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26 Abril 2025, Puebla, México.

Los aguinaldos en el aire, y los dos grupos frente a frente en la Maximino (Crónica 14) / Sergio Mastretta

Universidades | Crónica | 14.ABR.2025

Los aguinaldos en el aire, y los dos grupos frente a frente en la Maximino (Crónica 14) / Sergio Mastretta

BUAP 1989-1991. Crónica de una ruptura histórica

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Introducción

En 1987 el Maestro en Ciencias Samuel Malpica Uribe gana la rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla en sucesión de Alfonso Vélez Pliego. Lo hace con el respaldo de miles de estudiantes que participan en una elección con voto universal, directo y secreto que sustenta el proyecto de universidad democrática, crítica y popular, vigente desde 1973. Con Malpica Uribe inicia la quiebra de ese proyecto de universidad en manos de una izquierda política que encuentra su valor fundamental en la independencia política respecto del Estado, pero su talón de Aquiles en la dependencia económica de la voluntad gubernamental.

La ruptura entre las facciones dominantes de la universidad se produce en enero de 1989, durante el segundo informe del rector Malpica, quien acusa de corrupción a la administración de Vélez Pliego. Siguen dos años de conflicto que incluyen la destitución del rector, la constitución de un triunvirato de gobierno por una de las facciones en el Consejo Universitario y el desgobierno hasta que se celebran nuevas elecciones en abril de 1991, todo ello en medio de múltiples refriegas callejeras como la toma del edificio Carolino por los enemigos de Malpica y el asesinato en circunstancias nunca esclarecidas del profesor Miguel Antonio Cuéllar Muñoz el 22 de diciembre de 1989.

El conflicto termina con la reforma de la ley orgánica que suprime el voto universal, directo y secreto de los estudiantes, y con la recomposición de las relaciones con el poder público estatal. Lo que sigue es la crónica de ese proceso.

Publicamos en Mundo Nuestro nuevamente estas crónicas con el ánimo de contribuir a la discusión colectiva sobre la realidad de la universidad pública en Puebla en el marco del reciente paro estudiantil y las reformas impulsadas por un movimiento que sin duda es un punto de inflexión en la historia de la Beneméita Universidad Autónoma de Puebla.

 

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Crónica 14

Los aguinaldos en el aire.

Consejo Universitario nombre a Juvencio Monroy como rector interino

(Las imagenes que acompañan esta crónica es un fotograma de un video realizado ese mismo 21 de diciembre de 1989 cuando los dos grupos en conflicto se disputan en entonces avenida Maximino el control de la universidad. Es un cortesía de Fernando Cuéllar Muñoz)

 

De un lado, las fuerzas pro Malpica.

 

Del otro, los antimalpiquistas.

Jueves 21 de diciembre de 1989. A mediodía, tal vez con una hora de diferencia, salieron de Palacio de Gobierno dos hombres, cada uno con su versión en la mano. Primero, el físico Agustín Valerdi, secretario general del SUNTUAP. Después, Samuel Malpica Uribe, el rector destituido por el Consejo Universitario desde hace dos meses. Los dos contaron a sus seguidores que tenían una respuesta favorable del gobierno estatal para la resolución del pago de los aguinaldos. En la tarde, los grupos que se disputan el control de la UAP estuvieron a punto de enfrentarse con violencia. No era un juego ni entretención de reporteros. En toda la jornada, sin embargo, no hubo un comunicado del gobierno que indicara cuál había sido el resultado de las pláticas con Valerdi y Malpica.

Un día que inició con la expectativa del pago del aguinaldo, se agitó con la marcha de los malpiquistas a Palacio, mostró su inercia cuando el Consejo Universitario no reunía a mediodía a más de cuarenta consejeros pero que nombró como Rector Interino a Juvencio Monroy, empezó a definirse en las dos reuniones que el gobernador Mariano Piña Olaya sostuvo con Valerdi y Malpica, cobró ritmo con la información de Malpica a sus seguidores (“El gobernador da su aval para el pago del cien por ciento del aguinaldo”) y la marcha hacia el Carolino, y agudizó  la tensión cuando se supo, a la altura de la Maximino, que el Consejo había logrado el cuórum de 67 consejeros. Un día en el que se dirimió la bronca en esa avenida que algún día se llamará de la Universidad, pero que todavía conserva el nombre de Maximino como prototipo de lo que fue pero ya no es. Un día que terminó con el reconocimiento del gobernador Piña Olaya al rector interino nombrado por el Consejo Universitario, Juvencio Monroy, el maestro en ciencias que con el apoyo de corrientes antivelecistas derrotó al ingeniero Terrazas, quien salió de Palacio incrédulo por la solución final de la jornada.

Detener el día, calibrar las notas de la libreta para dar un orden racional. Los acontecimientos se resuelven en el garabato de la política, en el vaivén de las relaciones de fuerzas, en la pasión de los individuos, en la gritería de los grupos que se arraciman y uno ve en bloques que, se supone, expresan fuerzas sociales que un día apoyaron el proyecto de izquierda para la universidad poblana.

