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7 Septiembre 2024, Puebla, México.

¡Bonito, bonito! / Antonio Galaviz Portilla

¡Bonito, bonito! / Antonio Galaviz Portilla

En Huahuaxtla también daba Nocturna en Huehuextla. Ahí también era horario corrido. Nos lo exigía el supervisor, que diéramos nocturnas. Y yo sí la daba con mucho gusto, para enseñar a los adultos a leer y escribir. Iban muchos jóvenes, principalmente, a aprender a leer y escribir.

Lo que buscaban los jóvenes en ese lugar era ganarse el jornal para comer. Eso era todo, no tenían ninguna ilusión de nada, sus ilusiones eran muy raquíticas, no tenían ningún proyecto de mejoramiento, todo era muy relativo, muy sencillo. Nosotros, con mi esposa que allí llegó, ahí nos casamos en Huauaxtla. Ella trabajaba en otro lugar y me fue a alcanzar ahí. Ella recuerda de haber tratado a mucha gente, dice que nada más usaban el calzón y un zarape que se ponían, no llevaban camisa, a rais. Y todos hablaban el mexicano y nos costó mucho trabajo haber logrado enseñarles algo de español, pero eso sí lo logramos. Porque yo tardé ahí 18 años, y en esos 18 años nunca me cansé de trabajar con las gentes, siempre trabajamos con gusto. Yo sí trabajé con gusto.

A veces las presidencias de los lugares querían que les fuera ayudar con algunos documentos, en mis horas de descanso. Pues ahí voy con el presidente para hacer los papeles que se necesitaban, porque las entradas no eran suficientes para pagar un secretario. Por supuesto no le pagaban a uno nada. En la casa, a veces iba yo a comer y me regresaba a la escuela. En la escuela iban niños en la tarde a trabajar, los atendía, y había veces que en lugar de ir a la escuela iba yo a la presidencia, a hacer trabajo y así andaba yo de un lado y otro. Todos estaba junto, casi pegada la presidencia con el edificio escolar, así que no era una cosa difícil, pero sí había mucho qué hacer.

Cuando salí dejé la escuela primaria, dejé un edificio nuevo y algunos anexos como baños para hombres y baños para mujeres, porque no tenían baños ahí. Con regadera y todo. Cuando llegué no había casi nada, pero dejamos la escuela funcionando perfectamente. Tuvimos mucha suerte porque dentro de la cuestión deportiva de la escuela tuvimos logros muy importantes en los concursos de zona, logramos varios lugares, íbamos y ya hasta nos tenían miedecillo, porque llevábamos a los muchachos bien preparados en básquetbol, volibol y atletismo: carreras, saltos, cosas de atletismo. Recuerdo muy bien que tuvimos un año muy bonito. Parece que esto viendo al muchachito en su carrera, como salió primero de todos, un indito ahí, vestido de blanco, pero ¡bonito! ¡bonito, bonito! (polonoyola)