
Política /Universidades | Opinión | 21.MAR.2025
Cuando los medios amplifican los conflictos: caso BUAP / Luis Alberto Martínez
Por culpa de la irresponsabilidad de los medios en Puebla, la seguridad de las y los estudiantes de la BUAP en paro está comprometida.
En un escenario ideal, los medios de comunicación cumplen un papel fundamental en la cobertura de conflictos y crisis, ya que deben proporcionar información veraz y oportuna que permita a la ciudadanía comprender la situación con base en datos verificables.
Su labor no puede limitarse a reportar los hechos, sino que también implica contextualizarlos, explicando sus causas, antecedentes y posibles consecuencias. Fundamentalmente, deben garantizar que todas las voces involucradas sean escuchadas, no solo los actores políticos o institucionales. A través de su cobertura, los medios deberían facilitar el debate público y actuar como un contrapeso del poder, fiscalizando la actuación de gobiernos, instituciones y otros actores con influencia en el conflicto.
Desde una perspectiva ética, los medios tienen la responsabilidad de mantener un compromiso con la veracidad y la precisión, evitando caer en el sensacionalismo o en la difusión de rumores y propaganda. La imparcialidad y el equilibrio son esenciales para no favorecer injustamente a una de las partes del conflicto. Es crucial, además, evitar la deshumanización de las personas involucradas, presentándolas como individuos con historias y contextos propios, en lugar de simples cifras o «grupos manipulados».
En Puebla, el pasado 24 de febrero de 2025, estudiantes de la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla protestaron por la reducción en el número de plazas para prácticas clínicas y otras irregularidades. Posteriormente, el movimiento se extendió a otras escuelas y facultades, donde los estudiantes tomaron Ciudad Universitaria y otros campus para exigir mejoras en instalaciones, atender las denuncias de acoso sexual por parte de docentes, aumentar el personal en la Dirección de Acompañamiento Universitario, mejorar la vinculación con el mercado laboral, habilitar enfermerías equipadas en cada facultad, fortalecer las actividades deportivas y garantizar el acceso a servicios médicos en el Hospital Universitario, entre otras tantas demandas.
Luego de cinco días de negociaciones entre paristas, personal administrativo y directivo de la universidad, y tras atender puntualmente las demandas de la Facultad de Medicina, en este campus el paro finalizó. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en otras facultades, por lo que el paro continúa y ya alcanza cuatro semanas de cierre de instalaciones por parte de los estudiantes, incluyendo el edificio de Rectoría, Ciudad Universitaria, el Complejo Cultural Universitario y las facultades del Centro Histórico.
Desde la institución, la propia rectora Lilia Cedillo y el personal directivo han mostrado en todo momento disposición al diálogo, recibiendo decenas de pliegos petitorios y organizando numerosas y extenuantes mesas de negociación en todas las escuelas y facultades, permitiendo que en varias de ellas se conjure el conflicto.
La propia Presidenta Claudia Sheinbaum ya hizo un llamado desde la conferencia “Mañanera del Pueblo” para que el diálogo sea la única vía para resolver el conflicto en la BUAP.
Sin embargo, por cada día que se avanza en el diálogo, se retrocede otro debido a la desinformación y el sensacionalismo promovidos por medios irresponsables en Puebla.
Su cobertura, dando eco a chismes y grillas, lejos de favorecer las condiciones para la resolución del conflicto, ha amplificado aún más la tensión, exponiendo a las y los estudiantes a escenarios de riesgo. Las descalificaciones, las amenazas y la criminalización han agudizado la crisis dentro de la comunidad universitaria.
Columnas, artículos de opinión, noticieros, notas y numerosos tuits de la prensa en Puebla han criminalizado a las y los estudiantes, acusándolos de ser manipulados, flojos o de recibir órdenes de oscuros personajes y organizaciones. Mientras la institución y los estudiantes se reconocen mutuamente en las mesas de diálogo, son los medios los que tensan los encuentros con falsas acusaciones.
Con contenidos sensacionalistas, acusaron falsamente a estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de atentar contra el bienestar animal, al señalarlos de echar a la calle al perrito «El Carolino», un animal callejero que meses atrás fue adoptado por la comunidad universitaria. De esta forma buscaron descalificar al movimiento.
Hacen eco de grillas internas que descalifican tanto a estudiantes como a docentes y directivos. Criminalizan la protesta e incluso hacen llamados para que la fuerza pública intervenga, acusando de minoría a las y los paristas.
Son contados los medios en Puebla que han dado voz y micrófono a los estudiantes. Son nulas las mesas de análisis que busquen explicar y entender el conflicto. Casi nadie habla de contextos, de la complejidad de una comunidad universitaria integrada por más de 120 mil personas, de los desafíos de la universidad pública en la actualidad o de las características de esta nueva generación de estudiantes. Por el contrario, la narrativa se reduce a la descalificación.
Todo esto solo ha amplificado el miedo entre los estudiantes, quienes han denunciado actos de intimidación en su contra, como el lanzamiento de bombas molotov y petardos en Ciudad Universitaria, el acoso digital sistemático y amenazas de muerte en redes sociales.
Por culpa de la irresponsabilidad de los medios en Puebla, la seguridad de las y los estudiantes de la BUAP en paro está comprometida.
Hasta la próxima.