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19 Abril 2024, Puebla, México.

Humanismo cristiano. Semblanza y perspectiva del presbítero y doctor Guillermo Hernández Flores

Cultura /Universidades | Ensayo | 1.ABR.2022

Humanismo cristiano. Semblanza y perspectiva del presbítero y doctor Guillermo Hernández Flores

V Simposio Nacional Antigüedad y Universidad. XVI aniversario de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

Semblanza y perspectiva del presbítero y doctor Guillermo Hernández Flores

Por Porfirio Tepox Cuatlayotl

 

Prenotando  

 

Las líneas que presento en este trabajo tienen como propósito exponer algunas pinceladas de la obra humanista del doctor Guillermo Hernández Flores, anotaciones que son un intento de mostrar el semblante del hombre que muchos llaman maestro; otros, doctor; y muchos más, con infinito cariño, Padre Memo, hombre en quien se da la realización plena del hombre de carne hueso al que alude don Miguel de Unamuno, pues el doctor Guillermo Hernández Flores ha sido el hermano, el verdadero hermano para su comunidad; asimismo, el maestro, esto es, el hombre que entregó, a través de su ministerio sacerdotal y de la catedra, sus pensamientos y sus sentimientos a sus discípulos y feligreses.

 

Una semblanza

 

Presbítero y doctor Guillermo Hernández Flores nació el 27 de abril de 1949 en Ciudad Serdán. El 6 de junio de 1976 recibió la ordenación sacerdotal. Realizó estudios de Licenciatura en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma de 1977 a 1979. En 1984 obtiene el grado de Doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana con calificación Summa Cum Laude. El 18 de marzo de 2006 fue cofundador de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, junto con el Padre Justino Cortés Castellanos, el escultor Ernesto Vega y el maestro Juvenal Cruz Vega. De su obra literaria, únicamente cito dos de sus libros: “Del circunstancialismo de José Ortega y Gasset a la filosofía mexicana de Leopoldo Zea” y “Propedéutica a la filosofía de Mauricio Beuchot”.   Desde 1990 fue rector del Templo de Nuestra Señora de la Luz hasta su fallecimiento el 11 de octubre del año 2020.   

  

 

Instrucción catequética

 

El doctor y padre Guillermo Hernández Flores ha dejado impresa una huella en un entorno muy reciente que ha nacido en nuestra actualidad, nos referimos al nuevo mundo del internet. En este entorno virtual, podemos encontrar joyas del humanismo cristiano que corresponden a grabaciones de audio las cuales contienen la INSTRUCCIÓN CATEQUÉTICA que el padre Guillermo imparte a sus feligreses.  A través de estas joyas, con sabiduría y con cariño, instruye a su comunidad en torno a los sacramentos de iniciación cristiana, entre muchos otros temas. 

Debido a la brevedad de esta semblanza, inmediatamente iniciamos un recorrido sucinto para ir de camino a través de los contenidos de estas joyas del humanismo cristiano, que, por un lado, nos permiten conocer algunas tesis centrales de la formación cristiana, y por el otro, son una ocasión para reconocer un semblante, el semblante de nuestro querido maestro Guillermo Hernández Flores. Para muchos, maestro directo en las aulas, y para otros como es el caso del que escribe estas líneas, maestro a través de la lectura de su obra humanista.    

 

 

El humanista cristiano

Uno de los temas, que encontramos en las grabaciones de audio, que ya hemos anunciado, es el tema del bautismo, sacramento de iniciación cristiana que el Padre Memo explica con el apoyo de la etimología y el atesoramiento de la semántica, ya que señala la raíz de este vocablo a través del verbo latino baptizare con el significado de sumergir. Además, a la revisión etimológica y semántica de la palabra bautismo, la conduce a su entorno de origen para dar sentido y claridad de la misma palabra ante sus feligreses, y agrega: “los primeros cristianos, el día de su bautismo, eran sumergidos tres veces en el agua”. Es conveniente remarcar aquí que la claridad de su exposición es una muestra de cariño hacia su comunidad.   

 

Enseguida, presenta el nombre propio de este sacramento, esto es, el bautismo, al cual suma su nomenclatura, a saber, el baño de la regeneración (volver a nacer), el baño de la renovación (hacerse un hombre nuevo) y la iluminación (hacerse hijo de la luz).

En este primer momento, ya se puede observar el rostro del Padre Memo, rostro de humanista cristiano y clásico, que cumple cabalmente con su ministerio sacerdotal, tal como lo hemos anotado en estas primeras líneas y lo apuntalaremos en las siguientes, pues además del uso de la etimología, la semántica, la diacronía y la nomenclatura del sacramento del bautismo, también se sirve del lenguaje culto y científico del que se apoya para realizar la instrucción del humanismo cristiano. Algunos ejemplos iluminan esta nota, pero,  antes de presentarlos, es importante acentuar que, al hacer uso del lenguaje académico, no se aleja de su pueblo, ya que establece un diálogo entre el lenguaje científico y el coloquial al realizar paralelos de los términos en exposición como se apunta enseguida:  eucaristía y misa, genuflexión e incarse, estipendio y el pago de la misa, manutergio y toalla, bautismo y bautizo, vosotros y ustedes, ambón y atril, analogía, fronesis, prudencia  y ni muy muy ni tan tan. 

