
Universidades | Opinión | 25.MAR.2025
El paro estudiantil universitario, algunas consideraciones / Gerardo Pérez Muñoz

La educación es el arma más poderosa que puede usarse para cambiar el mundo. Nelson Mandela
Como es sabido, el paro en la Universidad Autónoma de Puebla cumple prácticamente un mes. Durante este mes, los paristas han soportado el hostigamiento, amenaza y la amenaza de judicializar el conflicto, la provocación, la calumnia, entre otras acciones, (Antorcha Campesina está detrás del paro de la BUAP: Armenta-Proceso). Es interesante leer como algunos medios de comunicación intentaron estigmatizar el paro desde un inicio, un par de ejemplos; el periódico MTP noticias del 12 de marzo tituló: ¡Ya salió el peine! No reelegir rectora, entre pliego petitorio en la BUAP! Tratando con ello de descalificar dicha propuesta y como si esta propuesta fuera una casi traición a la patria. La otra que me llamó la atención y que fue recogida por varios medios, fue una declaración de la rectora Lilia Cedillo afirmando que Sólo 6% de estudiantes en (están en) paro (pueblaonline, 13 de marzo.) Lo que me lleva a preguntarme y preguntar, ¿cómo es posible que una aplastante minoría de estudiantes tuvieran tal fuerza que pusieran en jaque y en paro a la Universidad?
Por cierto y en aras de la transparencia y rendición de cuentas, ¿cuándo será el día que la Universidad dé a conocer puntualmente los acuerdos de publicidad que tiene la UAP con medios impresos y electrónicos? Estaría muy bien que también diera a conocer ¿con qué periodistas tiene la institución o funcionarios de la misma, acuerdos de publicidad o promoción? y en ambos casos, dar a conocer ¿Desde qué años y por cuanto dinero son cada uno de los convenios? No está demás decir que la UAP se manejan con recursos públicos que salen de nuestros impuestos.
El pasado miércoles, los estudiantes entregaron su pliego petitorio a la rectora de la institución Dra. Lilia Cedillo y el domingo pasado les hizo entrega a los paristas de su contrapropuesta.
Me llama la atención que en el pliego que entregaron los estudiantes no está presente, en lo que podemos considerar la introducción de su documento, una mínima evaluación y balance de los que ha sido la Universidad en los últimos 36 años en que se impuso el modelo neoliberal de la UAP, en el contexto y concordancia con el acuerdo de Washington y las políticas del Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que consideraban ¿? a la educación como una simple mercancía más y no como un derecho. Modelo que hoy por hoy, tiene metida a la institución en esta crisis por la acumulación de problemáticas desde 1989, año en que se impuso el modelo neoliberal en la institución, previo golpe al ex rector Samuel Malpica Uribe a la fecha, con las consecuencias sabidas: autoritarismo, desestructuración de grupos académicos, antidemocracia, cooptación y hostigamiento a opositores, visión patrimonialismo del grupo/casta, burocracia en el poder, alianzas políticas con el PRI, partido gobernante en esos tiempos. Valga mencionar como algunos ex comunistas y personajes de izquierda, contentos y felices se incorporaron al gobierno de Manuel Bartlett. Vendrían poco tiempo después, regidurías y presidencias municipales (Enrique Doger) o cargos en el gobierno del Estado bajo el poder del PRI. Mientras al interior de la institución se daba una sistemática pauperización laboral para la gran mayoría de trabajadores académicos, por una parte, e impulso de una política de “estímulos/corcholatas” por otra. Tiempo en que se impuso el examen de admisión del College board que fue la excusa perfecta para excluir a cientos de estudiantes pobres o para decirlo eufemísticamente, estudiantes que no contaban con capital educativo suficiente. Ingresos de alumnos/as que cambio la composición socioeconómica de los estudiantes de la Universidad. Implantación del outsourcing en los servicios, pasando por la creación de dos sindicatos charros, el Situap y el Aspauap.
Frente al tiempo de implementación del modelo neoliberal y modernizador, el proyecto de Universidad crítica, democrática y popular duró poco tiempo: sólo quince años; tiempo insuficiente para madurar y dar sus frutos. A partir de los años 90 del siglo pasado en la UAP se formó por un lado, una omnímoda burocracia dorada y una élite académica, frente a la pauperización de la gran mayoría de profesores y trabajadores.
Frente a esta situación se levantan las demandas de los jóvenes estudiantes que van desde reclamar una mayor y mejor seguridad, pasando por la mejora en la infraestructura académica y mejores maestros, participación activa en la toma de decisiones en la institución, así como el respeto a sus derechos como alumnos. Durante este modelo neoliberal en la Universidad, la institución ha sido dirigida por cinco rectores, varios de varios de los cuales repitieron en el cargo. Época en la que se impusieron los proyectos académicos Fénix y Minerva (vigente hasta la fecha) con sus discursos de excelencia y calidad académica y fomentando la competitividad y el individualismo. Institución que ha estado de espaldas a los grandes y graves problemas estatales.
