierra pelada anuncia la profundidad de la derrota de una cañada que ha cumplido este año los 80 de haber sufrido la inundación por el progreso iluminado de los constructores del Estado revolucionario. A la izquierda, la densidad del monte de encinos nos recuerda lo que perdimos en esa línea de 23 kilómetros de barranca contra los que ahora se recuesta la ciudad de Puebla desde el puente de la 11 Sur que cruza la frontera del río Atoyac. Uno de los dos ríos más contaminados de México. Nuestra propia catástrofe.

 

 

Valsequillo: arriba, el lago desecado, el río  perdido; abajo, el renacimiento del río en el monte de encinos que ha sobrevivido tras la cortina de piedra. A la izqierda, iluminado de espuma, el otro río. Foto de Mundo Nuestro.

 

El río extinguido resucita unos metros adelante, cuando todavía corre por la cañada el canal que se lleva las aguas podridas rumbo al distrito de riego de Tecamachalco. Pero ahí mismo renace: uno tras otro los ameyales que brotan de la serranía del Tentzo le devuelven la vida; entre cactus y bisnagas se cuela la lluvia en un subsuelo que absorve todas las humedades que la naturaleza le regala, por mínima que sea. Y allá va a dar al río resucitado de los ahuehuetes rumbo a la mixteca poblana y hacia el enredo de de barrancas en las que se cruzan el Atoyac, el Mixteco y el Nexapa para formar el Mezcala ya en Guerrero. Es la cuenca del Balsas. La de Valsequillo, construída para dotar de riego al Distrito 030 Valsequillo en el valle de Tecamachalco, es la primera de las tres grandes presas que lo atrapan y retienen; las otras dos, la de El Caracol, en Guerrero, y la de Infiernillo, en la frontera de este estadoo con Michoacán, dan nombre a dos de las más importantes hidroeléctricas de CFE en el país.

La nuestra, la que nombramos Valsequillo, carga las aguas de la catástrofe ambiental de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla.

El Atoyac en Atoyatempan: el río que renace por la serranía del

 Tentzo

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Foto de Mundo Nuestro.

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Foto de Mundo Nuestro.

 

Pero la cortina de piedras negras no es un trazo imaginario en la memoria de progreso que imaginaron los abuelos del Estado mexicano posrevolucionario. La presa mató al río de dos mundos confrontados, el urbano y el rural, una geopolítica marcada justo por el brote de los cactus y los ahuehuetes contra los fresnos, los encinos y los sauces que persiguen la ruta del río desde la sierra nevada hasta la discordia de la ciudad que causará su muerte.

El río perdido es el río que extinguimos en el breve tiempo de una generación que imaginó un mejor mundo para los campesinos.

Ahora mismo, en este mes de julio que ha terminado todavía con  las compuertas abiertas a todo tren, arroja imágenes de escenas que no se han visto más de dos veces en los últimos cincuenta años. La que siguen son imágenes tomadas en El Oasis, la colonia fundada a la orilla del lago en los años cincuenta este domingo 31 último de julio:

 

Fotos cortesía de Alejandro Cañodo Ortega.

 

El otro río: el Dren Valsequillo

 

El arranque del dren de Valsequillo. Foto de Mundo Nuestro.

 

¿A dónde va a dar el agua entonces? La que ahora mismo escurre este viernes 29 de julio por el canal que llaman "Dren Valsequillo", desfoga con su  densa capa de espuma hacia el oriente, para encerrarse unos centenares de metros más adelante en un túnel de once kilómetros que salva el árido territorio de Tacali para caer propiamente en la planicie de Tecamachalco, treinta kilómetros al oriente. Es el otro río, y lleva ya 80 años regando miles de hectáreas que trabajan decenas de comunidades campesinas. La ciudad que ahora se asombra por el lago escurrido dificilmente piensa en ese mundo campesino. No lo mira. Como si no hubiera mas que vacío al otro lado de la cortina de piedras. Pero a ese mundo van a dar sus aguas podridas.

El agua corre por un canal principal de concreto de quince metros de ancho y que corta el valle por el norte desde los poblados de Ahuatepec y Tlalnepantla, enfila por Zacaola y Tlaltenco hasta tocar la carretera federal a Tehuacán en la central de abastos de Huixcolotla, para de ahí enfilar a Tecamachalco, Tlacotepec y Tehuacán en una larga curva hacia el suroriente. De ese canal principal se despreden al menos doce canales que tiran al sur  para formar un radial que descarga en otro canal que corre por el sur del valle y de oriente a poniente desde xochimilco y San Franciscco Cuautla y que descarga al final en el propio río Atoyac. 

