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18 Septiembre 2024, Puebla, México.

Damas Insurgentes. Una mirada a las mujeres de la Independencia / Oscar Ernesto Hernández López

Cultura | Crónica | 14.SEP.2024

Damas Insurgentes. Una mirada a las mujeres de la Independencia / Oscar Ernesto Hernández López

La historia oficial de México se ha distinguido por señalar a los hombres como los principales héroes de las luchas por las libertades para construir el país que hoy tenemos y desdibuja la participación de las mujeres que de distintas maneras son figuras sobresalientes en este proceso. El sexo femenino debe ser reconocido por tomar parte en la lucha por la independencia y otros movimientos sociales tomando las armas, como espías, como damas-correo, escondiendo a combatientes perseguidos y participando en conspiraciones y toma de decisiones.

Empezaré por reconocer en el movimiento insurgente de 1810, a las muchas mujeres anónimas que sufrieron el castigo y la represión de sus enemigos. Se han registrado por lo menos 114 mujeres que fueron encarceladas durante el periodo de la lucha por la independencia.  Agustín de Iturbide, en su etapa de militar realista, apresó a más de 100 mujeres de Pénjamo y las mandó a casas de recogidas, casas que eran prácticamente prisiones.

Cuando se habla de esta parte de la historia de México, resaltan dos o tres mujeres que son claramente identificadas por la población, aunque tal vez se desconocen algunos detalles importantes de sus acciones heroicas aunque son mencionadas en el tradicional Grito de Dolores de cada 15 de septiembre.

 

 

Josefa Ortiz de Domínguez

 

Conocida como "La Corregidora", fue una figura clave en la guerra de independencia de México. Nació el 8 de septiembre de 1768 en Valladolid, hoy Morelia, Michoacán, en una familia criolla. Su educación en el Colegio de las Vizcaínas le permitió desarrollar ideas ilustradas que influyeron en su papel político y social. Josefa y su esposo, Miguel Domínguez, corregidor de Querétaro, se involucraron en la conspiración independentista que se gestaba en su región. Ella se convirtió en una de las principales organizadoras del movimiento, utilizando su posición y conexiones para reunir información y recursos. Cuando la conspiración fue descubierta el 13 de septiembre de 1810, Josefa actuó rápidamente. Conocida por su astucia, utilizó los golpes de su tacón para alertar a los insurgentes sobre el inminente peligro, lo que permitió que se adelantara el levantamiento tan pronto como fuera posible lo que sucedió el 16 de septiembre de 1810. A lo largo del conflicto, Josefa continuó apoyando a los insurgentes a través de la entrega de dinero y mensajes, manteniéndose activa en la lucha incluso después de ser encarcelada.

Tras el descubrimiento de la conspiración, Josefa y su esposo fueron arrestados y encarcelados donde sufrieron condiciones difíciles. Josefa estaba encerrada en arresto domiciliario por ser sospechosa de participar en la conspiración, pero logró dar aviso al alcalde, éste envió un mensajero de confianza a Celaya donde vivía Ignacio Pérez, un comerciante simpatizante de la causa insurgente; éste, a su vez, lo entregó a Juan Aldama, otro conspirador que envió a un segundo mensajero quien de inmediato se trasladó a Dolores, lugar al que llegó en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 para informar las malas noticias a Allende e Hidalgo. Después de una rápida discusión, el cura Hidalgo zanjó la discusión exclamando: “Lo he pensado bien, veo que estamos perdidos, así que no queda más remedio que ir a coger gachupines”.

Josefa fue trasladada al convento de Santa Catalina debido a su embarazo y permaneció ahí hasta 1817, cuando fue liberada tras la presión pública y la intervención de su esposo.

