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6 Octubre 2024, Puebla, México.

A botepronto una mirada al tercer informe de la rectora Lilia Cedillo / Sergio Mastretta

Universidades /Política | Crónica | 4.OCT.2024

A botepronto una mirada al tercer informe de la rectora Lilia Cedillo / Sergio Mastretta

Los gritos de “reelección, reelección” que acompañan al final a Lilia confirman el tono de un discurso en el que la figura de la rectora domina de principio a fin el escenario. No fue así el año pasado en este mismo recinto. Entiendo así que la política en la universidad pública poblana alumbra sobre todo a lo que habrá de ocurrir en el 2025, y este recuento de actividades de lo ocurrido en el último año no tiene otro sentido. Confirmo también que la presencia de los gobernadores saliente y entrante Céspedes y Armenta da cuenta cabal de la reconfiguración histórica de la alianza de la universidad con los poderes locales. Universitarios y políticos se abrazan y miden fuerzas.

Muy lejos estamos ya de aquellos años de crisis y desgarramientos en los años finales de la década de los ochenta. Pienso en ello mientras confirmo que la absoluta mayoría de los 120 mil estudiantes matriculados en la Benemérita en este 2024 no había nacido entonces.

Para confirmar estos pacíficos tiempos veo sentados en hilera a los rectores Juvencio Monroy –aquel del triunvirato que depuso a Samuel Malpica en 1989--, los primos José y Enrique Dóger –los primos que gobernaron la universidad entre 1991 y 2004--, muy de la mano del por mucho tiempo ausente Enrique Agüera, en el cargo entre 2004 y 2013.

Ni luces de Alfonso Esparza.

 

 

A pesar de la mirada política, el acontecimiento fundamental para la historia de la BUAP en este 2024, el arranque de las actividades académicas en la llamada Ciudad Universitaria 2, logra colarse como tema principal: es un hecho que en los próximos cuatro años llegarán a ese nuevo espacio universitario más de treinta mil estudiantes de las carreras de Ingenierías, Ciencias Exactas y Ciencias Naturales. Con todo lo que ello arrastre para el desarrollo urbano del suroriente de la ciudad. Apunto en mi libreta la información que ofrece la Doctora Cedillo sobre los 345 millones de pesos ahorrados por las “finanzas claras y transparentes de las licitaciones, los cuales fueron redireccionados a diferentes actividades sustantivas de la institución.” Apunto también que el discurso deja de lado las dificultades que este complejo proceso de instalación del nuevo campus arrastra en la operación de sus actividades.

Un tercer informe dividido en tres secciones: una introducción a cargo de la rectora que avisa que las palabras juntos lo hacemos marcarán la batuta; un muy largo video con la conducción de la propia Doctora Cedillo y armado a trompicones entre el acartonamiento y la espontaneidad por una sucesión testimonial de voces universitarias; y un cierre de arengas sucesivas con el común denominador del eslogan “juntos caminamos con pasos firmes”.

 

 

“Nada nos detiene”, es la frase con la que se presenta de arranque. “Juntos nos planteamos metas y las alcanzamos”, es la que termina.

Siempre será difícil resumir en sesenta minutos las actividades que esta enorme comunidad académica que sostiene 319 programas, 165 de licenciatura y 120 de posgrado, para una matrícula de 121 mil estudiantes.

El evento se realiza en el auditorio del Centro Cultural Universitario, y como todos los años, la universidad lo convierte en una fiesta en la que participan como animadores músicos, danzantes y teatreros cobijados por una enorme carpa dispuesta en la explanada frente al edificio. Un teatro atiborrado por un público entregado a la rectora Cedillo y que sale del recinto dispuesto a hacer una larga cola para asegurar el retrato con la rectora:

 

 

Una mirada crítica del tercer informe la encuentro en la ausencia de una caracterización mínima de la realidad social poblana, sus problemas sustanciales, sus perspectivas estratégicas. Es ahí donde puede comprenderse la importancia de la universidad pública para una sociedad obligada a construir alternativas a los graves problemas que la aquejan.

Recojo algunas líneas plantadas por la rectora Cedillo Ramírez:

“Estoy consciente de la gran responsabilidad de dirigir una institución como la BUAP, he tomado decisiones basadas en la honestidad, en el manejo pulcro de las finanzas, teniendo como principal objetivo formar a nuestros jóvenes. Su bienestar es también el de la sociedad. Hemos emprendido grandes proyectos como CU2, lo que permitirá que a futuro más de 30 mil estudiantes tengan acceso a una educación de vanguardia, una oportunidad para que cambien su entorno”.

“Tenemos un gran compromiso y lo asumimos, queremos que nuestros egresados sean críticos, honestos, solidarios y conscientes del papel que juegan dentro de la sociedad”.

“A pesar de que la universidad destinó una partida presupuestal significativa al proyecto CU2, no se sacrificaron programas importantes, de ahí que se destinaran mil millones de pesos al Hospital Universitario de Puebla”.

“De igual forma, en los últimos dos años se registró un incremento en el fondo fijo que se otorga a cada escuela, instituto y facultad, así como a los programas operativos que fortalecen las actividades académicas de la institución, cumpliendo con los incentivos destinados al personal académico y administrativo: Somos los únicos en el país que entregan un bono a los profesores hora clase”.

Puedes leer aquí el resumen de lo planteado por Lilia Cedillo Ramírez en su Tercer Informe de labores.