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19 Abril 2024, Puebla, México.

La Conquista a sangre y fuego, “Los 490 años de la caída de Tenochtitlan” / Francisco González Hermosillo (1953-2023)

Cultura | Crónica | 26.MAR.2023

La Conquista a sangre y fuego, “Los 490 años de la caída de Tenochtitlan” / Francisco González Hermosillo (1953-2023)

Mundo Nuestro. Murió este domingo 26 de marzo de 2023 Francisco González Hermosillo, el más importante historiador de la memoria trágica de Cholula, la de su sometimiento y vasallaje al rey de España en los años de la conquista de México encabezada por Hernán Cortés. Una historia documentada por los mismos artistas cholultecas en el siglo XVI en una línea continua de la tradición pictórica del mundo prehispánico y que el investigador nos dejó a lo largo de más de cuatro décadas de acucioso trabajo.

Presentamos como testimonio de su trabajo como historiador la introducción escrita por él a una de sus investigaciones más importantes y que se presentó originalmente al público en el año 2013 en el Museo Regional Cuauhnáhuac, Palacio de Cortés, del INAH, en la ciudad de Cuernavaca. La exposición --una muestra conformada por 51 láminas y 4 objetos alusivos a la matanza de Cholula-- que se publicó también como libro, documentó los sucesos ocurridos durante la Conquista del Anáhuac, y en particular la Matanza de Cholula, ocurrida en 1519, y que fue utilizada por Cortés para mostrar “lo que estaba .decidido a hacer con todos los reinos y señoríos que no se sometieran a su dominio", como lo refirió Francisco González Hermosillo.

 

 

La conquista a sangre y fuego

Francisco González Hermosillo

 

Introducción.

 

Exhortamos al lector a internarse con la imaginación por los senderos de la historia de México muy atrás en el tiempo, hacia abril de 1519. En esas fechas tuvo lugar el sorpresivo desembarco del capitán Hernán Cortés y su tropa en las costas totonacas de Mesoamérica, hoy playas veracruzanas del Golfo de México.

Ya explorando el litoral por los barcos y fondeado los obstáculos del suelo marino, los forasteros interrumpieron en las llanuras costeras haciendo alarde de una ofensiva bélica, por demás estrepitosa e intempestiva. Esos seres, surgidos de una región del misterio más allá de los confines del mundo conocido, fueron de golpe un enigma sobrenatural. Su sola presencia postró a algunos pueblos originarios, sin muchas veces tener que disparar un solo tiro de arcabuz.

La victoria de los españoles sacudió las bases mismas de las sociedades prehispánicas. Su mundo milenario fue dislocado con violencia de los ejes cósmicos que lo sostenían.  Ya la rendición final de sus dinastías gobernantes hizo que las ruedas milenarias de sus ciclos calendáricos se desengranaran.

A partir del sistema de escritura glífica prehispánica, los que sobrevivieron a esa guerra comenzaron en su desesperanza a pintar sus pasajes más cruentos. Con la progresiva adaptación de estilos europeos a la tradición indígena de narrar historias con pinturas, los indios explotados en sus recursos y mano de obra pintaron el yugo, sin duda sanguinario, de su sometimiento y vasallaje al rey de España. Por el contrario, desde su posición estamental superior y privilegiada la elite indígena aculturada concibió nuevas versiones pictográficas de los relatos épicos de la conquista como justificación de una nobleza derivada del mérito de sus antepasados en colaborar a la expansión militar del dominio español.

En una gama de historias polícromas sobre la dominación española, los tlacuiloque, o pintores de códices, plasmaron escenas de gran dramatismo. Sin embargo, la factura de esas obras hizo gala de una variedad regional de estilos artísticos, lo cual forjó una “estética de la violencia” en la escritura pictográfica india a lo largo de la época colonial. Así, los códices constituyeron un corpus de documentos reivindicativos y de denuncia único en América, y cuya parte conservada hasta nuestros días, dispersa por México y principalmente por el mundo, nunca dejará de asombrarnos.