 

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador

 

Conocida como Leona Vicario, fue una destacada insurgente. Nació el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México y falleció el 21 de agosto de 1842. Leona Vicario fue hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador. Desde joven, recibió una educación esmerada, lo que era poco común para las mujeres de su época. Estudió ciencias, artes, música y literatura, lo que le permitió desarrollar un pensamiento crítico y una fuerte convicción patriótica. Leona se unió a la causa independentista y se convirtió en una mensajera clave para los insurgentes. Utilizó su hogar como un centro de operaciones donde organizó reuniones y proporcionó apoyo logístico. También escribió artículos y poemas que promovían la independencia, convirtiéndose en una de las primeras periodistas de México.

Leona Vicario perteneció al grupo de Los Guadalupes, y financió con su propia fortuna la insurgencia, era una de las mujeres del servicio secreto de los insurgentes. Fue descubierta en 1813 y encerrada en el Colegio de Belén de donde logró escapar disfrazada. Contrajo nupcias con Andrés Quintana Roo, un político y escritor, y juntos tuvieron tres hijas. Dio a luz en una cueva en Achipixtla, en la Tierra Caliente. Ignacio López Rayón fungió como padrino de la niña.

A lo largo de la guerra, Leona fue arrestada y sus bienes confiscados debido a su participación en la insurgencia. Sin embargo, logró escapar y continuó trabajando con el ejército de Morelos, donde ayudó a planear estrategias y administrar recursos. A pesar de las dificultades, Leona mantuvo su compromiso con la causa independentista y continuó apoyando a los insurgentes incluso después de la guerra.

Tras la independencia, el Congreso de la República le otorgó una compensación por los bienes que había perdido durante la guerra. En 1823, se le concedió una hacienda y varias propiedades en reconocimiento a sus contribuciones.

Leona Vicario es recordada como una de las figuras más importantes de la independencia mexicana. Su valentía y determinación han sido reconocidas en diversas estatuas, escuelas y lugares que llevan su nombre. En 2020 el Gobierno de México declaró el año como el "Año de Leona Vicario, Madre de la Patria", en honor a su legado.

 

María Ignacia Rodríguez de Velasco, conocida como "La Güera Rodríguez

 

Fue una figura clave en los primeros años de la Guerra de Independencia de México y en las conspiraciones que la precedieron. Nacida en 1780, su vida estuvo marcada por su inteligencia, belleza y un fuerte carácter que la llevaron a desempeñar un papel activo en el movimiento independentista. De familia criolla acomodada, tuvo acceso a una educación privilegiada y a círculos influyentes. Este entorno le permitió desarrollar una conciencia política y social que la condujo a cuestionar el régimen colonial y a involucrarse en la lucha por la independencia. Esta distinguida dama utilizó su fortuna para apoyar económicamente a la causa insurgente. Su riqueza le permitió financiar actividades y proporcionar recursos a los rebeldes, lo que fue crucial en un momento en que los fondos eran escasos. Como muchas personas de su tiempo, La Güera Rodríguez pudo haber estado motivada por un deseo sincero de libertad y justicia para su país.

 

 

A lo largo de su vida, enfrentó numerosos desafíos, incluyendo un matrimonio abusivo que la llevó a buscar el divorcio. Su vida estuvo marcada por tragedias personales, como la pérdida de hijos lo que se añadió a las penurias que enfrentó en medio de la guerra. Algunos historiadores sugieren que su apoyo a la insurgencia también pudo haber estado motivado por un interés en proteger sus propiedades y su estatus social. En un contexto donde el conflicto podía amenazar su seguridad y bienes, su participación podría haber sido una estrategia para salvaguardar su fortuna.

Esta destacada dama de la sociedad novohispana, mantuvo relaciones con importantes figuras de movimientos libertarios como Agustín de Iturbide y Simón Bolívar. Estas conexiones le permitieron obtener información valiosa sobre los planes realistas y ayudar a los insurgentes a organizar sus esfuerzos. Su vida y acciones reflejan la complejidad de las motivaciones que empujaron a muchas personas a involucrarse en la lucha por la libertad.

