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16 Septiembre 2024, Puebla, México.

El desatino de Paco / Javier Pérez Siller

Universidades /Sociedad | Opinión | 30.JUN.2021

El desatino de Paco / Javier Pérez Siller

 

A manera de presentación

 

Estas palabras son fruto de varias entrevistas con Julio Glockner, Montserrat Galí, John Mraz, Louise Grethause, Rosalva Loreto y Ambrosio Guzmán… aunque el único responsable de su contenido sea el de la palabra... Para aumentar la complicidad quiero iniciar con una frase de Victo Hugo, uno de los autores preferidos de Francisco Vélez Pliego…y muy conocido entre nosotros por su famosa “Carta a los poblanos”.

Dice Hugo: 

 

 La arquitectura es el gran libro de la humanidad, la principal expresión del hombre en sus diversos estados de desarrollo, ya sea como fuerza o como inteligencia.

 

Con esa frase quiero llamar su atención sobre la ciudad de Puebla en el sentido amplio, y no como algo fijo en el tiempo, sino en su evolución en la historia. La ciudad de Puebla, la más hispana de México, es fruto de muchas intervenciones a lo largo del tiempo. Cuenta con un hermoso centro histórico, poblado de bellos edificios construidos en los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX o en la actualidad que nos revelan su historia y su estilo. Tiene gran fama a nivel regional, nacional e internacional por su zona de monumentos históricos que le ha permitido ser catalogado por la UNESCO, como patrimonio de la humanidad.

            Muchos extranjeros y miles de jóvenes vienen a Puebla porque es la capital de la educación y hacen de su Centro histórico un espacio vivo. La BUAP contribuye para dar dinamismo a esta comunidad y preservar los edificios que forman parte del patrimonio histórico. Aún recuerdo cuando llegué a Puebla en 1996. Con la gentileza que lo caracterizó, Alfonso Vélez Pligo me llevó a dar un recorrido por sus calles y plazas. Cuando pasábamos por la 2 oriente, al llegamos a la prepa Zapata, me contó que en los decenios de 1970 y 1980, la BUAP había iniciado un proyecto de compra de inmuebles en el Centro histórico, con el fin de darle valor a esa zona, y que ya contaban con 40 edificios clasificados, más de los que tienen, en el centro histórico de la CDMX, la UNAM, el IPN y la UAM, juntas.

Hoy quisiera compartir con ustedes algunas ideas sobre las prácticas de nuestro compañero, director y amigo, en la sociedad y en la universidad. Y para ello evocaré a grandes rasgos tres ámbitos donde vemos sus huellas:

 

  1. El ámbito del conocimiento y los saberes
  2. La intervención directa en el desarrollo urbano
  3. Y la lucha por la conservación del patrimonio poblano

 

Me pregunto qué mueve a las personas en la vida, ¿el interés, el dinero, el poder, el éxito, el deber, el amor, el odio, la venganza? Y me doy cuenta que Paco Vélez se guía por esa emoción, ese sentimiento, esa pulsión o potencia misteriosa y profunda del ser humano, que todos conocemos y que llamamos amor. Sí, creo que es el amor al conocimiento, el amor a su tierra, el amor y respeto a sus tradiciones y el amor a sus ancestros el que da origen a sus prácticas… Y esto lo constatamos en esos tres ámbitos.

 

  1. No podemos amar lo que no conocemos. Y para conocer no basta con leer o ver, sino experimentar los saberes. En más de medio siglo, Paco Vélez se ha dedicado a conocer lo que él llama el fenómeno de producción de la ciudad: ¿cómo se produce y reproduce una ciudad? No solo a nivel del ordenamiento del territorio, de los programas y de la normatividad que implica ordenar la ciudad; su vialidad, su infraestructura, su trasporte, los servicios que ella requiere. También es necesario conocer los actores que dan vida a ese ordenamiento territorial, actores con intereses tan diversos como pueden ser los propietarios del suelo, ejidatarios, campesinos, inversionistas, rentistas o los mismos desarrolladores urbanos y, claro, las autoridades municipales, estatales o federales. Todos tienen intereses, materiales o simbólicos, sobre ese territorio y quieren moldearlo a su manera.

