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13 Octubre 2024, Puebla, México.

Elegía chichimeca y otros poemas / Martín Barrios

Cultura | Poesía | 2.MAR.2021

Elegía chichimeca y otros poemas / Martín Barrios

Invisible cisma de remolinos, la derrota para ti no está hecha

Mundo Nuestro. Martín Barrios es un poeta y músico poblano al que conocemos muy bien por su participación como activista en defensa de los derechos humanos y del medio ambiente en la región de Tehuacán. Pero es una poderosa voz de la literatura en Puebla, como lo muestran estos poemas comentados por él mismo.

 

Chichimeca - Wikiwand

Elegía Chichimeca

Guachichiles: largas cabelleras rojas

Pames: la noche ya se enoja

Guamares: temibles hordas

Zacatecos: enojados dioses soplan

 

Guajábanas, sauzas y tezoles: hijos de todos los soles

Copues: caminaron por Viento de Navajas

Tepeques, cocas y tecuexes: temibles dolores

 

Xale tomó la decisión amaneciendo

Bartolomillo antes de ser ahorcado

Francisco el Cojo por los secretos de la iguana

Macolia antes de ser asesinado

 

El célebre Martinillo cuando flechaba al rojo sol

Machicab cuando A la Izquierda del Colibrí puntas de obsidiana le regalaba

Antón Rayado en el momento de ser tatuado por el trueno

Guazqualo al despedirse de su mujer

 

Moquimahal en la cuesta de un cerro

Gualanime platicando con los viejos del pueblo

Nacolaname después de encargar un nuevo guerrero

Acuaname en su sagrado sueño

 

Juan Tenzo descifrando las palabras de su hoguera

Juan Vaquero con sus cuatrocientos conejos

tlachicando en sierras y cielos

con los brujos y magos del cerro

 

Decidieron hacer un tzomplanti de cráneos y huesos

Cuando la cára pálida asomó a lo lejos

Buscando oro y arrasando pueblos

Queriéndo dejer sólo restos

 

Con tu arco y flechas mágicas, indestructible guerrero

de largas y rojas cabelleras, hordas danzantes del fuego;

realizaste plegaria y ritual para que te protegiera

el más oscuro perro:

 

“Mágico Tohueyo, Señor Ofrenda, Señor Trueno,

Señor Perro, Señor Sueño, Señor Chaneque, Señor Cerro”

“Venerable Brujo, Señor de la Veintena, Señor de Arriba,

Señor de Abajo, Señor Peyote, Señor Xoconostle, Señor Pulque”

“Señor de Arco y Flecha, Señor Pie de Lagarto, Señor del Espejo”:

 

¡Dános muchas cabelleras!

¡Cuídanos en la más sagrada borrachera!

¡Dále fuego supremo a nuestra hoguera!

¡Enséñale al minero el rostro que aterra!

 

Guerrero de los torbellinos

Hermosa nube de flechas

Invisible cisma de remolinos

La derrota para ti no está hecha

 

Guerrero evanescente

Iconoclasta maledicente

Indómito tiempero

Desde entonces siempre presente

 

Indio salvaje

tohueyo rebelde

flechero apóstata

chichimeca hereje

 

Audaz ladrón de ganado

Divino verdugo

Acechante del secuestro

En ti no cabe ningún yugo

 

Ni la cárcel ni la opresión se hicieron para ti

Dijero que no tenías ni tienes civilización

¡Libertad! Gritaron los valientes ancestros chichimecas

Contra el blanco, su fuego y religión

 

Las mariposas danzan

La hoguera está prendida

Perros y coyotes aúllan

El mitote.

Nota: Este poema salió a la luz en el suplemento Ojarasca del diario nacional La Jornada en su número 117 del mes de enero de 2007. Tiempo después fue publicada en diversos suplementos y medios del ciber espacio. Está inspirado en los increíbles líderes indígenas que estuvieron entre otros, al frente de la segunda oleada de la insurrección chichimeca, la llamada Guerra Chichimeca, la cual estalló nueve años después de concluída la matanza de indígenas en la Guerra del Mixtón, primera rebelión contra la invasión española y el despojo y genocidio que ha traído y sigue trayendo el extractivismo de la minería y que culminó cierto ciclo con la deportación del nahua caxcan Tenamaztle a España, en donde vivió al lado de Fray Bartolomé de las Casas y un traductor del mexicano, el primer juicio indígena en defensa del territorio y los derechos humanos de nuestros ancestros en los tribunales de la colonia.

Trilobita - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

Trilobite y candelabro

 

En este imponente cementerio de cactus
El salitre habla en el acantilado
Percibo el agua de uno o otro lado
Sonido abismal del eterno encanto

Sendero del trilobite
Bosque del candelabro
Geneálogico árbol
Del artesano de arcilla, ónix y mármol

Escucho este camposanto
De animales extintos
En la eternidad nadando
Oceáno del lenguaje petrificado

Estamos por minerales vigilados
Sus arrecifes de coral nos han guiado
Cantando una letanía en el silicio
Del paraìso que vamos enterrando

La gorgona y el cascabel
En una cueva de verdes máscaras
Protegen el suelo
En el que vamos pasando

Este cementerio es marino
En él, como la sal

Nos disolveremos:

Eternamente despacio

 

Trilobite y candelabro es un poema de reciente creación. Es de los últimos meses de 2020. La inspiración de este poema es sin duda el territorio desértico, uno de los tantos que tenemos, de Tehuacán y las comunidades que pertenecemos a la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán.Es un desplazamiento a nuestra época marina y los restos fósiles, minerales, de plantas y animales que nos heredó la naturaleza y que destruimos como humanidad capitalista con empresas extractivas como la minería y los proyectos energéticos. Asimismo, y en el estilo de Nezahualcoyotl y los poetas de nuestro mundo antiguo, hago un recuento de nuestro efímero y destructor paso por la Madre Tierra.

 

Uno Lluvia

 

Uno Lluvia avizora desde el risco

El pensamiento del jabalí

Cuando el caracol del estío

Ilumina la marcha de los mezquites

 

Comprendió el misterio

La razón

de la noche

y el venado

 

El conjuro de la caverna:

Un símbolo

y en la corteza del infinito

un trazo

 

La manada y el acecho

El cielo y la flecha

El cerca y el junto

 

Uno Lluvia nos observa

En silencio:

El y su palabra,

Se han vuelto piedra.

 

Uno Lluvia es también un poema de 2020, el año del fatídico surgimiento de la actual pandemia. Estos versos están inspirados en lo sabios paleolíticos que hace más de diez mil años poblaron el Valle de Tehuacán, conocido también como la Cuna del Maíz, ya que estos hombres, mujeres y su infancia prehistórica han dibujado y llenado de mensajes las piedras de ríos de la zona como el Salado o el Tehuacán. Esas pinturas rupestres están en riesgo por la actividad delictiva de diversos políticos que esconden en sus mansiones tesoros del México antiguo y ante el arribo de megaproyectos energéticos en el terruño.