En 1809, denunció un complot para envenenar al virrey Iturrigaray, pero fue más por lealtad al rey de España que por simpatizar con la causa realista. Más tarde fue acusada de herejía y tuvo que enfrentar la persecución. En 1811, fue presentada ante el tribunal del Santo Oficio por sus actividades en favor de la independencia y por mantener relaciones con algunos caudillos. Enfrentó acusaciones de herejía y adulterio.

Aunque hay debate sobre su papel exacto, algunos historiadores sugieren que La Güera Rodríguez pudo haber influido en la redacción del Plan de Iguala, un documento fundamental en la consumación de la independencia de México. Su cercanía con Iturbide y su participación en círculos políticos la colocaron en una posición privilegiada para influir en las decisiones clave del movimiento. Al mismo tiempo que apoyaba la causa rebelde mantenía relaciones con figuras influyentes de la aristocracia y el gobierno virreinal, lo que le permitió acceder a información privilegiada. Su belleza y carisma le facilitaron establecer conexiones con líderes de ambos bandos, lo que le permitió obtener datos sobre los movimientos y planes de las tropas realistas, esos vínculos le permitieron actuar como una espía. Su capacidad para simular lealtades le ayudó a recopilar información sin despertar sospechas. Utilizaba mensajeros para transmitir información entre los jefes insurgentes y sus aliados, esto le permitía mantener la comunicación sin comprometerse directamente minimizando así el riesgo de ser descubierta. Era astuta en el manejo de la información, utilizaba rumores y chismes a su favor.

En una ocasión al exponer la homosexualidad de un inquisidor que la perseguía, pudo deshacerse de los cargos en su contra. Este tipo de maniobras demuestra su habilidad para utilizar la información en su beneficio y protegerse de la persecución. Se dice que La Güera Rodríguez tuvo un papel importante en convencer a Iturbide de cambiar de bando y unirse a la causa insurgente. Su influencia sobre él podría haber sido un factor decisivo en su decisión de apoyar la independencia, lo que a su vez le otorgó un papel central en la lucha. Su legado refleja el papel fundamental que las mujeres jugaron en la insurgencia, utilizando su ingenio y recursos para contribuir a la causa de la libertad.

La Güera Rodríguez es recordada como una de las mujeres que rompieron con los estereotipos de su época, participando activamente en la lucha por la independencia. Su inteligencia, carácter fuerte y compromiso con la causa la convierten en una figura emblemática del movimiento insurgente, aunque su historia ha sido a menudo eclipsada por la de otros personajes masculinos. Su belleza, carisma y astucia le facilitaron la obtención de información confidencial. Su capacidad para moverse entre diferentes círculos sociales y políticos, junto con su habilidad para manipular la información, la convirtieron en una figura clave en la lucha por la independencia de México.

 

Las insurgentes ocultas

 

Mónica Salas

 

Fue una figura relevante durante la Guerra de Independencia de México, especialmente por su relación con el insurgente Vicente Vargas. En 1817, Mónica Salas fue recluida en la Casa de Recogidas La Magdalena en Puebla, junto con dos de sus hijas y dos nietas. Esta reclusión fue parte de una estrategia de las autoridades realistas para presionar a Vargas a deponer las armas y aceptar el indulto real, lo que finalmente ocurrió el 22 de enero de 1818.

La Casa de Recogidas donde fue confinada, era una institución que se utilizaba para recluir a mujeres, muchas veces con el objetivo de forzarlas a renunciar a comportamientos considerados inmorales o para presionar a sus familiares involucrados en actividades rebeldes. En el caso de Mónica, su encarcelamiento parece haber sido un intento de los realistas de manipular a Vargas utilizando a su familia como un medio de coerción.

La historia de Mónica Salas refleja cómo las mujeres, a menudo, se convirtieron en víctimas de las decisiones políticas y militares de la época al ser utilizadas como instrumentos en las estrategias de control de las autoridades coloniales. Su situación es un ejemplo de la complejidad de las relaciones familiares y el impacto de la guerra en la vida de las mujeres durante la independencia de México.

