Cultura | Gráfico | 15.MAR.2023
El Rapto de la Novia, relato gráfico de una tradición de Juchitán / Dick Keis
Escribo este post con todo respeto a las tradiciones y costumbres del Istmo de Tehuantepec. Mis mejores deseos para las familias de los futuros novios que me han permitido fotografiar en este evento. Estoy muy agradecido. Dick Keis (Moving on)
En mi visita más reciente a Juchitán, mi amigo Eli me invitó a asistir al "rapto de la novia", una antigua tradición zapoteca que aún se practica en algunas partes del Istmo. No es tan común como lo era en el pasado, pero todavía hay algunos lugares donde se practica, y algunos barrios de Juchitán se encuentran entre ellos.
Mi comprensión sobre esta tradición es muy básica, no pretendo ser un experto, solo estoy relatando lo que me contaron, así que los errores en la versión que presento del evento son ciertamente posibles.
Hay dos maneras de pedir la mano de una mujer en matrimonio. Una es ir directamente a casa de los padres y pedir la mano de la novia. La otra es raptarla y llevarla a casa de los padres del novio. Por lo general, esto se organiza de antemano, ya que requiere preparativos para una gran fiesta con mucha comida y bebida.
La pachanga es para celebrar la virginidad de la novia, quien se encuentra acostada en una cama cubierta por una sábana blanca que está adornada con pétalos de rosa y brillantina roja. Un grupo de mujeres, familiares y allegados, acompañan a la novia en la sala. En este grupo hay varias muxes (tercer género), amigas que le hacen compañía a la novia. No faltan la cerveza, las botanas y los platos tradicionales de comida; la mayoría de las mujeres tienen dos, no una, coronitas en la mano. El ambiente general es "¡Que vivan los buenos tiempos!"
No se permiten hombres en la recámara de la novia, pero por alguna razón (¿tal vez mi gorra rosa?) me dieron permiso para entrar y fotografiar. La familia no me permitió fotografiar la cara de la novia. Pero con eso entendido, me dijeron, "¡adelante, toma todo lo que quieras!" Y así lo hice, ¡aunque es difícil fotografiar con una cerveza en cada mano! Lo logré, ciertamente, pero algunas tomas pueden salir borrosas.
Afuera del dormitorio había muchos otros invitados que también pasaban un buen rato. Los hombres se sentaron juntos y estaban bien enjarrados cuando llegamos allí. Me senté con ellos por un rato hasta que obtuve el visto bueno para ir al dormitorio.
Después de eso me quedé con las mujeres. ¡Mantienen mucho mejor el tono!
En un momento dado, llegó el momento de proclamar la virginidad de la novia. Esto se hizo repartiendo guirnaldas de rosas a todas las mujeres presentes. Y por supuesto corrieron muchas más Coronitas, platos de delicias del Istmo y baile con la banda en vivo que estaba presente.
La novia nunca salió, sin embargo. Después de la celebración en la casa del novio fuimos a casa de los padres de la novia.
Más comida y bebida y mucho baile.