Vale la pena reproducir un diálogo que el periodista Alejandro C. Manjarrez tuvo con el ex gobernador Bartlett y su objetivo de controlar a la UAP. Era el periodo en la rectoría de José Doger. Bartlett le dijo a Manjarrez lo siguiente: Quiero hacer de la buap la mejor universidad de México aunque para ello la autoridad tenga que pervertir a los jefes de línea. (La BUAP y sus rectores, Alejandro C. Manjarrez. e-consulta, 2017)
El académico Wil Pansters en su texto Universidad, modernidad y cultura mencionó que: La transformación organizacional de la UAP (fue un) proceso de transformación organizacional de la Universidad Autónoma de Puebla. El cambio de una universidad pública que se definía crítica, democrática y popular hacia un proyecto más acorde con las directrices gubernamentales y con lineamientos más tecnocráticos y gerenciales. La búsqueda de la excelencia académica a través del proyecto Fénix se convirtió en el objetivo central de las autoridades universitarias…a pesar de la obtención de mayores recursos para el diseño y puesta en práctica de programas, el proyecto de excelencia hasta ahora se ha reducido a una redefinición administrativa y gerencial, a un ethos de competencia e individualismo, aunque vacío de contenido.
Este último enunciado del Dr. Pansters es el que debería estar en el centro del análisis, reflexión y discusión en la actual crisis de la Universidad, por parte de todos los sectores de la misma.
Antecedentes del paro. Como vemos, el paro no se dio por generación espontánea. Recordemos que en el 2020, y a raíz del asesinato de los tres estudiantes de medicina en Huejotzingo que hacían su servicio social en el Hospital General de Cholula y un chofer de Uber, las y los estudiantes de la universidad pública y privadas se levantaron al grito de ¿Por qué, por qué, por qué nos asesinan, si somos el futuro de América Latina? En ese contexto, en la UAP se extendieron los reclamos por mayor seguridad a la exhibición de tendederos en los cuales se denunciaban acoso sexual por parte de algunos maestros y alumnos. Reclamo que se extendió a varias facultades de la Universidad, a las que las autoridades no les dieron la importancia debida. La Red de Mujeres Universitarias Articuladas de Comunicación y Mercadotecnia denunciaron que, salvo dos varones, todos los docentes de esas unidades eran acosadores (La Jornada de Oriente, 11 de marzo de 2020.) El otro hecho me parece que pone muy en claro cuáles son los intereses de la burocracia dorado agrupada en el Consejo Universitario. En mayo del 2022, en sesión del Consejo Universitario desechó de un plumazo 21 denuncias (anónimas) de acoso en contra de docentes. Igualmente se desecharon en esa misma sesión, 16 denuncias contra estudiantes. Todo lo antes expuesto fue parte del caldo de cultivo del actual movimiento estudiantil que estalló a finales de febrero en la Facultad de Medicina; movimiento que logró remover al director-una de sus demandas- de la misma, pero la inconformidad ya había prendido en otras facultades y escuelas.
Demandas del pliego petitorio. Las demandas del pliego petitorio que me parecen centrales, sin desdeñar las otras son: la primera que tiene que ver con la Democracia Universitaria (democratización de la vida universitaria), obviamente la erradicación dela violencia, la infraestructura, oferta académica y formación profesional, servicio social y prácticas profesionales y en especial, la demanda de reforma del estatuto orgánico que tiene un lejano guiño al movimiento de reforma universitaria de 1961, universitarios que lograron nombrar un rector por primera vez (Dr. Julio Glockner) y derogaron la Ley Orgánica de la Universidad de 1956 y con ello, la desaparición del llamado Consejo de Honor. Allí confluía la burocracia dorada y autoritaria de aquel entones.