 

María Gertrudis Arizmendi

 

 Fue una figura destacada en la guerra de independencia de México conocida por su activismo y contribuciones a la causa insurgente. Era cuñada de Miguel Hidalgo y Costilla, el líder del movimiento de independencia. Arizmendi fue aprehendida y llevada a la cárcel conocida como “La Acordada” debido a su parentesco con Hidalgo. Desde su encarcelamiento, utilizó su posición para impulsar a otros prisioneros a unirse a la lucha por la independencia.

Demostró gran ingenio al sobornar a los carceleros para facilitar la fuga de aquellos que deseaban unirse a los insurgentes. Esto muestra su compromiso y determinación en apoyar la causa independentista a pesar de las adversidades. Con recursos limitados, Arizmendi también participó en la compra de armamento para los insurgentes y ayudó en la adquisición de una imprenta que permitió la creación del primer periódico insurgente, “El Despertar Americano”. Este periódico fue fundamental para difundir las ideas y noticias del movimiento independentista.

María Gertrudis Arizmendi es recordada como una de las mujeres valientes que contribuyeron significativamente a la lucha por la independencia de México. Su habilidad para movilizar a otros y su disposición para arriesgar su seguridad personal en apoyo a la causa insurgente la convierten en una figura emblemática de la participación femenina en este importante periodo de la historia mexicana.

 

Rafaela López Aguado de López Rayón

 

Fue una heroína de la independencia de México reconocida por ser la madre de cinco hermanos que participaron activamente en la lucha por la independencia, destacando su hijo mayor, Ignacio López Rayón quien fue secretario de Miguel Hidalgo.

Nació en 1754 en Maravatío, Michoacán, en una familia de ascendencia española. Se casó con Andrés Mariano López-Rayón Piña, con quien tuvo cinco hijos: Ignacio, Ramón, José María, Rafael y Francisco. Desde el inicio del movimiento independentista en 1810, Rafaela apoyó a sus hijos en su participación en la lucha. Su hijo Ignacio se unió a la causa desde el principio y convenció a sus hermanos para que también lo hicieran.

En diciembre de 1815, su hijo menor, Francisco, fue capturado por las autoridades realistas y condenado a muerte. Se le ofreció a Rafaela el perdón de su hijo a cambio de que convenciera a sus otros hijos de deponer las armas. Ella rechazó esta oferta, afirmando: “Prefiero un hijo muerto que traidor a la Patria". Esta decisión refleja su profundo compromiso con la causa independentista.

Rafaela López Aguado es recordada como un símbolo de patriotismo y sacrificio. Su historia resalta la importancia de las mujeres en la lucha por la independencia de México, a menudo menospreciadas en los relatos históricos. Falleció el 4 de agosto de 1822 en Tlalpujahua, Michoacán, y su legado perdura como un ejemplo de valentía y lealtad a la patria.

 

María Rita de la Trinidad Pérez Jiménez, conocida como Rita Pérez de Moreno

 

Nació el 23 de mayo de 1779 en Cañada del Cura, hoy San Juan de los Lagos, Jalisco, en una familia de hacendados católicos. Rita se casó con Pedro Moreno González, un comerciante y también hijo de hacendados, y juntos tuvieron varios hijos. En 1814, Pedro decidió unirse a la lucha por la independencia, y Rita, reconociendo su determinación, optó por acompañarlo con sus hijos compartiendo las dificultades y peligros de la guerra.

Durante su tiempo en el campo de batalla, Rita organizó el apoyo logístico en el Fuerte del Sombrero donde cocinaba, repartía alimentos y atendía a los heridos. Su valentía fue evidente, especialmente cuando enfrentó la pérdida de su hijo Luis en combate y el sufrimiento de sus otros hijos, quienes fueron capturados por las fuerzas realistas.

