
Universidades /Gobierno /Política | Opinión | 27.FEB.2025
Ante el conflicto estudiantil, inteligencia y aplomo / Sergio Mastretta

El griterío avanza desde la otra orilla del río Atoyac. Son los estudiantes de la BUAP resguardados bajo sombrillas que marchan hacia Ciudad Universitaria a la hora del calcinante sol de las 2 de la tarde. Los veo pasar por el crucero de Cúmulo de Virgo y la 11 Sur rumbo a Margaritas. Tal vez sean unos trescientos muchachos y muchachas que se han trepado a la movilización estudiantil que surgiera como un relámpago a mitad de la semana. La mayoría son de Artes Plásticas y Audiovisuales y supongo que de Comunicación, las dos principales escuelas en el Complejo Cultural Universitario.
Quiero entender las razones que los llevan a sumarse a la movilización estudiantil que iniciaran los estudiantes de Medicina. No voy muy lejos en ello, encuentro una válida para los estudiantes de la BUAP en el Complejo: la imposición de una obra del gobierno estatal, el nuevo puente en el crucero de Atlixcáyotl y Cúmulo de virgo, un homenaje a la dictadura de los automóviles en la que se sustenta la obra pública en Puebla.
Hace unos minutos han discutido con un enviado de la Secretaría de Infraestructura que les ha machacado sin pena que en Puebla los automóviles tienen prioridad sobre los peatones. Ellos le han exigido la instalación de un paso peatonal a nivel de la avenida Atlixcáyotl. El funcionario les ha pedido que se adapten, que la vía existe desde antes de que se creara el CCU.
Adaptarse puede no ser un buen consejo para una persona joven.
“El ingeniero siempre nos daba la misma respuesta redundante –han comentado a los reporteros a mediodía--, nos dijo: esto es una vía rápida, primero existió la vía rápida antes que el Complejo Cultural, así que ustedes van a tener que adaptarse a lo que se construya para los automóviles."
Y les dijo más: “Si no aceptábamos, nos íbamos a quedar sin paso peatonal elevado, sin elevador y sin escaleras eléctricas".
No queda más que marchar a Ciudad Universitaria. Entiendo por lo menos un motivo de descontento, y va mucho más alla de la problemática dentro de la universidad. Analizar y entender los procesos que corren en esa coyuntura es una obligación del periodismo serio. Me lo digo así frente a estos jóvenes que apenas rebasan los veinte años y que ninguna idea tienen de lo que han sido las luchas estudiantiles en la historia de la Benemérita.
Allá van los marchistas rumbo a CU, entonces. Los veo irse y me digo que como sociedad estamos obligados a enfrentar con aplomo este conflicto. De ninguna manera se debe dejar el paso a las manos que mecen la cuna en una coyuntura complicada de la vida del país en la que estalla el descontento estudiantil.
No es común una movilización de estudiantes en la BUAP. La última la motivó la violencia criminal que se llevó la vida de tres jóvenes estudiantes de la BUAP y la UPAEP en el año 2020, apenas unas semanas antes de que se declarara la pandemia tras la que se diluyó el movimiento. Artes Plásticas y Audiovisuales y Derecho se fueron al paro también en esos días con una denuncia del acoso sexual por algunos profesores; también la pandemia diluyó la protesta.
Qué genera esta nueva. De inicio el descontento en Medicina, que ha motivado la apertura de una mesa de diálogo entre los estudiantes y las autoridades. Se han sumado este jueves otras escuelas y facultades, cada una con sus demandas particulares. La institución respondió inmediatamente con la creación de mesas de diálogo ayer miércoles y con la destitución del director de la facultad; y para el jueves tomó la decisión de instaurar por lo pronto las clases virtuales en los campus de la ciudad de Puebla.
Llevo más de 35 años siguiendo la política de la universidad pública. Sé que lo que ocurra con ella es determinante para la sociedad poblana.Y sé tembién que son muchos los intereses y pugnas por el poder que corren insomnes al interior de la BUAP.
La respuesta colectiva democrática debe sustentarse en la madurez de la autoridad universitaria para enfrentar el conflicto y en la inteligencia de los liderazgos que un movimiento espontáneo genera para encontrar un sentido racional a su acción. Y más: en la capacidad de denunciar y contener la muy previsible mano negra de los grupos de poder dentro de la universidad y fuera de ella que pretendan aprovechar la oportunidad.
Inteligencia y aplomo entonces.