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26 Abril 2024, Puebla, México.

Una puerta quemada, paralizante, la que por fortuna ya no nos cierra el paso

Sociedad | Crónica | 12.MAR.2021

Una puerta quemada, paralizante, la que por fortuna ya no nos cierra el paso

¿Qué nave somos incapaces de quemar porque somos incapaces de reconocer que esto que somos ya no es?

Fui al centro hace un par de días. Me di tiempo de ir al lugar de los hechos: la puerta incendida en el Congreso, que tanto coraje le da a muchas personas. Traje la imagen y la compartí con mis hijas Paulina y Ana. En la conversación con ellas surgieron dos escenarios contundentes para comprender la dimensión de lo que estamos viviendo. Ana se acordó de los zapatistas en la Casa de los Azulejos, con aquella fotografía que los muestra sentados a la mesa y a la espera de que les sirvan un chocolate; hoy vemos esa imagen como un ícono de la revolución mexicana, cuando en ese momento la prensa la presentó como la llegada de la barbarie a la civilización. Paulina fue más lejos en su planteamiento: recordó a Teseo y la figura del barco de ida y vuelta a Creta como un interrogante sobre nuestra verdadera identidad. ¿Qué recordaremos de este edificio en la 5 Poniente? ¿La puerta quemada por las encapuchadas feministas o la abyección de los diputados ante los sucesivos gobernadores Barbosa, Moreno Valle, Gali, Marín, Melquiades, Bartlett, Piña Olaya, Jiménez Morales, Toxqui, O'farril, Moreno Valle, Merino Fernández, Nava Castillo, Ortega, Nava Castillo, Betancourt, de nuevo O'farril (ahora el papá) y de nuevo Nava Castillo (ahora el hermano y nuestro gran Maximino Dictador)? ¿Qué nos identifica, el barco que reconstruimos de nosotros mismos con nuestras nuevas células y con nuestras contradicciones asumidas y transformadas, o lo que fuimos, nuestras puertas atrofiadas y paralizantes?
Paulina y Ana me llevaron a entender de nuevo el sinsentido de un gobernador Barbosa que ni por un instante se pone en el lugar de una joven mujer que dice ¡basta ya!, un representante del Estado que se cree merecedor de todas las caravanas y de todos los ¡sí, señor, porque usted lo dice, así debe ser!
¿Qué nave somos incapaces de quemar porque somos incapaces de reconocer que esto que somos ya no es?
Ahí está la puerta quemada en el Congreso.
Ahí están ellas afirmando el futuro que ya somos.