Rita y sus hijos fueron apresados en 1817 durante un ataque realista y ella pasó casi dos años en prisión, donde sufrió la muerte de dos de sus hijos debido a las condiciones inhumanas. Finalmente fue liberada en 1819 por orden del virrey Juan Ruiz de Apodaca. Falleció el 27 de agosto de 1861. A pesar de su valiosa contribución a la independencia, su reconocimiento formal llegó mucho después, en 1969, cuando su nombre fue inscrito en letras de oro en el Salón de Sesiones del Poder Legislativo del Estado de Jalisco. Sus restos descansan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres donde se erigió una estatua en su honor junto a la de su esposo.

 

 

Rita es recordada como una mujer valiente y comprometida que, a pesar de los desafíos, luchó por la libertad de su país y el bienestar de su familia siendo un símbolo del papel crucial que las mujeres jugaron en la independencia de México.

Francisco Xavier Mina, el héroe español que luchó por la independencia de México, tuvo un papel importante en la vida de Rita Pérez de Moreno durante la Guerra de Independencia. En julio de 1817, Mina se alió con Pedro Moreno, esposo de Rita Pérez, para luchar juntos por la independencia de México. Juntos combatieron en el Fuerte del Sombrero donde Rita organizaba las tareas de apoyo como cocinar, repartir comida y atender a los heridos.

Cuando el 19 de agosto de 1817 los realistas atacaron nuevamente el Fuerte del Sombrero, Mina y Moreno lograron escapar, pero Rita Pérez fue capturada junto a sus hijos. Fueron enviados a la cárcel de León y luego a Silao, donde murieron dos de sus hijos pequeños por las duras condiciones. Permaneció encarcelada hasta junio de 1819 cuando el virrey Juan Ruiz de Apodaca ordenó su liberación. Al ser puesta en libertad, regresó a la casa de sus padres en San Juan de los Lagos.

Aunque Mina no era familiar directo de Rita, su alianza con el esposo de ella, Pedro Moreno, la involucró directamente en la lucha insurgente. La captura de Rita en el Fuerte del Sombrero y su posterior encarcelamiento fueron consecuencia de esta asociación con Mina y Moreno en la guerra por la independencia de México.

 

María Josefa Marmolejo de Aldama

 

Conocida por su apoyo a la causa insurgente y su enfrentamiento verbal con las autoridades realistas. Era originaria de León, Guanajuato. Contrajo matrimonio con Ignacio Aldama, un abogado que se unió a la lucha insurgente desde sus inicios.

Cuando estalló la rebelión en 1810, María Josefa y las hermanas del cura Miguel Hidalgo buscaron refugio en el convento de la Concepción en San Miguel el Grande. Allí fueron confrontadas por el realista Manuel Flon quien les exigió información sobre el paradero de los líderes insurgentes. En este episodio, Estas valientes mujeres demostraron aplomo y dignidad al encarar a Flon. Su actitud firme y desafiante frente a las autoridades realistas evidenció su compromiso con la causa independentista. Tras la derrota insurgente en la Batalla de Aculco en noviembre de 1810, María Josefa fue encomendada por su cuñado Juan Aldama a la custodia del Coronel García Conde.

María Josefa Marmolejo de Aldama representa a muchas mujeres que, aunque no participaron directamente en combate, brindaron apoyo moral y logístico a los insurgentes. Su actitud valiente y su negativa a colaborar con las autoridades realistas la convierten en un símbolo del patriotismo femenino durante la Guerra de Independencia de México.

 

Las seductoras

 

Carmen Camacho

 

Fue una destacada figura en la guerra de independencia de México, conocida por su papel en la deserción de soldados del ejército realista hacia el bando insurgente. Su participación se caracterizó por tácticas de persuasión y seducción, lo que la llevó a ser apodada como una de las "seductoras de la independencia". Se dedicaba a convencer a los hombres del Ejército Realista para que desertaran y se unieran a los insurgentes. Utilizaba su encanto para inducir a los soldados a cambiar de bando, prometiéndoles recompensas como parcelas de tierra en un México independiente. Se dice que Camacho realizaba estas convenciones en lugares como restaurantes y pulquerías donde lograba establecer una relación cercana con los soldados, lo que facilitaba su persuasión.

