Artesanos / Recuerdo de Facunda Juárez Corichi

En el taller no tenemos ningún pedido, pues casi no hay trabajo, pero sí lo sé hacer. A nosotros no nos han pedido nada, pero yo lo que quisiera, la palma, como tenates, aventador, otras cositas que salen y petate. Nada más que es un poquito difícil eso del petate, es más grande, lleva más tiempo. Nosotros aquí en Tzicatacoyan lo hacemos como, bueno, yo no lo sé hacer muy rápido, nomás despacio lo voy haciendo, me llevo unos tres días, cuatro días, pero no sólo hago eso, sino que la labor de la cocina. El petate es de palma, el otate no lo sé hacer, mi esposo sí lo sabe hacer, pero ya no lo hace, es para canasta nada más, y el petate de pura palma. Me enseñó mi mamá, pues lo aprendí desde muy pequeña.

Antes, para eso del petate, nos enseñaba mi mamá, tenía unos cinco años cuando me empezó a enseñar a rajar la palma, a picarla, que es quitarle la orilla con el cuchillo. Nos ponía a varios hermanitos a rajar la palma, ella hacía el empezador para formar el petate, ella lo hacía; entonces nosotros, como estábamos chiquitos, nomás le rajábamos la palma. (polonoyola)