Contaminación del agua y cambio climático; de los Grandes Lagos a los países escandinavos / Carlos Rodríguez Giacintti

El secretario general de la ONU, António Guterres, durante una cumbre con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas celebrada en Nueva York, el pasado miércoles 20 de septiembre de 2023, alertó a los líderes del mundo diciendo que “…la humanidad abrió las puertas del infierno…” al no actuar de manera decisiva contra la crisis climática. No le falta razón al secretario general de la ONU al referirse a un mundo donde cada día más vemos mayor contaminación en ríos, océanos y en el aire de las grandes ciudades, enormes tragedias como sequías o grandes inundaciones debido al cambio climático, así como países pobres viviendo en la miseria y sumergidos en auténticos basureros.

Contaminación por plásticos en el Lago Michigan.

Pero, cabe aclarar, que la contaminación no es un fenómeno ligado a la pobreza necesariamente y como ejemplo tenemos a los Grandes Lagos en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Estos lagos embalsan el 20% de las aguas dulces del mundo y se reconoce como el sistema de agua dulce líquida más grande del planeta, con una contaminación desbordada pues en ellos se vertían las aguas residuales de las grandes ciudades situadas en sus orillas, como Chicago, Toronto, Cleveland, Detroit, etc., según muestran estudios de la Universidad de Duke y del Environmental Working Group (entre otros muchos estudios). A pesar de los enormes esfuerzos que se vienen haciendo para tratar de evitar su contaminación desde 1970, en que los gobiernos de los Estados Unidos y Canadá han logrado algunos avances en la mejora de la salud de los Grandes Lagos y sus peces desde 1972, cuando los países firmaron el Acuerdo de calidad del agua de los Grandes Lagos, cuyo objetivo es coordinar los esfuerzos de restauración de estos lagos de Canadá y Estados Unidos. Por desgracia, ninguno de los países está obligado a cumplir con el acuerdo, que se actualiza periódicamente, y la Comisión Conjunta Internacional, formada por el Tratado Binacional de Aguas Fronterizas en 1909, emite recomendaciones pero carece de autoridad para obligar a la acción.

Desembocadura del Grand River en el lago Michigan. Great Lakes Environmental Research Labratory

El problema causado por las aguas residuales y en especial a través de los escurrimientos repletos de sustancias procedentes de la sobre fertilización de los suelos agrícolas, pesticidas y aguas residuales mal tratadas, comienza a ser insostenible en términos ambientales, pero también de salud pública en los Grandes Lagos y, de igual manera en los ríos que se alimenta de ellos. En agosto pasado (2023), la ciudad de Toledo, Ohio, emitió una alerta para que las poblaciones del noroeste de ese estado eviten beber agua de la red, por los altos índices de contaminación que no llegan a ser resueltos por las plantas de tratamiento y potabilización. Los sistemas de producción agrícola industrial en los Estados Unidos son insustentables a todas luces desde el punto de vista medioambiental, como ejemplo de ello vemos lo que ya sufre el agua del Golfo de México, inducida por la polución descontrolada de la cuenca del Mississippi. Pero no toda la culpa es de la agricultura y del vertido de aguas residuales, ya que alrededor de 10,000 toneladas de restos de plástico entran cada año en los Grandes Lagos y este plástico representa cerca del 80% de la basura en las costas de los Grandes Lagos, según estudios del Instituto de Tecnología de Rochester, en el Estado de Nueva York. No obstante, ha sido solo en la última década de investigación que la contaminación por plásticos ha ganado relevancia en los Grandes Lagos de América del Norte.

Suecia procesa más de 400 mil toneladas de basura al año.

La otra cara de la moneda la vemos en los países escandinavos, donde la conciencia medioambiental y ecológica es parte importante de su cultura. Los drenajes de las casas en Suecia, por ejemplo, están conectados (obligatoriamente) a una red municipal que separa los desperdicios, los procesa y genera energía eléctrica con ellos. Hay restricciones sobre lo que puede ser vertido al drenaje o la forma como se desecha la basura y es ahí donde la “Policía de la Basura” juega un papel fundamental para el cumplimiento de la reglamentación. Todo ello complementado con energías limpias y renovables como la eólica, biomasa y fotovoltaica, medios de transporte adecuados y ordenados en las ciudades, así como una cuidadosa y vigilada planeación urbana, conjuntos de políticas públicas en favor del medio ambiente, apoyadas por una enorme y comprometida participación ciudadana.