El retórico y el pedagogo

Un aspecto más del rostro humanista de nuestro querido maestro, nos recuerda a las nuevas generaciones de profesores que los sentimientos y los pensamientos están en unidad, en la unidad llamada hombre. Para desarrollar la propuesta de este párrafo, nos servimos de un fragmento a manera de diálogo, extraído de los audios contenidos en páginas virtuales acerca de la INSTRUCCIÓN CATEQUÉTICA que ya hemos citado:  

Padre Memo: “… lo primero que se pregunta a los papás y los padrinos es el nombre del niño que traen: ¿qué nombre quieren darle a su hijo o a su ahijado? Aquí comienza la bronca hermanos, con lo de los nombres, es una verdadera calamidad que tenemos en la iglesia.” “…Generalmente lo más aconsejable es que se elija un nombre cristiano, de un antiguo cristiano, al que se le encomienda al nuevo cristiano. Los nombres cristianos están reunidos en un compendio llamado Martirologio romano…” “pero comenzamos a tomar nombres fuera del cristianismo, a tomar nombres con otros criterios” por ejemplo, el de la moda, así se les pregunta a los papás y padrinos.

Padre Memo: ¿Cómo quieren que se llame su hijo?

Padres y padrinos: José José.

Padre Memo: “hijo que cristianazo eres”, - Aquí, el padre Memo aclara el criterio de la elección del nombre- “pero no era por san José dos veces, sino por el príncipe de la canción.”

Una pregunta más sobre el nombre de los niños que llevan al bautismo:

Padre Memo: ¿Cómo quieren que se llame su hijo?

Padres y padrinos: José Alfredo – Una vez más, el padre Memo comenta el criterio de la elección del nombre- “pero, es porque a los padres y padrinos les gusta la canción llego borracho el borracho de José Alfredo Jiménez, y no por san José y por san Alfredo”.

Padre Memo: Tengamos más criterio para poner el nombre a los hijos, si eliges el nombre de Carlos para tu hijo, es porque le encomiendas como patrono a ese gran santo Carlos Borromeo, el cardenal Carlos Borromeo, un cristianazo de veinticuatro quilates.

Aquí, el Vigilante del Barrio de la Luz nos enseña el criterio para elegir el nombre para el día del bautismo, pues nos hace notar que una vez que se elige el nombre de un santo, también se eligen sus virtudes, de tal forma que el bautizado debe asumir el modelo de vida, el modus vivendi del santo que ha sido reconocido en el libro intitulado Martirologio romano.

 

 

 

Al continuar su instrucción catequética, con ésta, nos permite ver su alegría por la vida y su entrega de la misma en cada paso de su ministerio sacerdotal. En esta entrega de vida, con una alegría serena, instruye a los padres y padrinos en el tema de la armonía y la rima del nombre de los bautizados. La idea eje en esta tesis es la que se lee a continuación: la rima y la armonía del nombre de los bautizados se afecta con mucha frecuencia en nuestro país debido al resultado de la combinación de nombres extranjeros con nuestros apellidos de origen náhuatl, para muestra, sirvan algunos ejemplos expuestos en esta instrucción catequética: Jaqueline Popoca, Michelle Popoloca, Michael Zempoaltecatl, Brayan Michimani, Nicole Chimalpopoca, François Xicoténcatl. “No rima, no rima”, concluye el Padre Guillermo, y exhorta: “si le vas a poner el nombre Jaqueline, Nicol, François  usa el correspondiente en español: Jaqueline por Jacoba, Nicole por Nicolasa, François por Francisco”.   

Los párrafos anteriores son un ejemplo del retorico en el sentido clásico, del retorico que enseña que los sentimientos y los pensamientos están en unidad, en la unidad llamada hombre tal como lo citamos en el inicio de este apartado. Así, para decirlo al estilo de Mauricio Beuchot Puente: “la retórica es una especie de lógica que toma en cuenta los sentimientos, esto es, las pasiones y las emociones, la retórica considera al hombre completo, al hombre total: sentimiento y pensamiento en unidad.  Con la retórica, los demás te escuchan, por esto era parte del pedagogo, porque el pedagogo tenía y tiene que motivar ya los pensamientos, ya los sentimientos con el propósito de mantener la atención de sus audientes”.

Finalmente, a este apartado queremos agregar lo siguiente, la retórica es un método pedagógico, asimismo, un contenedor de la sabiduría y de la verdad, las cuales se manifiestan a través de la voz del retórico que hemos podido reconocer en estas líneas en la voz del Padre Memo, retórico y pedagogo de vocación, bien en la catedra con sus discípulos, bien en la comunidad con sus feligreses.  

