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Ixtepec y el llamado de auxilio para los pueblos de la Sierra Norte de Puebla

Naturaleza y sociedad /Gobierno | Crónica | 29.AGO.2021

Ixtepec y el llamado de auxilio para los pueblos de la Sierra Norte de Puebla

Manuel Espinosa Sainos. Poeta, traductor y comunicador totonaco.

Mundo Nuestro. Un llamado de urgencia para ayudar a las familias afectadas por el huracán Grace en el pueblo totonaco de Ixtepec, en el corazón de la Sierra de Puebla. El grito de auxilio es del poeta Manuel Espinosa Sainos, y es al mismo tiempo un llamado a organizarnos para ayudar con recursos materiales para reconstruir las casas afectadas, y una severa crítica a los gobiernos, los políticos y sus partidos respecto de la realidad de pobreza y abandono en el que se encuentran los pueblos serranos.

 

No nos queda más que actuar nosotros como sociedad civil. Si cada uno de nosotros pusiera un granito de arena, ayudaría de mucho. Lo hemos demostrado en diversas ocasiones, en situaciones como esta. ¿Y qué tal si nos desprendemos un poco, solo un poquito, de lo que tenemos? Manuel Espinosa Sainos

 

"Hago un llamado a las autoridades del estado para que vengan a ver el desastre en Ixtepec, Puebla, viviendas completas  desaparecieron, necesitan despensas, cobertores, ropa láminas para sus viviendas, necesitamos ayuda urgente, no hay servicio de luz ni señal, solo los que tenemos oportunidad de salir captamos señal, hacemos este llamado urgente", escribió una maestra de Ixtepec desde su perfil de facebook.

El huracán Grace dejó al descubierto la realidad y la realidad es que aún hay mucha gente con casas humildes construidas de láminas de cartón y paredes de tablas o palos.

Ese discurso que desde sus privilegios por décadas nos dijeron políticos de que la gente vivía bien y sin carencias por las bondades de sus acciones sólo estaba en su imaginación. Por desgracia no hay empatía, hay presidentes municipales que brillan por su ausencia y cuando la gente acude a solicitar algún apoyo por las afectaciones de la tormenta simplemente les dicen que no hay servicio.

No les preocupa su pueblo, nunca les ha preocupado. Durante su gestión, algunos hicieron construcciones enormes, compraron propiedades, y otros más trataron con desinterés a la gente y hubo quien nunca estaba en su municipio. Otros más solo acudieron a tomarse una foto junto a las casas destechadas o limpiando caminos para subir a sus redes sociales. No dudo que también haya quien haya hecho bien su trabajo y desquitado su sueldo. A ellos, mis respetos.

Ojalá que así como anduvieron de casa en casa excandidatos y presidentes electos se dediquen ahora también a apoyar a la gente que quedó prácticamente en la calle. Aunque conociéndolos, lo dudo.

A una semana del huracán, en este lugar, donde las autoridades municipales le cerraron las puertas de la presidencia a la gente que intentó refugiarse ahí y el edil brilló por su ausencia, los apoyos no han llegado.

Ha llegado la luz, la señal de celular, pero hay lugares en la orilla del pueblo que permanecen en penumbras. En toda la región las historias se repiten, ¿cómo ayudarse de un pueblo a otro si todos tienen cientos de damnificados?  Hay muchas comunidades totonacas que permanecen sin luz y sin señal de telefonía.

Poco a poco la gente ha intentado techar sus casas, el único hogar que tienen para sus hijos e hijas. Algunos tuvieron que levantar al otro día las láminas que aún servían, algunas se salvaron, otras quedaron inservibles, destrozadas por la furia del huracán. Las lluvias continuaban.

Perdieron todo, cultivos, cobijas, ropa, lo poco que tenían se lo llevó el agua o se echó a perder. Aquí en Ixtepec no hay organizaciones de la sociedad civil que gestione apoyos en fundaciones, solo se organizan en grupos cada temporada electoral para el mismo fin.

Es posible que lleguen los apoyos federales pero son lentos, aunque ya empezaron a censar a los damnificados. Ante un desastre de este tipo ningún apoyo es suficiente.

Por si fuera poco las láminas para techar casas subieron de precio, así como el de otros productos, imposible de comprar para una gente que gana apenas cien pesos diarios. No hay empatia ni amor al prójimo.

Hay gente en Ixtepec que está molesta por el pésimo papel de las autoridades municipales ante la magnitud de las consecuencias del desastre. Pero a ellos no les preocupa, ya se van, ya no necesitan el voto, volverán en la siguiente temporada electoral.

Familias enteras sin techo, muchos sin tener donde refugiarse, sobre todo las que viven en las orillas y  localidades aledañas con construcciones que no pudieron resistir a los embates del huracán.

No nos queda más que actuar nosotros como sociedad civil. Si cada uno de nosotros pusiera un granito de arena, ayudaría de mucho. Lo hemos demostrado en diversas ocasiones, en situaciones como esta.

¿Y qué tal si nos desprendemos un poco, solo un poquito, de lo que tenemos?

¿Y qué tal si cada uno de nosotros pone un rollo de cartón, una cobija nueva o una despensa o un pequeño apoyo económico para destinar a los hermanos que se han quedado sin nada?

¿Y qué tal si dejamos de esperar a que los políticos solucionen todo y nos damos la mano los unos a los otros?

¿Y qué tal si tan solo por un momento fuéramos nosotros los damnificados?

Es mejor estar que no estar.

Aún estamos a tiempo de tocarnos el corazón.

¿Le entras?, le entro.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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