Literatura |#555 | 2021-01-04 00:00:00
Como polvo en el viento: Padura y Cuba más allá de la revolución
Literatura
Este año que está por concluir, en medio de la obligada reclusión debido a la pandemia, además de la inédita experiencia de la docencia, conferencias, eventos académicos, asesorías de tesis y reuniones políticas a través de las distintas aplicaciones para hacerlo en línea, logré leer entre otros libros cinco novelas del escritor cubano Leonardo Padura. "Herejes", "La transparencia del tiempo", "Adiós Hemingway", "La novela de mi vida" y "Como polvo en el viento". Hace unos pocos años había leído "El hombre que amaba a los perros" y me dejó profundamente conmocionado. Siendo yo un militante comunista había leído casi toda la obra de Isaac Deutscher, ese maravilloso historiador cercano al trotskismo, pero ninguna de sus obras me había hecho tan conciente hasta el escalofrío acerca de la perversidad de Stalin, como lo hizo Padura con su novela que relata el asesinato de Trotsky y la lógica del stalinismo.
Ahora recién concluida mi lectura de "Como polvo en el viento", confirmo que Padura además de un enorme escritor, es un gran sociólogo. Su obra, al menos las seis novelas de él que he leído, son retrato y radiografía de lo que ha acontecido en la sociedad cubana después del derrumbe soviético. Es Padura una suerte de combinación del Balzac que retrata a la sociedad en la que vive, con el Kundera que lo hace desde la distancia y la externidad. En su retrato de Cuba, uno encuentra la aguda observación mezclada con la crítica mordaz además de la objetiva valoración de lo bueno que trajo la revolución cubana. En su obra puede advertirse la diferenciación social y el naufragio del igualitarismo que provocó en Cuba el colapso del socialismo real, la corrupción y los privilegios del poder, la abyección del bajo mundo cubano que llega hasta las altas esferas, la paradoja de personajes que pudieron estudiar y llegar a ser eminentes profesionales pero que viven con un magro salario.
En "Como polvo en el viento", Padura explora la diáspora cubana provocada por "el período especial" que sucedió a la desaparición de la Unión Soviética y su periferia. Sus personajes ven cómo "todo lo sólido se desvanece en el aire", sus certezas ideológicas y materiales se disuelven y emprenden el camino de la huída de la isla. En las páginas de la novela puede encontrarse lo que he advertido con mi cercanía con la isla en los últimos 25 años: migrantes en los cuales Cuba se convierte en un remoto y doloroso recuerdo, aquellos que se han ido porque las privaciones eran insoportables pero que tienen a su isla irremediablemente en el corazón, los que se vuelven furibundos críticos o por el contrario no son renegados, aquellos otros que merced a su éxito migratorio viven muy bien y lo ostentan o los que no lo logran y viven las miserias e incertidumbres del capitalismo.
En suma, leer a Padura para mí ha sido además de un gran placer, un gran aprendizaje de lo que es Cuba más allá de mi inclaudicable apoyo a la revolución cubana. He leído la obra de Padura con el aforismo de Lenin en la mente, aquel que dice que "La verdad siempre es revolucionaria".
Tepoztlán, 29 de diciembre de 2020.