 

El distrito de riego 030 en su región norte, Tecamachalco. Elaboración de Mundo Nuestro sobre mapa de Google Earth.

 

A ese valle va a dar el río muerto de Valsequillo. A los campos productores de granos para el mercado nacional de la industria avícola y porcícola representada en la región por  la empresa Bachoco, Granjas Carrol y las empresas de los Romero en Tehuacán.

No los miramos cuando vemos el lago escurrir en este verano seco hacia el dren de Valsequillo. Son alrededor de 17 mil productores que riegan cerca de 22 mil hectáreas enla región de Tecamachalco, Tlacotepec y Tehuacán.

Apunto los nombres de  los municipios beneficiados por esta obra pública cardenista: Atoyatempan, Tecali de Herrera, Tecamachalco, Santa Isabel Tlanepantla, Molcaxac, Tehuacán, Tepanco de López, Tlacotepec de Benito Juárez, San José Miahuatlán, Xochitlán Todos Santos, Huitziltepec, Tepeyahualco, Huixcolotla, Tochtepec, Yehualtepec, Cuapiaxtla y Santo Tomas Hueyotlipan. 

Acudo a mi propio archivo para documentar la realidad de este valle de productores alumbrados todavía por la memoria del Tata Lázaro Cárdenas:

 

El distrito de riego 030 de Valsequillo es la única gran inversión pública realizada por el estado mexicano en el campo de Puebla a lo largo del siglo XX. No hay otra más que merezca tal calificativo. Está ligada a la historia de los ejidos, tanto los que corresponden a la etapa cardenista posrevolucionaria, como los que se fundaron a raíz del movimiento de toma de tierras en los años setenta en la región de Tecamachalco, con Alberto Azcona María y el ejido Xochimilco y Santo Tomas Hueyotlipan.

Puebla cuenta con un solo distrito de riego, el 030, con 49 mil hectáreas, apenas el 1.2 por ciento de las 3.49 millones de hectáreas que contemplan los 115 distritos existentes en el país. (CONAGUA, 2016) Según cifras del gobierno estatal, en el estado de Puebla se cultivan 1,119,055 hectáreas, de las cuales 152,408 se cultivan bajo condiciones de riego. Se tienen registros de 49,662 hectáreas que ya cuentan con un sistema de riego tecnificado y/o se ha modernizado o rehabilitado su infraestructura hidráulica.

Otras cifras de la misma CONAGUA reducen el número a 45,200 hectáreas en Valsequillo distribuidas en ocho módulos.

Si se mira estas estadísticas de producción en el distrito de riego 030 al año 2009, sin embargo, el número real de hectáreas sembradas se reduce a 21,064, de las cuales 9 392.6 son ejidales y 11 671.2 privadas, con 16,225 usuarios y una producción total de 438 mil toneladas con un valor de 333 millones de pesos para ese año.

Ayuda valorar las estadísticas sobre la producción en el distrito 030:

Del año 2009 las cifras ayundan a entender a dónde va a parar el agua contaminada de la ciudad de Puebla. (Información de la Comisiión Nacional del Agua)

 

16,225 productores entre ejidatarios y pequeños propietarios. 284,338 metros cúbicos utilizados en el riego principalmente de maíz, sorgo, frijol y alfalfa.

 

Pensar el río desde su muerte

 

 

En la imagen el lago que rinde el agua al mundo campesino. La torre al borde de la cortina mantiene las siglas de la Comisión Nacional del Agua, la instituición responsable para el Estado de regular el uso y consumo del agua en México. La presa ideada y construída por la iniciativa de Lázaro Cárdenas para los pueblos campesinos del centro del estado de Puebla beneficiados por el reparto de la tierra tras la revolución. Era esa consigna la manifestacón de un proyecto nacional en una coyuntura histórica. 

Hoy no tenemos un proyecto nacional que piense en el agua y en los ríos que la contienen y conducen hacia el mar. El fracaso del Estado se contempla en el canal de aguas negras con las que se riega el ensueño cardenista de la justicia para el mundo campesino.

 

 

 

 

 

 

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