
Universidades | Crónica | 28.MAR.2025
Paro en la BUAP: sobre la mesa de Violencia mi opinión personal / Sergio Mastretta

Asisto por la mañana del viernes 28 de marzo a la mesa de diálogo con el tema "Violencia" en la que participan estudiantes en paro y representantes de la administración universitaria. Entre estos últimos se encuentran la doctora Miriam Olga Ponce, Abogada General de la BUAP, y el doctor Sergio Díaz Carranza, presidente de la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario. Entre los primeros, una abrumadora mayoría de jóvenes mujeres de las facultades y escuelas de Sociología, Criminalogía, Derecho, Relaciones Internacionales y Ciencias políticas.
Arranco esta breve crónica con un impulso inmediato: el que reconoce la entereza, serenidad y aplomo con la que estas jóvenes enfrentan a sus colegas universitarios adultos. La libertad en ellas es espontánea y mucho me alegra. Bien ha valido este paro en la universidad en el arranque de la primavera de 2025 para confirmar la calidad humana de las estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Algo similar debo decir de la participación de los funcionarios de la institución en la mesa que atestiguo: disposición y aplomo para enfrentar los severos cuestionamientos contenidos en las demandas estudiantiles.
Mucho ruido se ha producido en las últimas cuatro semanas. Los periodistas opinamos en buena medida desde los escritorios. Y es obvio que eso no basta.
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Antes de ingresar a los módulos con las cinco mesas en el centro de convenciones en Ciudad Universitaria, dos breves conferencias de prensa. En la primera una estudiante expone la demanda de que los medios de comunicación de la universidad le den seguimiento al proceso que se vive en las mesas de diálogo. En la segunda, Jaime Vázquez, el vicerrector de Docencia de la universidad, resume lo sucedido ayer en las primeras cinco mesas, y los acuerdos y compromisos concretos sobre el comedor y la contratación de personal universitario. "La jornada ha sido muy positiva --dice--, ambas partes hemos encontrado soluciones a los problemas que enfrenta la universidad, la universidad reconocela disposición de los estudiantes, hemos hablado con claridad de lo que es posible y de los límites que tenemos como institución para satisfacer las necesidades que ellos plantean. Pero hay mucha voluntad para que encontremos conjuntamente soluciones. Somos parte del problema asi que debemos ser parte de la soluciónes, ese es el espíritu para sacar adelante este gran reto que tiene la universidad."
Encuentro así cautela en la versión estudiantil y optimismo en la del funcionariado.
Nos permiten el acceso cuando ya la mesa de Violencia lleva unos buenos minutos en operación. Dos líneas de mesas dispuestas frente a frente. Atrás de una de ellas un sillerío ocupado por una mayoría de jóvenes mujeres estudiantes. En esta mesa los varones brillan por su ausencia --seré certero, así que identifico a un solo estudiante hombre en la mesa estudiantil; tomará una sola vez la palabra y no dirá nada que apunte en mi libreta.
Extraigo de mis apuntes las líneas que logro detallar de los dos primeros temas tratados por la mesa: el de la capacitación integral de los funcionarios en los temas de acoso sexual y el del mecanismo de denuncia. Una estudiante asume la coordinación de la mesa, ella es quien otorga la palabra a unos y otras.
Se discute la demanda de capacitación de los funcionarios cuyo objeto de trabajo sea el combate al acoso sexual para que tengan una formación integral en victimologia, paridad de género y derechos humanos, que ha merecido la respuesta siguiente, prevista de largo plazo, por la institución, y que extraigo del documento dado a conocer por la Comisión Institucional de Diálogo la semana pasada.
¿Cómo asegurar que los toman", pregunta una estudiante. Y subraya la importancia de la participación de los alumnos en el aseguramiento de este proceso.
Las opiniones que dan los funcionarios concuerdan en algo: que se debe asegurar la capacitación propuesta.
Un funcionario plantea que existe el mecanismo del Proyecto PIEVA, siglas del Proyecto Institucional de Evaluación Académica, un programa que, según averiguo en internet en el portal de la BUAP, existe desde el año 2002 y tuvo como propósito "poner en marcha el primer proceso mediante el cual se valora, desde la perspectiva del estudiante, el desempeño de la actividad docente frente a grupo."
Así que mucho tiempo ha pasado, reflexiono en mi libreta, y si la universidad está en paro entre otras cosas ha de deberse a que dicho mecanismo no ha funcionado para impedir el acoso sexual.
