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16 Septiembre 2024, Puebla, México.

Impresión 3D: transformando el futuro / Revista Elementos BUAP

Ciencia y tecnología | Crónica | 15.AGO.2024

Impresión 3D: transformando el futuro / Revista Elementos BUAP

Ismael Mendoza Muñoz
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La impresión 3D, también conocida como manufactura aditiva debido a su proceso de añadir capa por capa de material, se vale de varias tecnologías de fabricación, ocho en total. Entre las más populares y de fácil acceso para los usuarios domésticos se encuentran la deposición de material fundido (Fused Deposition Modeling, FDM) y la estereolitografía (Stereolithography, SLA) (Dimitrov et al., 2006).

     Podemos pensar en la tecnología FDM como una especie de sofisticada “pistola de pegamento” en la que, a través de una boquilla, se derrite un filamento termoplástico. Este material fundido se coloca capa por capa sobre una cama o base, creando así el objeto deseado.

     Por otro lado, la estereolitografía sigue el mismo principio de añadir capa por capa, pero utiliza una resina líquida que se solidifica, o “cura”, mediante un haz láser. Aquí, podemos identificar al menos dos diferencias fundamentales: el material utilizado (filamento termoplástico o resina) y el proceso de transformación (fundir o curar).

     Estas tecnologías de impresión 3D ofrecen una variedad de opciones para crear objetos tridimensionales de manera precisa y personalizada.

     La elección entre ellas depende de las necesidades y preferencias individuales, lo que hace que la impresión 3D sea una herramienta emocionante y accesible para una amplia gama de aplicaciones.

 

GUÍA DE IMPRESIÓN 3D PARA PRINCIPIANTES

 

Comencemos por comprender de manera sencilla cómo se fabrican piezas utilizando la impresión 3D. El primer paso consiste en decidir qué objeto deseas crear, ya que se pueden fabricar desde juguetes personalizados hasta prótesis médicas (Figura 1).

     Una vez que hemos decidido qué objeto queremos fabricar, es esencial contar con un diseño tridimensional del mismo. La creación de un diseño requiere conocimientos técnicos en programas de dibujo asistido por computadora (CAD). Sin embargo, hoy en día podemos omitir este requisito gracias a numerosos repositorios en línea donde los diseñadores comparten sus creaciones, disponibles tanto de manera gratuita como para su compra.

     Al contar con un diseño tridimensional del objeto, es necesario convertirlo a un formato de programación que la impresora 3D pueda entender y ejecutar (Figura 2). Aunque este proceso puede sonar complejo, en realidad es bastante sencillo gracias al software proporcionado por el fabricante de la impresora 3D. Utilizar este software es tan intuitivo como imprimir un documento en una impresora de tinta. En el software, al utilizar la vista para principiantes, simplemente seleccionamos el tipo de material de impresión y la calidad de impresión (que determina la altura de las capas) antes de hacer clic en “imprimir”.

 

SUSTENTABILIDAD Y CREATIVIDAD

 

La impresión 3D es una tecnología fascinante que ha revolucionado la forma en que fabricamos objetos tridimensionales. Sin embargo, su impacto va mucho más allá de la mera innovación tecnológica. Esta tecnología no solo permite la creación de objetos de manera eficiente y precisa, sino que también aporta significativamente a la sustentabilidad.

     Antes de profundizar en cómo la impresión 3D influye en la sustentabilidad, es esencial comprender su significado. La sustentabilidad implica satisfacer las necesidades actuales sin perjudicar a las futuras generaciones, promoviendo prácticas responsables en el uso de recursos naturales. En cuanto a la manufactura sustentable, se centra en la integración de factores sociales, ambientales y económicos en la producción responsable (Qureshi et al., 2015). La impresión 3D, como tecnología innovadora, desempeña un papel clave en la promoción de la sustentabilidad en la manufactura. A continuación, exploraremos su impacto en la economía, el medio ambiente y la sociedad.

     Al compararla con los procesos de fabricación tradicionales, como la manufactura sustractiva, nos encontramos con un desafío importante: la generación de residuos. En la manufactura sustractiva se elimina material para dar forma a un producto, como en el maquinado, lo que genera desechos que impactan negativamente en el medio ambiente y los recursos naturales (Fico et al., 2022).

     Por otro lado, la impresión 3D utiliza solo la cantidad necesaria de material para crear el producto deseado. Esta diferencia en enfoque y técnica ayuda a reducir los residuos y fomenta prácticas más amigables con el entorno, convirtiendo a la impresión 3D en una opción más sustentable (Ruiz et al., 2022).

     Imagina un mundo donde los productos no se fabrican en grandes cantidades ni se almacenan en exceso, sino que se crean de manera personalizada y precisa mediante la impresión 3D, justo cuando se necesitan. Esto no solo reduciría significativamente la cantidad de productos no utilizados y, por lo tanto, la generación de residuos, sino que también tendría un impacto positivo en la economía, ya que los datos muestran que el enfoque de la impresión 3D en la cadena de suministro podría ser hasta un 61 % más económico en comparación con el modelo tradicional.

     Desde una perspectiva medioambiental, la tecnología de impresión 3D tiene el potencial de reducir significativamente las emisiones de carbono y el uso de energía en la fabricación industrial. Según un estudio reciente (Shahpasand et al., 2023), se estima que la impresión 3D podría disminuir las emisiones de carbono en un 9 % a 10 %. Además, se ha sugerido que para el año 2025 la impresión 3D podría contribuir a una reducción del 5 % en el consumo de energía y emisiones de CO2 (Gebler et al., 2014). El impacto real de esta tecnología en la reducción de emisiones dependerá de cuánto se use en la producción de bienes de consumo. Aunque su eficiencia y potencial sugieren un futuro de producción más limpia y sustentable.

     Además, la impresión 3D impulsa la tendencia hacia la producción local y personalizada, fomentando la cultura del “hágalo usted mismo”. Los consumidores pueden participar activamente en el proceso de fabricación, y esto ha llevado a la formación de emprendimientos locales, lo que a su vez reduce los tiempos de espera para productos personalizados (Rayna y Striukova, 2020). Esta tendencia no solo beneficia la economía local, sino que también fortalece la conexión entre los creadores y los consumidores, promoviendo un sentido de comunidad y colaboración.

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