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2 Diciembre 2024, Puebla, México.

Memoria de la ciudad: el Ingeniero Carlos Bello y el edificio de la escuela Héroes de Reforma

Sociedad |#c874a5 | 2017-09-27 00:00:00

Memoria de la ciudad: el Ingeniero Carlos Bello y el edificio de la escuela Héroes de Reforma

Emma Yanes Rizo

El ingeniero Carlos Bello fue hijo, al igual que Mariano, Rodolfo y Francisco, de José Luis Bello y González, un joven patriota que peleó contra la invasión norteamericana en Veracruz y luego contra la invasión francesa en Puebla y a favor de la república. Posteriormente Bello y González fue adquiriendo bienes inmuebles, estableció una fábrica de cigarros y otra textil y formó una importante colección de arte que heredó a su hijo José Mariano. El patriarca murió el  11 de junio de 1907.

       Bello y González heredó a sus hijos además de capital, un lugar destacado dentro de la sociedad porfiriana y un gusto particular por el arte y la cultura.

      Rodolfo, el primogénito (13 de julio de 1854), siguió a su padre en el mundo de los negocios, primero como su colaborador en la fábrica textil La Concepción, después como socio en la compañía de cigarros Penichet. En 1871 fue regidor del Ayuntamiento de Puebla y dos años más tarde responsable en el mismo del Departamento de Obras Públicas.

     Francisco estudió medicina, obtuvo el título de médico cirujano en la ciudad de México el 24 de marzo de 1882. En 1883 regresa a Puebla como catedrático de la Escuela Normal de Profesores. De 1884 a 1914 fue director de la Sala de Medicina Interna de hombres del Hospital General del Estado. En 1907 fungía como director de la Escuela Normal de Profesores.

     José Mariano, el menor (26 de julio de l869), inició sus estudios en el Colegio Lafragua, de la ciudad de Puebla y los concluyó en el Colegio del Estado. De joven trabajó como aprendiz en la fábrica de puros de su padre La Flor de Nicociana. Contrajo nupcias con Guadalupe Grajales en  febrero de 1898. Posteriormente fue gerente y accionista de la fábrica de tabaco Penichet Co. Y a la par se dedicó a la compra y venta de inmuebles. Fue consejero del Banco Oriental de Puebla al finalizar la etapa porfiriana y aún durante la revolución, etapa en la que se opuso al saqueo de dicha institución, lo que lo llevó a prisión. Terminada la etapa revolucionaria volvió a los negocios inmuebles y a la fábrica de cigarros. Heredó de su padre la casa de Victoria 2, donde resguardó y amplió la colección de arte de su progenitor. Inmueble que a su muerte se convertiría en  Museo.

     Por su parte, el personaje que nos ocupa, Carlos Bello, nació el 5 de marzo de 1858, estudió en el Colegio de Minería o Escuela Nacional de Ingenieros en la ciudad de México la carrera de ingeniero de caminos, puentes y canales, se tituló en 1885. Participó activamente en la reconstrucción de la ciudad a fines de siglo xix, la reconstrucción de varias casas coloniales y la construcción de otras con una nueva propuesta arquitectónica de estilo afrancesado como las de la 9 sur y Reforma, Reforma 517 y Reforma 717, entre otras.

          En efecto, a partir de la segunda mitad del siglo xix la fisonomía de Puebla tuvo cambios sustanciales. Suprimidos los conventos con las Leyes de Reforma, gran número de estos edificios fueron divididos en lotes y los antiguos frentes sustituidos por construcciones románticas. La sucesión de asedios militares y la destrucción de diversos inmuebles forzarían la creación de nuevas propuestas urbanas. La alta tasa de mortalidad, producto de la insalubridad imperante, dio pie a nuevas construcciones con espacios airados, sol, secos y limpios, en los que el uso del agua se volvió fundamental. Como parte de ese proceso el cuartel de San Javier, destruido durante el sitio de 1863, fue reparado bajo la dirección del arquitecto Eduardo Tamariz y más tarde se instaló en él la Penitenciaría del Estado, inaugurada en 1891. Entre 1879 y 1885, en el terreno que anteriormente ocupaba la plaza de San Agustín, el arquitecto Eduardo Tamariz edificó la Casa de Maternidad. En 1894 se reconstruyó el edificio del antiguo colegio de San Ildefonso, destruido en gran parte por el sitio de 1863 y se estableció en él la Escuela de Artes y Oficios del Estado. Entre 1897 y 1899 se reacondicionó el paseo Bravo, y entre 1897 y 1901 se construyó el nuevo palacio del Ayuntamiento, bajo la dirección del arquitecto Carlos J. S. Hall.