Otro funcionario, que identifico como profesor de derecho afirma muy convencido que la evaluación debe darse a través de un monitoreo diario. No dice bien a bien cómo.
La estudiante insiste en que la institución debe confirmar que los maestros y administrativos tomen los cursos de capacitación y que se asegure la evaluación de su comportamiento.
Un funcionario afirma que las comisiones de seguimiento deben trabajar de manera permanente. Habla de la necesidad de "una nueva cultura".
La chava que coordina, estudiante de sociología por cierto, pide que se temporalicen los acuerdos. Quien hace de secretario para la mesa de los funcionarios afirma que deben darse de cinco a diez días hábiles para implementar los programas que vuelvan funcional el mecanismo de evaluación de la capacitación en violencia, paridad de género y derechos humanos.
La chava pide fechas concretas.
Interviene la Abogada General Miriam Olga Ponce, y se refiere a la posibilidad de aprovechar los llamados interperiodos en los que los profesores pueden estar sin actividades.
La chava dice que está de acuerdo.
Yo escribo en mi libreta que no acabé de entender bien a bien cómo se asegurarán de que funcionarios y profesores tomen la capacitación, pero que están de acuerdo en que ésta debe de darse.
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Pasan al siguiente punto, el de los mecanismos de denuncia. Me voy más largo en la descripción de esta conversación. Los estudantes los reclaman anónimos, seguros y accesibles para las victimas. La universidad ha respondido con la idea de crear una plataforma digital segura y confidencial, y que las quejas deberán presentarse de manera anónima ante los Comités Permanentes de Seguimiento y Mejora Continua por Unidad Académica, siempre bajo la delimitación de los lineamaientos correspondientes. (Así lo afirma el documento de la Comisión Institucional de Diálogo).
La primera participación estudiantil es precisa: ¿es realmente anónima la denuncia?
Responde la Abogada General: la denuncia no lleva ni nombre ni matrícula de la víctima. Proponemos el mediano plazo, 45 días, para estructurar la página que asegure el anonimato.
Otra estudiante afirma que el sistema PIEVA sí obliga a proporcionar los datos.
El profesor de Derecho afirma que él asegura que no se piden los datos en ese sistema.
La estudiante que lleva la mesa propone concretar el tema.
Una de sus compañeras sugiere un buzón de quejas, y que el mecanismo también pueda ser presencial.
La Abogada General afirma que sí pueden concretarse los dos mecanismos.
Una abogada de su equipo interviene para decir que existe el riesgo de que no se dé buen uso al mecanismo de la denuncia. Que se deben fortalecer los lienamientos existentes.
Le segunda otro funcionario, al que identifico como de la Defensoría: "Los estudiantes deben apoyar para que este mecanismo funcione, la denuncia debe se responsable, sólo así se podran construir espacios universitarios de paz." Y termina con una afirmación problemática: "La denuncia no debe ser nada más un tendedero donde se quema a la persona".
Le responde de inmediato una estudiante: "No siempre se sabe a dónde va y en qué parte está tu queja. No podemos ver la queja como un conflicto, como un tendedero".
La secundan dos o tres opiniones similares. Un funcionario zanja el tema: "Es claro que lo que existe no funciona. Se necesita una reingeniería. Necesitamos casos sólidos, bien documentados."
Lo secunda otro funcionario: "La Comisión de Honor y Justicia debe actuar, debe explusar a las personas con conductas inadecuadas."
Interviene de nuevo la coordinador de la mesa con mucho tino: Acordar la plataforma y dar un plazo para su implementación.
Una estudiante afirma la ncesidad de que las víctimas tengan acompañamiento y seguimiento en la procedencia de la investigación. Se debe tener cuidado en la caracterización de la denuncia, pues se corre el riesgo de la revictimización. La concientización en el uso de la denuncia debe estar fundada en el buen acompañamiento de la víctima.
Una de las abogadas concuerda con ella, pero insiste en que debe existir la voluntad de la víctima para continuar con el proceso de la denuncia.
Otra estudiante insiste en el peligro de revictimizar a las víctimas con un discurso ideológico como el de la afirmación sobre el tendedero.