Su actividad insurgente no pasó desapercibida. Fue denunciada por uno de los soldados que había tratado de persuadir, lo que llevó a su captura. Fue fusilada el 6 de diciembre de 1811. Antes de su ejecución, vitoreó la independencia de México, lo que subraya su compromiso con la causa.

Carmen Camacho es recordada como una de las muchas mujeres que jugaron un papel crucial en la lucha por la independencia, utilizando métodos que, aunque a menudo se consideran poco convencionales, pero que fueron efectivos en el contexto de la guerra.

 

María Bernarda Espinosa

 

No hay evidencia de que haya seducido a militares realistas. Los documentos históricos muestran que fue acusada de expresar públicamente su apoyo a la causa insurgente y su alegría por las derrotas de las tropas realistas, lo que fue visto como un delito por las autoridades españolas.

En 1815, Espinosa fue encarcelada en Valladolid (actual Morelia) tras regresar de vender productos en las afueras de la ciudad. Fue interrogada por un fiscal militar después de que testigos la escucharan celebrar la victoria de los insurgentes sobre los realistas.

El teniente Juan Manuel de Azcárate, encargado de la investigación, opinó que "las mujeres han sido el conducto para seducir a toda clase de vivientes en la guerra”, pero no hay evidencia de que acusara directamente a Espinosa de este cargo, más bien, parece que su arresto se debió a sus expresiones de apoyo a la insurgencia consideradas inapropiadas para una mujer en la época.

En resumen, si bien algunos militares realistas desconfiaban de las mujeres insurgentes y las acusaban de seducir a los hombres, en el caso específico de María Bernarda Espinosa, las fuentes históricas consultadas no indican que haya sido acusada formalmente de este delito, sino de manifestar públicamente su simpatía por la causa independentista.

 

Las mensajeras

 

María Josefa Huerta y Escalante

 

Nacida en 1790, se destacó por su participación activa en el movimiento insurgente desempeñando roles de mensajera y persuasora. María Josefa trabajó como mujer-correo, lo que implicaba que transportaba mensajes y comunicaciones entre los insurgentes. Este papel era crucial para la organización y coordinación de las actividades insurgentes, especialmente en un contexto donde la comunicación era limitada y peligrosa. Además de su labor como mensajera, Huerta y Escalante intentó convencer a un oficial realista para que cambiara de bando y se uniera a la causa insurgente. Su capacidad para persuadir a los soldados y oficiales era una parte importante de las estrategias utilizadas por los insurgentes para debilitar al ejército realista.

Durante la guerra, muchas mujeres asumieron roles activos, desde espías y mensajeras hasta combatientes y organizadoras, a menudo arriesgando su vida y libertad por la causa. Su historia resalta la importancia de las mujeres y cómo su participación fue crucial para el éxito del movimiento independentista en México.

 

Marcela “Madre de los desvelados”

 

Aunque no se conoce su apellido ni el lugar de su nacimiento, su labor como mensajera para los insurgentes fue fundamental. Marcela se dedicaba a llevar papeles, noticias y encargos facilitando la comunicación entre ellos. Su trabajo abarcó rutas que incluían localidades como León, Silao y un punto conocido como Puerto Espino donde operaba el cabecilla Mateo Franco bajo las órdenes de Ignacio López Rayón. Debido a su valiosa contribución y al riesgo que implicaba su labor, los insurgentes la apodaron "Madre de los Desvelados", en reconocimiento a su dedicación y valentía.