         A fines del porfiriato, el nuevo Ayuntamiento, con Francisco de Velasco a la cabeza (1907-1910), continuó la transformación de la ciudad. De entonces datan la construcción del Mercado de la Victoria, las modificaciones al Panteón Municipal, la plantación de árboles en el cerro de Loreto, el establecimiento de la Escuela Manuel Meneyro, la construcción de la calzada México-Puebla y la renovación del alcantarillado, la tubería y el servicio eléctrico de la ciudad, entre otras obras.[1]

         La riqueza de las clases prósperas influyó en la bonanza de la construcción. Gran número de edificios coloniales pronto fueron sustituidos por mansiones que siguieron el estilo romántico de la época, construidas con costosos materiales, en ocasiones importados de Europa. La vieja fisonomía urbana se transformó. A la antigua arquitectura le sucedió otra a imitación de los modelos franceses.[2]

 

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      Por su parte, correspondió justamente al ingeniero Carlos Bello sumarse a esa tendencia. A decir de Israel Katzman, el estilo de Carlos Bello pertenecía a la corriente ecléctica que “busca respetar la identidad de los estilos de la antigüedad pero con el criterio de actualizar y hacer más personal una tendencia pasada o integrando elementos viejos en una arquitectura nueva,” tal como hizo en la casa de Victoria 2, hoy 3 poniente 302, el actual Museo Bello y González.  A Carlos Bello correspondió también reparar en 1889 el Salón de Sesiones del Palacio Legislativo del Ayuntamiento.[3] Ese mismo año participó en la construcción del Panteón Municipal, del que diseñó la puerta lateral con “marcos de cantería y puerta de fierro”.[4] En 1895 construyó, junto con el ingeniero Pablo Solís, el gimnasio del Colegio del Estado, descrito más tarde como “amplio, elegante y espléndido local, montado con modernos aparatos”[5], hoy bajo resguardo de la BUAP a un costado del Carolino sobre la avenida Palafox.  En noviembre de 1902 Carlos Bello fue regidor del Ayuntamiento[6] y responsable del empedrado de la ciudad.[7] En 1908 construyó junto con  el arquitecto Alfredo Giles el Banco Oriental.[8]

      El edificio de la actual escuela Héroes de la Reforma, en la avenida 11 Sur 1102, perteneció originalmente a la Compañía de Jesús, la cual a finales del siglo XIX volvió a su labor educativa en Puebla gracias a la fundación del Colegio Católico del Sagrado Corazón, por Dionisio José de Velasco y Carballo, originalmente se estableció en la calle de Carlos Pacheco, posteriormente, alrededor de 1903, se encargó la construcción de un nuevo y amplio edifico al arquitecto Carlos Bello, quien estableció el Colegio ocupando toda la manzana. En 1918 el edificio fue incautado por las fuerzas carrancistas. Fue recuperado por la Compañía de Jesús poco después. En 1926, en la etapa de la persecución religiosa, el Colegio del Sagrado Corazón fue clausurado. Ese mismo año se estableció en el edificio el Instituto Normal del Estado, que capacitó para su labor a innumerables maestros y maestras. En 1973 la Normal cambió de sede y el edificio acorde con su vocación educativa, pasó a ser la Escuela Primaria Héroes de Reforma, fungió sin percances hasta el 19 de septiembre del 2017 en que lo cimbró el terremoto.

     El Museo José Luis Bello y González, hoy en pie, fue rehabilitado luego del sismo de 1999, a pesar de que parte de su colección no permanece en su sitio. Toca su turno la reconstrucción del hoy edificio de la Escuela Héroes de la Reforma, como parte no sólo de la arquitectura poblana decimonónica, también como patrimonio heredado de una familia poblana ejemplar.    

 

 

[1][1] Francisco de Velasco, Mi proyecto y mi gestión en el Ayuntamiento de Puebla de 1907 a 1910, Puebla, El Escritorio, 1912, pp. 9, 23 y 69.

[2] Puebla a través de los siglos, Puebla, Ediciones Culturales García-Valseca, 1962, p. 146.

[3] aap, tomo 327, legajo 35, año 1889.

[4] aap, tomo 371, legajo l8, año 1893.

[5] Enrique Juan Palacios, Puebla, su territorio y sus habitantes [1917], Puebla, Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, 1982, p. 349.

[6] aap, tomo 434, legajo 4, ff. 432-372. En el documento que corresponde al 2 de noviembre de 1902 se incluye un ejemplar del diario The Mexican Republic, con el informe de 1902 del Ayuntamiento de Puebla, en el que se menciona a Carlos Bello como regidor.

[7] aap, tomo 434, legajo 4, ff. 432-437.

[8] Cordero y Torres, Diccionario…, op. cit., t. I, ficha 1468.