Mis pasos por Barcelona (1) / Malusa Gómez

(Esta crónica fue publicada orignalmente en la evista Algarabía)

Hacía años que la idea me rondaba por la cabeza, solo necesitaba un pretexto para decidirme y hacerlo, la vida me lo dio. Así que tomé la decisión de mudarme por un tiempo –indefinido--, a vivir a España. También la vida me indicó dónde mero en España, y agarré mis tiliches y me mudé a Barcelona.

Llevo cuatro meses aquí, entre que me instalé y logré acomodar mi vida, se me pasaron un par de ellos, pero este espacio no se va a tratar de mí, lo que quiero hacer aquí es compartirles lo que veo, conozco y aprendo de esta ciudad, sin duda, maravillosa.

Tengo una lista con los cincuenta imperdibles, un poco comercial lo sé, pero por algo hay que empezar, los voy subrayando conforme los visito y claro, estoy abierta al cincuenta y uno, o dos, o tres que vayan surgiendo en mis pasos por Barcelona.

Antes de empezar con la lista cayó en mis manos como regalo de bienvenida un libro: La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, hasta donde entiendo un clásico catalán, bueno dos, quiero decir: el libro y el autor.

El protagonista de la novela, de nombre Onofre Bouvila, es un verdadero gandalla, llega del campo a la gran ciudad —aun sin su forma actual obviamente—, a comerse el mundo con una mano delante y otra detrás, dispuesto a lo que sea. Todo ocurre entre 1888 y 1929, y si bien el tema central es el buen Onofre, la parte interesante, para mí, son las descripciones que hace el autor del desarrollo y crecimiento de la ciudad.

Las dos Exposiciones Universales celebradas en Barcelona, y cómo fueron surgiendo los barrios, los grandes monumentos; cómo funcionaba y —creo sigue funcionando— la alcurnia catalana, las grandes familias que fundaron y los apellidos rimbombantes.Describe cómo se rehabilitó el Parque de la Ciudadela, cómo se construyó el Arco del triunfo, cómo surgió el Example, hoy uno de los barrios más lindos, paseables y lleno de edificios modernistas. Sin exagerar, en Barcelona son bonitos y tienen historia hasta los mosaicos de las banquetas. Pero eso se los voy a contar después, otro día.

Durante la organización de la primera Expo Universal (1888) surge este nuevo estilo artístico, el modernismo, que durante los principios del Siglo XX dominó en las construcciones de la ciudad, edificios que hasta hoy definen a la Barcelona como una ciudad tanto modernista como gótica.

Para la Expo utilizan el Parque de la Ciudadela como escenario. Ya existía, pertenecía al ejército, fue construido por Felipe V y era una fortaleza para dominar la ciudad. Así que como los tiempos habían cambiado ,darles uso a esos 450,000 metros cuadrados fue una gran decisión.

Al arquitecto modernista José Vilaseca se le encargó el diseño del Arco del Triunfo, que sirvió como entrada principal. Hoy es uno de los paseos más bonitos de la ciudad —y miren que hay un montón—, amplio con mucho verde, con carril de bicicletas y lugar de encuentro nocturno, donde los más jóvenes hacen el famoso botellón, que no es más que reunirse en un parque o en la calle a tomar unas caguamas, escuchar música y escandalizar a los adultos.

 

La segunda Exposición Universal se llevó a cabo en 1929, y el escenario fue la montaña de Montjuic, una vez más un gran pretexto para dar paso a las vanguardias y a nuevos arquitectos y estilos y poner a Barcelona en la boca de todos. La Plaza de España, la Fuente Mágica y un montón de palacios que hoy forman parte de la Feria de Muestras de Barcelona.

La cosa es que, para enterarme de todos estos lugares además de mi lista de imperdibles, fue muy importante la lectura del libro, o si no importante, sí muy ilustrativa, pues las cosas que pasan a la par de la construcción de la ciudad, ayudan a entender un poco mejor cómo fueron dándo los acontecimientos por acá.

Ya les seguiré contando de mis andanzas en Barcelona.