El presente trabajo es el resultado de una investigación que se propuso estudiar y difundir los hechos históricos de la conquista de México mediante imágenes tomadas de los códices indígenas, confrontados a una selección de citas textuales sustraídas de crónicas de soldados europeos, memoriales de frailes y manuscritos de historiadores indios, mestizos y españoles que fueron copartícipes del encuentro de manera de soporte gráfico y discursivo, con una pequeña selección de fragmentos murales de los principales exponentes del movimiento nacionalista en la plástica mexicana del siglo XX.

Queda en la mente del lector la posibilidad de hacer sus propias conjeturas al recorrer los testimonios aquí propuestos en una imbricada lectura visual y literaria, cuyas referencias documentales han quedado insertas en el texto por cuestiones de diseño.

No hemos intentado con ello desconocer la aventura de la Corona española en expandir por el Nuevo Mundo los alcances de su civilización. Mucho menos pretendemos renegar del mestizaje que impregna de potencialidad nuestra esencia latinoamericana.

Sin embargo, la conquista española y sus métodos coercitivos son una realidad histórica contundente, y vivida controversia en nuestro permanente intento por definir un rostro nítido a nuestro país.  Pese a que la crudeza de esta intervención bélica fue el alto costo pagado por trasplantar en Mesoamérica los simientes culturales de España en su esplendor renacentista, irónico es que los indígenas contemporáneos, herederos de la sabiduría de sus ancestros pero también de su sufrimiento, se mantengan hasta la fecha sumidos en la marginalidad, reducidos a una lacerante discriminación racial debido a su aspecto físico y el desprecio de sus costumbres. Es como si la memoria de esa conquista en pictogramas haya trabado la temporalidad de los indígenas.

 

EMBOSCADA EN EL TEMPLO MAYOR DE TENOCHITÁN

Alojados en los palacios de Moctezuma y atendidos como emisarios divinos, los españoles presenciaron la fiesta del mes de Tóxcatl, la más solemne que los tenochcas hacían a su dios Tezcatlipoca en el patio del templo mayor.

“…y para ello pidieron licencia a Pedro de Alvarado (en ausencia de Cortés) porque no pensase que se juntaban para matar a los españoles.”

“…hicieron su fiesta cubiertos de piedras preciosas, perlas, collares, brazaletes y muchas otras joyas de oro y plata.”

“…los españoles codiciaron las riquezas que los caballeros y señores traían a cuestas.” 

                                                        Francisco López de Gómara.

                                                        Historia de la conquista de México, 1553.

“…ya es el baile, ya es el canto, ya se enlaza un canto con otro…en este preciso momento, los españoles toman la determinación de matar a la gente…y cercan a los que bailan.”

                                                      Informantes de Sahagún.

                                                      Fray Bernadino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España o Códice Florentino, ca 1570.

 

 

“…ya nadie pudo salir…los españoles se lanzan al lugar de los tambores, dieron un tajo al que estaba tañendo, le cortaron ambos brazos. Luego lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada.” 

Informantes de Sahagún

Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España, ca. 1570.

Los miles de varones ilustres que se juntaron en rueda bailando con todo el contento del mundo, quedaron muertos.  Toda la nobleza de México fue hecha pedazos en el patio, sin haber cometido cosa que lo mereciese sino el haberse dado (a los españoles) sus bienes y de comer con tanta abundancia.” 

Fray Diego Durán.

Historia de las Indias de Nueva España e islas de tierra firme, 1581.

Los españoles arrancaron las joyas de los cadáveres “teñidos de sangre y con las entrañas de fuera.”  Una tétrica repetición de la matanza de Cholula venía de producirse.

 

 

Francisco Gonzáles Hermosillo Adams.

 Dirección de Estudios Históricos, INAH.