El conocimiento sobre esta complejidad de relaciones, ya no requiere solamente la mirada de un arquitecto, sino la perspectiva del sociólogo, del geógrafo, del politólogo, del historiador, del filósofo y, sobre todo, requiere de hacer una síntesis. Como dijera Le Corbusier, “La arquitectura es la creatividad del espíritu y no una profesión”, y Paco Vélez no ejerce una profesión, desarrolla su creatividad para articular un modelo explicativo de la producción de ciudad. Un modelo crítico que ha traducido no solamente en conferencias, cursos, intervenciones en coloquios nacionales o internacionales, en artículos, ensayos o libros. Sino también lo ha traducido en propuestas para mejorar planes de estudio, crear diplomados, fundar maestrías en Pueblo y en el extranjero –como la maestría en Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial con sede en la Universidad de San Simón Cochabamba, Bolivia– o la apertura de ese formidable laboratorio de saberes que es el Posgrado en estudios socio-territoriales del ICSyH, donde se imparten maestrías y doctorados, y cuenta con el más moderno Laboratorio de Análisis socioterritorial, dos revistas para divulgar saberes –Sociedad, ciudad y territorio o Topofília– y el innovador  Observatorio urbano metropolitano, un espacio virtual de información, comunicación y difusión de trabajos de investigación sobre la problemática regional y urbana, que sirve de puente con la ciudadanía.

En síntesis, su estilo en ver a la ciudad como una totalidad compleja en devenir ha contribuido a la academia, en México y el extranjero, y marcará muchas generaciones…

 

  1. Pero lo importante en la vida no es solamente conocer el mundo, sino transformarlo. Y ese es otro aspecto de la intervención amorosa de Paco en la ciudad que lo vio nacer… un amor que se convierte en fuente de compromiso por innovar y dar soluciones, en voluntad inquebrantable ante los obstáculos que se interponen para incidir en ella. Como experto en el conocimiento de normas, reglamentos y leyes que crean el marco jurídico para construir ciudad… desde fines de los años 1970, Paco contribuye en distintos proyectos, participa en comisiones universitarias, en Consejos ciudadanos y municipales, en grupos de asesoría para los gobiernos estatales o en comités de expertos internacionales.

Un ejemplo es el Proyecto de Desarrollo Regional Angelópolis de los años 1990, que pretendía dar un ordenamiento y hacer intervenciones puntuales en la ciudad. Como la del Paseo del río, que terminó en la construcción del boulevard 5 de mayo y la rehabilitación del área de San Francisco. O su aspecto más ambicioso; integrar la zona metropolitana, con 14 municipios conurbados, que se concretó en el mal llamado “Periférico ecológico”, que hoy todos padecemos; un cinturón vial que pretendía servir de contención a la expansión de la mancha urbana pero que, “a falta de voluntad gubernamental y a la pujanza de intereses de las desarrolladoras –cuenta Paco en una entrevista difundida en Los Periodistas– modificaron el uso del suelo y, en poco menos de un decenio, la urbe terminó por duplicar su territorio”…

            Pero no todo fue decepción, sino aprendizaje. Como el exitoso proyecto universitario de adquisición de bienes en el Centro histórico. Propósito que iniciaron los rectores Luis Rivera Terrazas y Alfonso Vélez Pliego, tu hermano mayor, y que requirió hacer un inventario de inmuebles en 400 manzanas del Centro histórico. Iniciativa que se coronó en 1987, al formar el expediente de la candidatura de Puebla ante la UNESCO, y ser nominada como una de las ciudades del patrimonio mundial. Innegable orgullo para México y para los poblanos, que hoy se traduce en una gran responsabilidad para la BUAP, como institución rectora en el mantenimiento y preservación del patrimonio urbano de la ciudad.