En una declaración realizada en 1816, el soldado insurgente Pedro González de Rentería mencionó a Marcela destacando su rol como correo y su importancia en la estructura de comunicación del movimiento insurgente.

Marcela es un ejemplo de las muchas mujeres que enfrentaron grandes riesgos personales. Resalta su papel activo en la construcción de un país libre y soberano.

 

 

Las conspiradoras

 

Manuela "La Cohetera" Niño

 

Fue conocida por su papel en la organización de reuniones insurgentes en su hogar en San Luis Potosí. Manuela junto con su familia era conocida por llevar a cabo reuniones clandestinas en su casa donde se congregaban insurgentes, especialmente los “legos juaninos”, para planear acciones en pro de la independencia. Estas reuniones fueron cruciales para la coordinación de esfuerzos insurgentes en la región. Su apodo proviene de las actividades que realizaba las cuales incluían el uso de cohetes para señalar reuniones o alertar sobre la llegada de tropas realistas. Esto la convirtió en una figura emblemática de la resistencia local.

La familia de Manuela fue denunciada por su actividad insurgente, lo que llevó a una mayor vigilancia y represión por parte de las autoridades realistas. En una carta dirigida al general Félix Calleja, se mencionaron las reuniones en su casa, esto evidenció el riesgo que corría por sus acciones.

 Aunque su vida después de las denuncias no está completamente documentada, su contribución al movimiento insurgente y su valentía en un contexto de gran peligro son reconocidas como parte de la historia de las mujeres que jugaron un papel activo en la lucha por la independencia.

Manuela "La Cohetera" Niño es recordada como una de las muchas mujeres que, a pesar de los riesgos, se involucraron en la lucha por la independencia de México.

 

Mariana Rodríguez del Toro

 

Nacida el 22 de julio de 1778 en Querétaro fue una destacada figura en la lucha por la Independencia de México. Provenía de una familia acomodada y recibió una educación que incluía literatura, historia y filosofía, lo que la llevó a desarrollar un fuerte interés por las ideas ilustradas y la libertad.

Mariana se casó con Pedro José María de Aranda, un ferviente defensor de la causa independentista. Juntos, se involucraron activamente en el movimiento, participando en la conspiración de Querétaro, un plan secreto para revelarse en  contra el dominio español. Durante este período, Mariana no solo apoyó logísticamente la causa, sino que también actuó como mensajera y propagandista ayudando a difundir las ideas revolucionarias entre sus contemporáneos.

Uno de los momentos más significativos de su vida ocurrió en 1811 cuando, tras la captura de líderes insurgentes como Miguel Hidalgo, Mariana instó a los asistentes a una tertulia a actuar. Propuso un plan para secuestrar al virrey Francisco Xavier Venegas lo que llevó a la creación de un complot que, sin embargo, fue delatado resultando en su arresto y el de su esposo. A pesar de estar encarcelada, continuó promoviendo la causa independentista hasta su muerte que se produjo el 27 de noviembre de 1823.

Mariana Rodríguez del Toro es recordada como una de las heroínas menos conocidas de la Independencia de México. Su valentía y compromiso con la causa han sido reconocidos a través de varios homenajes, incluyendo la inscripción de su nombre en el Salón de Sesiones del Congreso y el nombramiento de calles y escuelas en su honor.

 

Las combatientes

 

Manuela Medina, apodada "La Capitana"

 

Nacida en 1780 en Taxco de Alarcón, Guerrero, pertenecía a una familia indígena; desde joven mostró interés por las causas sociales y la lucha contra las injusticias. Medina se unió al movimiento independentista tras el Grito de Dolores en 1810. Convenció a su comunidad de levantarse en armas y emprendió un viaje de más de 500 kilómetros para unirse al ejército insurgente liderado por José María Morelos. A lo largo de su carrera militar participó en siete batallas significativas, entre ellas la ocupación del puerto de Acapulco donde fue fundamental en la victoria sobre las tropas realistas en 1813. Su valentía y habilidades de liderazgo le valieron el grado de capitana, otorgado por la Suprema Junta Nacional Americana.

