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26 Abril 2024, Puebla, México.

¿Salud o economía? #abriromorir /    Blas Cernicchiaro, empresario

COVID 19 en 2022 | Crónica | 5.FEB.2021

¿Salud o economía? #abriromorir / Blas Cernicchiaro, empresario

Decía mi querida amiga Amy Camacho: “Ante cualquier adversidad, la respuesta está en la naturaleza”

Voces en los días del coronavirus

Años atrás los sabios economistas ya habían decretado que el mundo debe cambiar los hábitos de consumo que nos han llevado a la gran dicotomía que estamos tratando de dilucidar a lo largo de esta pandemia entre la salud y el estatus financiero. El abuso en patrones de conducta, o “lifestyle”, que en su mayoría hemos incorporado a nuestras vidas, es producto de la mercadotecnia que nos ha seducido paulatinamente; adoptamos roles absurdos y justificamos patrones conductuales hasta llegar a tener miedo de no ser socialmente aceptados y de vivir frustrados por no alcanzar las metas impuestas. Todo esto, aunado a la sobrepoblación en nuestro planeta, han provocado que entremos en dinámicas ajenas a un comportamiento que busque la integración de nosotros los humanos con la naturaleza, nos ha convertido en sus máximos depredadores en aras de la hegemonía económica, peleando por el poder entre nosotros mismos.

Mantener el engranaje económico es el gran reto que nos tiene tan preocupados. Las noticias nos atemorizan más por el derrumbe de la economía, que el contagio mismo por el virus y la muerte. Permanecer confinado en casa resulta imposible para una familia que vive al día con un escaso sueldo y la imperiosa necesidad de conseguir un poco de recursos para llevar el sustento a sus hijos... “Abrir o morir” claman los propietarios de restaurantes.

He sido restaurantero por 27 años, y aunque suene a “tirar piedras sobre mi propio tejado” haré esta reflexión.

En época de mis padres existían en Puebla muy pocos restaurantes: El Merendero, en el hotel de Don Eduardo Lastra; La Cava, de Don Armando Mujica (era, y sigue siendo muy importante conocer el nombre de los dueños), y a mediados de los 70’s el Carlos’n China Poblana, del grupo Anderson’s, precursor del boom de la nueva restaurantería, Con el tiempo proliferó la oferta de manera exagerada, así como se nos ha pasado la mano en otros rubros del consumo de bienes y servicios. Una gran oferta de escuelas culinarias poblanas ha surgodo, y con ella un gran número de restaurantes, cafeterías y conceptos de comida rápida que aparecen y desaparecen como la espuma.

Voces en los días del coronavirus 2020

¿Será que solo así aprenderemos?/Blas Cernicchiaro, empresario

La necesidad de las mujeres de reforzar los ingresos de la economía de su familia hace que salgan a trabajar al igual que su pareja, con el abandono de la cocina en el hogar se recurre a los alimentos procesados de los supermercados, al “fast food” y a frecuentar conceptos de cocina contemporánea, mexicana, internacional y de un sinnúmero de especialidades. Este acelerado crecimiento de la industria restaurantera logró generar una importante cadena productiva, que va desde la siembra en el campo, la ganadería, el transporte, etc., hasta que un platillo preparado con un chef y con la atención de un mesero llega a tu mesa. Esta industria es ya la segunda empleadora más importante del país después del sector gobierno. De esta manera, alimentarse pasa de ser un ritual casero y familiar, a un producto de consumo sofisticado.

Cuando hablamos de “actividades esenciales” debería sonar en verdad a lo realmente básico para poder subsistir. Comer en otras épocas del mundo respondía a producir y comercializar la materia prima que requerían los alimentos para cocinarlos en casa. ¿En qué momento tan abrupto pasó la restaurantería a ser motor tan importante de la economía y por ende la vida humana? ¿Cuántos productos y servicios se volvieron “esenciales” debido a las necesidades creadas por la mercadotecnia? La restaurantería se volvió actividad esencial meramente por cuestiones económicas.

Hay solo dos caminos a mi juicio: o cambiamos nuestra manera de consumir asegurando nuestra sobrevivencia, o la misma naturaleza provoca una poda reduciendo en cantidad a los siete mil ochocientos millones de terrícolas mal portados que hemos perforado sus entrañas para quemar combustible intoxicando su aire, ensuciando sus ríos acabando con la vida en los océanos, deforestando sus bosques… Y con todas estas calamidades, cambiando el clima hasta llegar a la extinción de la raza humana.

Citaré a mi querida amiga Amy Camacho: “Ante cualquier adversidad, la respuesta está en la naturaleza” Y les recomiendo mucho el documental “El pasado del futuro” (Netflix)

Con tanta información y desinformación nos hemos dado cuenta de que el comportamiento de contagio y sus consecuencias son totalmente aleatorios. Primero aseguraban los científicos que solo se contagiarían los adultos mayores y enfermos vulnerables, poco a poco se fue ampliando la lista hasta incluir a prácticamente a todo los seres humanos y algunos clarividentes incluyen a mascotas. ¿Sobreviviremos a la ruleta rusa del Covid-19? Si es así, tendremos necesariamente que adaptarnos a otras maneras de vida en la incertidumbre del futuro, sin poder hacer pronósticos de ventas basados en historiales atípicos, programar viajes, etc., a esto, habrá que sumarle los desequilibrios psicológicos producto del aislamiento, la soledad y la frustración.