El funcionario que hizo alusión al tendedero nada más para la quema de la persona retoma la palabra y se disculpa: "Por supuesto que tenemos muy claro que no podemos revictimizar, eso es lo último que queremos, muchachos --dice en un salón repleto de muchachas--. Recompongo lo que dije, me referí a la denuncia responsable en el sentido de que no nos dejen en una situación que tenga obstáculos insuperables. Nos denuncian el tema, pero no nos proporcionan más datos, no nos proporcionan evidencias, entonces ¿cómo vamos a enfrentar la denuncia? Esperamos que el mecanismo de la denuncia anónima les genere la confianza que ustedes requieren, está bien, pero en algún momento debemos pasar a profundizar en la investigación para poder proceder a una sanción. Ahí vamos a tener la necesidad de que se aporte más información. Lo digo para que en el protocolo de atención en la defensoría podamos ser lo más profesionales, y quiero así confirmar que no es que queramos ser burocráticos, pero deben entender que en la denuncia se debe justificar plenamente qué lo que pasó es responsabilidad de alguien para poder aplicar una sanción que se tiene que aplicar en base a lo que la ley establece."
Termina y le sigue la participación de otra estudiante: "Voy a ser repetitiva, no debe ser un problema de definición en el sentido en el que dicen de que todo lo que pedimos ya existía. Un proyecto así no debe tener problemas de definición. Creo que se debe hacer una reestructuración de ese proceso y una reestructuración en la difusión. En la unidad en la que estoy se nos dice que existe una persona que es la que da acompañamiento y que todo funciona bien, pero en la realidad nadie conoce de ella. Recalco entonces que si las victimas no continúan con ese proceso es por el miedo, porque no se le ha dado un seguimiento correcto y no se han visto que las acciones sean las correctas."
Atrás de ella la secunda una compañera de Ciencias Políticas: "En nuestra comisión nos dimos cuenta de que debe existir la diferencia semántica entre denuncia y queja --afirma--. Se tiene que entender que estos no son problemas personales, son problemas de la institución. La gente desiste pues todo el proceso es muy largo, muy extenso, se tiene que llegar hasta la oficina de la abogada general a reiniciiar todo su proceso de queja."
Interviene Sergio Días Carranza, el presidente de la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario: "Tenemos que avanzar en la discusión. Tenemos que partir del hecho de que el proceso que existe actualmente no está funcionando. tenemos que buscar la manera de rehacer el protocolo, de tal forma de manera que las y los estudiantes se sientan reamente acompañados, y que ya no se tenga miedo de denunciar, en eso tenemos que estar trabajando en este momento: ¿cómo hacemos una reingeniería para que esto que ahora no está funcionando pueda solucionarse. Por otro lado, sí está bien definida la diferencia entre denuncia y queja, la primera se sigue por oficio y la segunda a solicitud de la persona. ¿Por qué se nos dificulta el tema de no poder actuar en contra de un docente, porque finalmente la sanción que va a tener este docente es la rescición de contrato por parte de la institución, pero acuérdense ustedes que al docente le asiste la Ley Federal del Trabajo, en el momento en que lo rescindamos en ese momento nos va a demandar como institución, y si no tenemos las pruebas sólidas de lo que él hizo entonces nos va a ganar el juicio y lo vamos a tener que reinstalar. Por eso es que necesitamos casos sólidos. Y un punto más: ya llegó el momento en que la Comisión de Honor y Justicia, con los fundamentos sólidos a través de la legislación universitaria, empecemos a expulsar a aquellas personas que están faltando al código de ética de la institución."
Le revira de inmediato una estudiante de Derecho: "En el artículo 43 de la Ley Federal del Trabajo dice claramente que se puede rescindir un contrato cuando el trabajador cometa acoso sexual. Esa debe ser la narrativa."
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Dejo la libreta a un lado. Alguien ha pedido un receso para ir al baño. Se darán quince minutos. Yo me quedo con esta hora de discusión en la que confirmo que el paro estudiantil ha tenido sentido para identificar la existencia de una comunidad de jóvenes bien entendidos en lo que buscan. Recupero la serenidad de sus palabras certeras. Ha sido imposible asistir a las otras cuatro mesas que se llevan a cabo esta mañana. Y como estas mesas de diálogo se han producido al menos dos docenas más en el conjunto de las escuelas y facultades. No estamos en ellas los periodistas, más decididos al juicio desde el escritorio, decantados por la universidad que cada quien imagina y quiere, no la que en la realidad de los salones se produce.
Sí creo que en este movimiento se está recomponiendo la universidad.