 

 

A pesar de sus contribuciones, Manuela Medina ha permanecido en gran medida en el anonimato dentro de la historia oficial. Fue herida gravemente en combate, lo que la dejó en cama durante un año y medio, y finalmente falleció el 2 de marzo de 1822 en Texcoco a causa de las heridas sufridas.

 

Isabel Moreno, conocida como "La Pimpinela"

 

Fue una mujer originaria de Lagos de Moreno, en Jalisco, que simpatizaba con la causa de la Independencia de México durante la guerra de 1810-1821. Según menciona el Dr. Agustín Rivera en su libro "Viaje a las ruinas del Fuerte del Sombrero", Isabel Moreno era "adicta a la causa de la Independencia" y en una ocasión tuvo una disputa con Ana Jaso, una mujer muy realista a quien Moreno le levantó las ropas y le dio nalgadas en público. El incidente con Ana Jaso muestra que Isabel Moreno no dudaba en confrontar a quienes se oponían a la independencia, incluso de manera física. Su apodo "La Pimpinela" también sugiere que pudo haber tenido un carácter audaz y valiente.

Isabel Moreno fue una mujer insurgente de Lagos de Moreno que defendió la causa independentista de manera decidida, como lo demuestra su altercado con la realista Ana Jaso. La Pimpinela, fue sorprendida con armas en la mano defendiendo a los insurgentes. No solo apoyó a los insurgentes de manera simbólica, sino que también participó activamente en combates. Se le conoce por haber sido capturada en un enfrentamiento donde fue encontrada armada, lo que demuestra su disposición para luchar en defensa de la independencia. Este tipo de acciones no eran comunes para las mujeres de su época, ya que su participación en el conflicto era generalmente limitada y a menudo se les relegaba a roles de apoyo.

 

Trinidad y Ana María Ortega

 

Estas dos mujeres fueron sorprendidas en 1815 con armas en las manos durante un enfrentamiento en los campos de batalla. Fueron capturadas y encarceladas por su participación activa en la lucha por la independencia y condenadas a muerte.

 

María Francisca, conocida como "La Fina"

 

Fue una mujer insurgente destacada durante la Guerra de Independencia de México. Nacida en Taxco, se unió a las campañas de José María Morelos donde se le otorgó el rango de capitana. A lo largo de su participación, brilló por su valentía y liderazgo logrando poner en fuga a las fuerzas realistas en varias ocasiones. En un diario de la expedición de Morelos a Acapulco, se menciona su contribución significativa a la causa insurgente. Sin embargo, su figura también está rodeada de controversia. En documentos de la época, se la describe como una "vil embaucadora" que manipulaba a los insurgentes y se apropiaba de recursos destinados a la causa. Se dice que tuvo una relación con el insurgente Manuel Muñiz y que su influencia era tal que, en ocasiones, daba órdenes militares y controlaba la distribución de fondos.

A pesar de estas críticas, La Fina representa una de las muchas mujeres que, en un contexto de guerra, desafiaron las normas de género de su tiempo y jugaron un papel crucial en la lucha por la independencia de México. Su historia es un recordatorio de la complejidad de las figuras históricas y la importancia de las mujeres en los movimientos sociales.

El papel de las féminas en la Guerra de Independencia fue variado y crucial. Muchas de ellas no solo apoyaron logísticamente a los insurgentes, sino que también tomaron las armas y lucharon en el frente desafiando las normas sociales de su tiempo. A pesar de su valentía, muchas de estas mujeres enfrentaron represalias y fueron encarceladas por su participación en la insurgencia. Estas historias destacan la importancia de reconocer el papel activo de las mujeres en la lucha por la independencia, así como las dificultades y riesgos que enfrentaron en su búsqueda de libertad y justicia.

 

REFERENCIAS

 

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Páginas WEB

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