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18 Marzo 2024, Puebla, México.

Juan Guillermo Fuse: Un ejemplo de la injusta concentración para los japoneses en México

Mundo /Sociedad civil organizada | Crónica | 29.SEP.2021

Juan Guillermo Fuse: Un ejemplo de la injusta concentración para los japoneses en México

En el en el momento de la concentración Fuse tenía más de 20 años de radicar en México

 

Muchos japoneses que emigraron a México en la primera mitad del siglo XX decidieron no sólo radicar en este país, también adquirieron la nacionalidad mexicana. Juan Guillermo Fuse fue una de ellos que consideró a “México como su patria” y trajo a su esposa Kiyoko, del mismo pueblo donde había nacido, en la prefectura de Gunma, con ella procreó tres hijas mexicanas.

 

Kiyoko Fuse (Archivo General de la Nación)

 

Al iniciar la guerra entre Estados Unidos y Japón en diciembre de 1941, se desató la persecución no sólo de los inmigrantes japoneses sino también de estos ciudadanos que ya eran mexicanos. La Guerra del Pacífico adquirió así un aspecto racial al considerar Estados Unidos como sus “enemigos” a toda aquella persona que tuviera “sangre japonesa”.

Esta visión racista adquirió una virulencia de tal magnitud al grado que algunos militares norteamericanos consideraban que la guerra contra Japón no debería de terminar sino hasta que se exterminara a “esa raza”. La sociedad norteamericana y la prensa se hicieron eco de ese ambiente de odio contra los japoneses y sus descendientes. Por ejemplo, el diario Los Ángeles Times publicó en sus páginas que “una víbora es no obstante una víbora donde quiera que los huevos estén incubados”, refiriéndose a los hijos de los inmigrantes. La medida de llevar a campos de concentración a todos los ciudadanos norteamericanos de origen japonés contó con una alta aprobación en la población estadounidense, presa de la histeria y del terror que le causaron la guerra y la propaganda sobre los “reptiles”. Cerca de 80 mil ciudadanos norteamericanos de ese origen, entre ellos niños y jóvenes, tuvieron que permanecer en 10 campos durante la guerra, construidos aceleradamente en los primeros meses del año de 1942.

En México, el gobierno rompió sus relaciones diplomáticas con Japón como consecuencia del ataque a la base naval norteamericana de Pearl Harbor y, en mayo del siguiente año, le declaró la guerra. El gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, desde el rompimiento de relaciones, giró órdenes de traslado al centro de la República de los inmigrantes que radicaban en los estados de Baja California y Sonora con el propósito de mantenerlos alejados de la frontera, tal como lo había demandado el gobierno norteamericano. Posteriormente, esa orden se extendió a todo el país por lo que las autoridades estatales y municipales obligaron a todos los japoneses y a los ciudadanos naturalizados de ese origen para que se reportaran en las ciudades de Guadalajara y México ante la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS), dependiente de la Secretaría de Gobernación.

El presidente municipal de Chilapa de Álvarez, un pequeño pueblo en el estado de Guerrero, fue el encargado de entregar una carta a Juan Guillermo Fuse, fechada en junio de 1942, donde se le ordenaba el traslado “inmediato” a la ciudad de México. En un principio, Fuse y su familia se extrañaron pues Juan Guillermo era ciudadano mexicano desde 1934 y radicaba desde hacía once años en Chilapa. Pero Fuse no era el único sorprendido pues las propias autoridades conocían perfectamente a su familia y sabían que Juan Guillermo era ciudadano mexicano. De cualquier modo, tanto las autoridades locales como Fuse coincidieron que era necesario que acatara esa orden y se dirigiera a la ciudad de México para aclarar su situación.

 

Panorámica reciente de Chilapa (foto de Salvador Carballido)

 

En realidad casi toda la población de Chilapa había tenido tratos con Fuse, no sólo porque ya tenía años de radicar ahí, ni porque sus dos hijas más pequeñas habían nacido en ese pueblo, sino también porque Juan Guillermo era reconocido como doctor en Chilapa, por lo que muchos pobladores habían sido tratados por él.

Fuse, en el momento de la concentración, tenía más de 20 años de radicar en México ya que había llegado de Japón en el año de 1921 a la edad de 26 años. No sabemos cómo se trasladó al estado de Guerrero debido a que se tienen registros de su estadía previa en Coscomatepec y en Huatusco, ambos municipios de Veracruz. Posteriormente se trasladó a San Marcos, municipio ubicado en la región de la Costa Chica del estado de Guerrero, donde viviría sólo un año cuando recién había llegado su esposa en 1929.