Estos esfuerzos de apoyo al medioambiente y que procuran evitar el cambio climático en países europeos, tienen el gran inconveniente de que requieren políticas gubernamentales, por los montos y el impacto de su implementación. Pocas iniciativas eficaces pueden implementarse de manera parcial o individual sin apoyo de los gobiernos; de ahí el gran atraso en muchos de los países.

OCEAN CLEANUP®

Uno de estos esfuerzos no gubernamentales iniciado en 2013 en Los Países Bajos y que ha tomado relevancia hace un poco más de cinco años es The Ocean Cleanup®, un proyecto internacional sin fines de lucro que desarrolla y escala tecnologías para eliminar el plástico de los océanos y ríos. Para lograr este objetivo, emplean una doble estrategia: interceptar en los ríos para abordar las fuentes de contaminación plástica del océano, limpiar lo que ya se ha acumulado en el océano y no desaparecerá por sí solo. Actualmente se encuentran trabajando en muchas partes del mundo, destacando su importante cobertura en el continente asiático. En México ya están presentes en Veracruz, Cancún y en Tabasco. Solamente en Tabasco extraen más de 76 toneladas de desperdicios de plástico al año.

Desde el comienzo de The Ocean Cleanup®, ha planeado hacer algo valioso con el plástico que limpian procurando evitar que este plástico vuelva a entrar en el medio ambiente, ya sea creando nuevos productos duraderos o procesándolo. Al darle un nuevo propósito al plástico oceánico,  convierten el problema en una solución y los fondos que logran recaudar de esa manera siempre irán directamente hacia una mayor limpieza. La composición de la basura extraída del océano difiere de lo que capturan en los ríos, al igual que la propiedad de la captura (1). Debido a estos factores, su papel en la creación de valor para estas dos corrientes también difiere: océanos y ríos.

En octubre de 2020, The Ocean Cleanup® lanzó el primer producto hecho con plástico atrapado en el Gran Parche de Basura del Pacífico: las gafas de sol Ocean Cleanup®. Esto sirvió como prueba de concepto de que pueden desbloquear el valor en la captura de plástico oceánico: el material se puede reciclar en productos de consumo de alta calidad, brindando a las personas una forma tangible de apoyarlos, para que puedan recaudar fondos para limpiar más océanos. Las gafas de sol ahora están completamente agotadas (a partir de febrero de 2022). En el futuro, ya no tienen la intención de crear sus propios productos; en su lugar, trabajarán con socios para desarrollar productos utilizando The Ocean Cleanup Plastic. Esto les permitirá centrarse en su misión principal de limpieza: el objetivo es ampliar sus misiones rápidamente y capturar exponencialmente más plástico a medida que implementen más sistemas oceánicos. Ahora que han demostrado que pueden crear valor a partir del plástico oceánico con su primer producto, las gafas de sol The Ocean Cleanup®, su equipo de gestión de capturas está trabajando en mejoras y adiciones a sus procesos tanto para océanos como para ríos. Además, también están formando asociaciones con marcas fuertes que pueden utilizar The Ocean Cleanup Plastic en sus líneas de productos duraderos.

Reflexiones finales

La contaminación en todas sus formas está llegando a niveles sin precedente, como bien lo señala el secretario general de la ONU al inicio de este artículo, lo cual además está incidiendo negativamente en el cambio climático. El combate a la contaminación debería ser un esfuerzo de todos, principalmente de los gobiernos de los países del mundo. Pero ante la negativa e indiferencia de varios sectores de la población, se requiere de iniciativas inteligentes, creativas y eficaces que enfrenten decididamente la contaminación, creando valores añadidos a este esfuerzo, como lo es el caso de The Ocean Cleanup® que, además de los enormes beneficios al medio ambiente, es una agrupación sin fines de lucro. Ideas y soluciones hay muchas y habrá más conforme avanza la tecnología, lo que falta es voluntad, decisión y miras altas en el combate a la contaminación en nuestro planeta, una de las principales amenazas para el género humano. Para reflexionar. 

• Existe un tema legal con la propiedad de la basura que recolecta Ocean Cleanup® por lo que tienen que ser muy cuidadosos dependiendo del país y del punto geográfico donde se recolecta y, a veces, hacer alianzas locales para estos fines, con excepción de los desperdicios de plástico que flotan en el océano, los cuales son propiedad de quien los recolecte, por tratados internacionales.