 

  1. Cierto, “La arquitectura es el testimonio incorruptible de la historia”, diría Octavio Paz. Y defender ese patrimonio es el último aspecto que me gustaría evocar sobre las prácticas sociales de Paco Vélez, sobre su activismo en defender lo que ama: el legado de sus ancestros.

Por más de medio siglo, Paco ha mantenido un constante activismo en la defensa del patrimonio arquitectónico y arqueológico de Puebla. Ya sea a través del Consejo Universitario, de las Comisiones de patrimonio, en los Consejos ciudadanos, en el Consejo municipal, hasta su gran papel como director de la sección Puebla del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos, conocido por siglas como ICOMOS.  Desde esas instituciones, Paco aplica sus saberes y experiencias, y usa su autoridad para contribuir con asociaciones y personas que luchan por preservar el patrimonio.

Ejemplos hay muchos. Uno fue detener el proyecto de estacionamiento subterráneo en el zócalo de la ciudad, que amenazaba con tirar árboles centenarios…. Otro fue su apoyo incondicional a la lucha contra los proyectos faraónicos del anterior gobierno que pretendía intervenir el Centro Histórico de Puebla, para instalar el teleférico o la rueda de la fortuna, que afectaban directamente el paisaje urbano y destruían edificios clasificados. O el gran proyecto de Cholula...

En todo momento, Paco intervino con firmeza ante las amenazas sufridas por compañeras del Instituto que habían interpuesto amparos contra esos proyectos. Con mucha habilidad, Paco utilizó su posición como director para involucrar a la universidad en defender la integridad de nuestras compañeras y ganar así la batalla… ¿cómo no ver en esas prácticas un profundo amor por conocer, por rescatar, por restaurar y por mantener vivo el legado urbano de los poblanos?

 

Conclusión…

 

Una de las tareas del historiador, dice Jacques Legoff, es “servir de puente para convocar a los hombres del pasado y hacer que revelen su mensaje, modesto o fuerte, a los hombres del presente, siempre respetando su tiempo”.  Claro, no se trata aquí de los hombres del pasado, sino del aquí presente… Y si he separado las prácticas sociales de Paco en tres ámbitos aparentemente separados, no puedo dejar de reconocer que ellas se entrelazan e inscriben en una densa ola del tiempo que marcó profundamente a Paco y le permitió desarrollarlas. Solo citaré dos grandes impulsos que heredó, el compromiso de las profundas luchas sociales de los años 1960 y 1970 que forjaron la utopía de construir, como dijera el Ing. Terrazas, “la universidad democrática, crítica, científica y popular”, comprometida con la sociedad. Y un pensamiento crítico que emergió como respuesta a la larga noche de retroceso neoliberal –con su individualismo, privatización y competencia salvaje– que aún no muere… En el pensamiento y en las prácticas de Paco Vélez se asoma esa utopía y esa crítica que rigen aún su creatividad, su visión sobre la Universidad y su compromiso con la sociedad poblana.

Para concluir estas palabras, quisiera evocar la frase de su colega de Nantes, el arquitecto Aymen Karbia, “La arquitectura sobrepasa el simple acto de construir. Es una manera de ser…”  Y constatar con ustedes que, al ejercer sus prácticas intelectuales, al intervenir en el ordenamiento del territorio poblano y al luchar para defender su patrimonio, Paco se fue construyendo a sí mismo. En sabias palabras de su entrañable amigo Ambrosio Guzmán, Paco ha sido “arquitecto de sus propios desatinos”

 

Gracias Paco por transmitirnos ese amor que te mueve y

que generosamente nos compartes.

 

 

 

Santa Cruz Buenavista, 18 de junio del 2021

Javier Pérez Siller