Chilapa era un pueblo muy pequeño, con una población de 7,148 habitantes de acuerdo al censo de 1930. Era la entrada a la región de la Montaña, de difícil acceso por su accidentado territorio con pendientes y desfiladeros. En esta amplia región se asentaba una numerosa población originaria que hablaba las lenguas náhuatl, tlapaneco y mixteco.

No sabemos cuál fue la razón por la que Fuse decidió establecerse definitivamente en este pueblo donde vivió la mayor parte de su vida. Probablemente influyó el hecho de que sus servicios como médico practicante, ya que no contaba con título profesional, se consideraron indispensables y necesarios por los chilapeños. El ingreso al país de una oleada de profesionistas japoneses como doctores, dentistas o veterinarios fue posible gracias a que el presidente Venustiano Carranza firmó en 1917 un convenio con Japón que permitía el libre ejercicio de esas actividades.

Acompañando la labor de médico práctico, Fuse abrió una farmacia donde preparaba remedios y medicamentos que ayudaban a la población a curar sus malestares y enfermedades. Prueba de su profunda relación con la población fue la carta de apoyo, fechada el 26 de julio de 1939, donde más de 100 pobladores de Chilapa manifestaron que Juan Guillermo “ha prestado sus servicios médicos bastantes eficaces y económicos, proporciona medicinas sin costo cuando el paciente es pobre por lo que la población se encuentra agradecida y contenta con él”.

 

Farmacia Tokio (Directorio de japoneses, 1955)

 

Asimismo, tanto el Inspector Agrario de Guerrero como el Delegado de la Confederación Nacional Campesina (CNC), hicieron constar, en nombre de los trabajadores del campo de la región, que la labor de Fuse era humanitaria debido a que atendía a la clase más necesitada y que por ello era un elemento sumamente útil para la clase trabajadora.

 

Carta de naturalización (AREM)

 

En la Ciudad de México, Fuse se reportó ante el Departamento de Investigaciones Sociales y Políticas y solicitó permiso para radicar en la calle de Guatemala # 77, medida que todos los japoneses tenían que realizar a su llegada a la capital. Juan Guillermo les manifestó a las autoridades que era mexicano naturalizado y que había renunciado “a toda sumisión, obediencia y fidelidad a cualquier gobierno extranjero” y que además había “adquirido los derechos y obligaciones que competen a los mexicanos conforme a la Constitución y demás leyes” como se acreditaba en la carta de naturalización que había firmado el presidente Abelardo Rodriguez en el año de 1934.

Además de señalar este hecho, Fuse solicitó permiso al jefe de la DIPS, Juan Lelo de Larrea, para regresar a Chilapa con el propósito de que el gobernador de Guerrero le autorizara seguir radicando en ese estado pues a pesar de su naturalización era considerado como ciudadano japonés.

En Guerrero, Fuse se reunió con diversas autoridades locales para gestionar una serie de oficios y cartas que hicieran constar su buen comportamiento y que dejaran en claro que no existían cargos de ningún tipo en su contra. El día 25 del mes de agosto, Juan Guillermo redactó otra carta donde nuevamente expuso su situación frente a la Secretaría de Gobernación, mencionando el arraigo a las costumbres y al pensar del país y que tanto él como su familia eran católicos. Igualmente demostraba que las autoridades civiles, militares, miembros de la cámara de comercio y población en general daban constancia de su conducta, rogando se le permitiera volver a Chilapa. Ante el apoyo de las autoridades y el pueblo de Chilapa, Fuse consiguió la autorización del gobernador del estado, Gerardo Rafael Catalán Calvo, y del Secretario General de Gobierno, Ismael Andraca.

El 31 de agosto se le permitió volver a Chilapa mediante un oficio firmado por el jefe de la DIPS en los siguientes términos: “Tomando en consideración la amplia garantía otorgada por el Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero (…) se concede autorización al señor Juan Guillermo Fuse, de origen japonés, nacionalizado mexicano (…) para que radique en la población de Chilapa Guerrero”.

Juan Guillermo y Kiyoko vivieron en Chilapa hasta principios de 1980 cuando sus hijas, que habían estudiado en la Ciudad de México, decidieron llevar a sus padres con ellas por su avanzada edad. En este pueblo aún son recordados su profesionalismo y amabilidad en la memoria de aquellas personas que los conocieron.