Lo que me parece un tanto oscuro en el pliego de los estudiantes, es la propuesta de crear un supuesto comité aplicativo, pero no mencionan como se conformaría y cuantos miembros los integrarían. El medio electrónico Revueltas denunció días atrás que un grupo identificado de estudiantes que tienen intereses políticos ajenos a los intereses universitarios y estos le entregaron a la rectora dos anexos con nombres de los estudiantes que participarían en las mesas, sin haberlo consultado en asamblea. También piden en esos anexos que estas comisiones fueran permanentes y que se institucionalizaran, lo que ya ha generado una división en el movimiento estudiantil. (Periódico Revueltas, Estudiantes en paro de la BUAP acusan que un grupo busca negociar con rectoría) Tal parece que la historia se repite y quizá pronto veremos a unos de esos líderes integrados a la burocracia prole y a la nómina de la UAP. Me llama la atención del pliego que está ausente la lucha contra el nepotismo, la corrupción, la implementación de un plana de austeridad, la revisión y posible modificación del proyecto minerva, la precarización del trabajo académico y en especial, la relación y vínculo de la Universidad con la sociedad, particularmente con los sectores pobres, populares y vulnerables de nuestro estado y poner realmente a la Universidad al servicio de la sociedad (Párrafo último del Artículo noveno del Estatuto Orgánico de la BUAP)
Finalmente me gustaría, a través de este medio, hacerle una serie de preguntas a la rectora Dra. Lilia Cedillo. 1) Supongo que sabe usted que fue el Dr. Omar Arellano (UNAM) y su equipo de trabajo quienes realizaron la investigación y documentaron de la grave contaminación del Río Atoyac. 2) Igualmente, supongo que sabe usted muy bien que fue la Dra. Mabel Vaca Mier (UAM-Azcapotzalco) quien realizo la investigación de la contaminación del agua por el basurero de muerte ubicado en Calpan, Pue. 3) ¿Sabe usted que los investigadores Dra. Miriam Lastiri Rito y Mtro. Gerardo Romero Bartolo (UNAM) han sido quienes han investigado y documentado el acaparamiento del agua y la contaminación de la misma, al igual que la contaminación de la tierra y el aire por parte de la mega contaminadora empresa Granjas Carroll? ubicada sobre la Cuenca Libres-Oriental 4) ¿Conoce usted que fuel el Mtro. Raymundo Espinoza Hernández quien interpuso y ganó varios amparos para frenar el proyecto de muerte llamado TransCánada/Tuxpan-Tula que afectaba el territorio, el agua, la vida; los cerros y cuevas sagradas y ceremoniales de los pueblos Ñhañhu, Totonaco y Nahua de la Sierra Norte de Puebla, Hidalgo y Veracruz? Por cierto, la Sierra Norte está compuesta por 65 municipios, no sólo existe Cuetzalan. 5) ¿Sabe usted que fueron las abogadas Itzel Silva, ex colaboradora de Fundar y Diana Pérez del IMDEC quienes le ganaron la lucha legal a la minera expoliadora y depredadora Almaden Minerals que pretendía instalarse en la comunidad nahua de Tecoltemi, Ixtacamaxtitlán? 6) Finalmente le pregunto, ¿revisará usted y en su caso revocará, el o los comodatos que tiene la UAP con Antorcha Campesina y los devolverá al patrimonio universitario? Lo que lleva a preguntarle, ¿En dónde han estado los investigadores, académicos y abogados de la institución que usted dirige en estas luchas de los pueblos indígenas y campesinos de nuestro estado en defensa de su territorio, el agua, la salud, la alimentación sana, los bienes comunes y la vida? Se ha preguntado ¿qué tipo de profesionistas están formado? ¿Cómo se refleja en la práctica y la realidad el llamado pensamiento crítico que menciona el proyecto minerva y lo mencionaron en un desplegado un número importante de académicos?
Me despido recuperando unos párrafos que escribió un integrante de la comunidad científica de la UAP y que da clara cuenta de como se han manejado las cosas en la Universidad desde hace mucho tiempo. La denuncia se realizó estando en la rectoría de la UAP el privatizador del agua en Puebla y municipios conurbados y al parecer prófugo de la justicia, Alfonso Esparza Ortiz. Escribió el Dr. Miguel Ángel Damián Huato lo siguiente: (El acoso inició por) negarme a realizar trabajos de campo en los huertos de aguacate propiedad del actual rector, Dr. José Alfonso Esparza Ortiz (Ángulo 7, La burocracia dorada de la BUAP y la moral.) Más adelanta menciona en el mismo artículo: El otro origen del acoso laboral se debió a mi actitud crítica en referencia a la aplicación del presupuesto universitario que se ha caracterizado por ser opaco, así como hacia los nepotismos y clientelismos que diversas autoridades y directivos de la BUAP han ejercido. (Angulo 7: De cómo la burocracia de la BUAP reparte plazas.)
¿Realmente la UAP cambiará con el actual movimiento estudiantil? Estoy convencido que esto sólo será posible si se involucran todos los sectores universitarios y no solo los estudiantes. Se pueden ir haciendo cambios, inclusive de fondo, si hay verdadera voluntad política por parte de la Rectora Cedillo y su burocracia dorada, sin esperar a las calendas para llevar a cabo un Congreso Universitario que han propuestos algunos colectivos.