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1 Mayo 2024, Puebla, México.

En busca de un pasón perdido: memoria de Jim Morrison a mis 36 años / Sergio Mastretta

Cultura /Sociedad | Crónica | 17.JUL.2023

En busca de un pasón perdido: memoria de Jim Morrison a mis 36 años / Sergio Mastretta

Lunes 15 de Julio de 1991. Jim Morrison está en florida o en New Haven en el penúltimo pasón, se baja la bragueta y muestra su sable impotente a la multitud sumida en el frenesí de toda ruptura.

Sí, es 1971, y por supuesto las fans le ofrecen sus pechos blancos y universitarios en el altar de la utopía.

Estoy en el cine y escucho las burlas sin pretensiones de cuatro chavos arriba de los 16 frente al patético roquero. No pelo. Ahora yo tengo 16 años y es 1971, ignoro todo lo que me puede dar una morena y canto nena enciende mi fuego. Tengo 16 años, papá ha muerto sin hablar conmigo y la vida me toma del pescuezo, canto es el fin, mi único amigo, el fin. Tengo 16 años y México es un garabato de miseria e injusticia, escucho que se viene la revolución y canto jinetes en la tormenta. 

Los Doors son una puerta abierta y simple para salir del vacío: se puede buscar el reino aquí y ahora. 

Pero los muchachos chiflan, saben que Morrison tiene que morir, le exigen que se arroje del pretil de la ventana hotelera desde donde mira las estrellas y da mate a un bourbon. Aplauden cuando lo salva Pamela. Y le piden alcohol, más alcohol, para su propio pasón. Mis colegas treintañeros arrojan ácidos shiis sobre los profanos. Es Morrison, pendejos ¿no entienden?

Claro que no entienden.

¿Y qué es lo que no entienden estos pendejos nacidos después del 71? Ni les va ni les viene ese poeta pacheco tragado por las disqueras y los snobs. Yo tengo 16 años cuando leo en Excelsior que se le para el corazón y tampoco entiendo nada, no me da tiempo ni de asimilar a mis héroes. Estoy a la mitad del camino: los que tienen cinco años más hablan con certeza de que los madreó el Casco de Santo Tomás, no se diga en Tlatelolco; contra el autoritarismo  ellos son sus propios héroes. Los que tienen cinco años más entienden de crucifixiones, son de derecha a izquierda, dicen Che, Che, Che Guevara y muera el imperialismo yanqui, dicen líbrenos dios y muera el comunismo, dicen por aquí, dicen por allá.  Y levantan barricadas, arriesgan sus vidas y gritan no pasarán. Cuántas certezas les arrojan las utopías. Las banderas se plantan en los propios paraísos.

Se encienden las luces del cine. Los burlones, dos chavos con sus nenas, no pasan de los 20 años, los imagino universitarios clasemedieros. Se sonríen, se adelantan al faje incluido en el boleto de la función. Estoy hecho un viejo, ignoro si tienen utopías.

Tengo 36 años y estoy solo en el cine.  Tarareo a Morrison, y me recuerdo en algún pasón mirando las estrellas.