En la práctica, un hecho: el gobierno estatal reconoce a la facción antimalpiquista, que tiene el Carolino y el dinero para los aguinaldos. Uno se pregunta si el problema ha quedado resuelto.

Samuel Malpica habla a la mitad de la Maximino. No lo veo, está detrás de la camioneta de sonido. Dice algo que no mencionó en la información que dio frente a Palacio: que el gobernador se comprometió a tener una respuesta sobre el aval a las ocho de la noche. Dice que hay que evitar enfrentamientos estériles. Hace un llamado a la unidad. Ya no dice, como lo hizo cuando lo entrevistamos en un corredor de Palacio, que la junta está liquidada.

Las dos fuerzas se encuentran en los extremos de la Maximino. El grupo más nutrido es el de Samuel; en el otro, el carro quemado de Cruz Quintas fue emplazado como barricada.

Jesús Aroche comenta con la gente que controla el Carolino: “Malpica quiere el edificio, ¿pero a cambio de qué? Nosotros le propusimos que pasara los programadores para que corrieran los programas”.

Del otro lado comentan: “¿Qué tiene que hacer aquí Aroche, por qué no viene Valerdi?”.

Ignacio Rosas mira al enemigo: “Hay 20 gentes en la casa del Pueblo, más los qué están en la valla, son poquitos, pero los que están armados son los de la casa del Pueblo”

Platican Samuel Malpica y Cruz Quintas: esos no son trabajadores, luego se les ve la cara. “Míralos, muy calladitos ―dice Samuel―, luego se les ve que se les está cayendo el mundo”.

Avanza la camioneta. Gritos contra Valerdi y la Junta. “Un cachito avancen ―dice Samuel―, pero muy organizados”, y mira la decisión con que Cruz Quintas se dirige a llamar a la gente. Pero lo detienen: “Ya viene Valerdi”, gritan. Pero no es el chaparrito secretario general, son dos del comité ejecutivo, proponen un diálogo en la Plaza de la Democracia entre Valerdi y una comisión: además piden que Samuel compruebe en un escrito que tiene el aval de gobernador. Confusión, Malpica dice que les da el oficio en cinco minutos si pasan a Rectoría. No, lo que quieren es un papel escrito por el gobernador. Malpica enfurece, dice que él habla con Valerdi como autoridad, no como comisión. Pleito de micrófonos, porque los del Carolino han dispuesto ya lo suyo. Estamos cerca del de Malpica; el otro es una voz femenina inaudible que grita algo contra los porros. De repente todo se resuelve en acusaciones mutuas: porros y gobiernistas. Provocadores y "fuera de la UAP Malpica, Valerdi, la Junta". En el espacio de la Maximino rebotan las voces y los ademanes: se concentran en cinco minutos las fobias y las pasiones. De uno y otro lado, trabajadores.

Camina el chaparrito Valerdi hasta el rector. “¿Qué se le ofrece?”, le pregunta. Pero él empieza el diálogo, abierto al público con el micrófono de los malpiquistas, prensa de por medio: “A las 6:30 el gobernador dará información sobre el pago, además. Ahora sesiona el Consejo Universitario”.

“De mi parte ―dice Malpica―, puedo decirle como autoridad que soy de la Universidad, que yo también me reuní con el gobernador y me dio una respuesta positiva para el aguinaldo. Tiene que acabar ya esta toma ilegal del edificio y le recuerdo que soy el rector no sólo por los trabajadores, sino por los cien mil estudiantes que me eligieron”.

Valerdi ataca: “Durante dos años como rector no respetó al contrato colectivo de trabajo y como ahora, dijo tener constancia de los hechos que no prueba. Hoy el gobernador me manifestó que la SEP le dijo que desde junio Malpica rompió las negociaciones del aumento al subsidio. Y ayer el gobernador citó al rector para ver la posibilidad de que el Congreso del estado ventilara la posibilidad del aval, y Samuel Malpica no fue. Y hace una hora el Secretario B de Gobierno me confirmó que es falso que el gobernador haya dado lo que dice Malpica. La respuesta definitiva es a las 6:30 horas”.

Contrataca Malpica: “Todos conocen quién es el físico Valerdi, que fue encontrado culpable de la corrupción en el Departamento Escolar de donde lo corrieron. Y en 1985 amenazó a los trabajadores en huelga. No estoy dispuesto a negociar la legalidad, ya basta de tomaduras de pelo, usted tomó el Carolino sin acuerdo de la CSD. Es necesario poner un hasta aquí a esta gente. Voy a entrar a Rectoría”.

Termina el diálogo. Se va Valerdi. Malpica llama a su gente a no aceptar provocaciones y a analizar las acciones a seguir. Discuten sus lugartenientes. Unos, llaman a retirarse de inmediato. Y sucede lo inesperado, se retiran entre consignas contra Valerdi y la Junta. Los diez metros que separaron a los grupos nunca llegaron a achicarse.

Continúa con Crónica 15: El ruido de la muerte

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