   

Disertación en la universidad   

 

En el entorno virtual podemos encontrar otra joya del humanismo a través de una disertación del doctor Guillermo Hernández Flores. Esta joya corresponde a la conferencia magistral intitulada “Apuntamientos de sentido para una pedagogía de la filosofía en América latina hacia el siglo XXI”, y dictada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Cinco son los apuntamientos expuestos en esta conferencia, a saber, el humanismo, la sabiduría, la alteridad, la virtud y la libertad.

En un escenario distinto, me refiero al universitario, con un estilo pausado, pero claro, asimismo, con mucha profundidad y sabiduría, el doctor Guillermo Hernández desarrolla los cinco apuntamientos citados que, ciertamente, están en el centro de nuestra cosmovisión. De las abundantes tesis que presenta en esta conferencia, únicamente desarrollamos dos, a saber, la tesis del humanismo y la de la sabiduría.

 

El humanismo

 

En torno al primer apuntamiento, que corresponde al del humanismo, resalta, entre otros temas, el panorama de nuestros tiempos que es el de la modernización tecnológica, la cual conlleva la mecanización agresiva del sujeto y a la perdida cada vez más de la forma de lo humano en el hombre.

 En este escenario robotizado, el filósofo Guillermo Hernández apunta: “la filosofía aparece como el lugar privilegiado donde se reevalúa y se reconstruye al hombre, aquí la filosofía se presenta con un horizonte que pone, en el centro, al hombre interior, el cual estimula su crecimiento espiritual y lo hace capaz de reaccionar contra toda mecanización de la vida”. Ante los rostros de asombro de los universitarios, trascurre la disertación, de la cual podemos retomar la siguiente idea a manera de conclusión de este apuntamiento: “enseñar y aprender a filosofar será entonces la creación de un espacio vivo donde se reconcilie al hombre consigo mismo”.  

La sabiduría

 

En el segundo apuntamiento, el de la sabiduría, el doctor Guillermo Hernández señala que hoy la sociedad valora el saber que es susceptible de convertirse en fuerza productiva, el saber que se compra y se vende. De este modo, nos hace notar que el saber se ha convertido en una industria, en la cual, las aulas desaparecen y en su lugar llega la computadora y el autoaprendizaje.

También expone que, en la industria del conocimiento, las pantallas de la televisión y de las computadoras son la única escuela de la vida para muchos, son el lugar dulce y eficaz que destruye el verdadero saber, al reemplazar la imaginación creativa, uniformar las conciencias y crear una realidad artificial.  En este escenario robotizado, señala que el saber reflexivo y crítico, el que habla el lenguaje de la sabiduría, esto es, el de la literatura, el arte, la historia y la filosofía, es sistemáticamente atacado y despreciado.  

 Por todo esto plantea la siguiente pregunta ¿dónde ha quedado la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento? y ¿dónde está el conocimiento que hemos perdido en la información?  Y prosigue, información, conocimiento y sabiduría tres círculos concéntricos de la experiencia humana que son a la vez horizontes de realización.

Así concluye este apuntamiento: “la pedagogía de la filosofía tiene hoy la tarea de formar el hábito ineludible de la curiosidad y de poner al hombre actual en contacto con los sabios de la antigüedad y de nuestro tiempo, del mismo modo, fomentar la preocupación por el sentido con una actitud dirigida más a la pregunta y al cuestionamiento que a las mismas respuestas, asimismo, enfrentar la cultura de la abundancia y el entendimiento como un lugar de engorda informática y almacén de erudición y amontonamiento de saberes”.

Con algunas exhortaciones de la filosofía a los jóvenes que la estudian, el filósofo Guillermo Hernández corona su disertación Apuntamientos de sentido para una pedagogía de la filosofía en América latina hacia el siglo XXI, de las cuales, únicamente, trascribimos cuatro:

  • No claudiquen ante la seducción de la máquina, úsenla, pero no le entreguen el alma.
  • Despójense del individualismo y cultiven un espíritu ecuménico y universal.
  • Construyan el orden con la verdad, la justicia y el amor auténtico.
  • Pongan los pies en la tierra, pero no quiten los ojos del cielo.

 

A manera de conclusión de este apartado que es un eco de las huellas itinerantes del doctor Guillermo en las cátedras universitarias, podemos anotar que estos párrafos nos muestran el semblante de un maestro, esto es,  del hombre que edifica a sus discípulos desde la raíz hasta el ápice, del hombre que los arranca de la posibilidad y les da lo que ahora son, pues como un auténtico arquitecto del humanismo inicia y concluye a sus discípulos, siendo comprensivo con sus debilidades y tolerante con sus defectos, les da rostro y personalidad.

 

 Con cariño y con nostalgia

 

Padre Guillermo Hernández Flores, lo vamos a extrañar mucho pues hoy sus pasos se han ido muy lejos, hoy ya no caminan junto a las nuestros, hoy recorren los caminos del Señor, los caminos celestiales, pero no lo vamos a olvidar en estos nuestros caminos de la vida que también son un regalo del Señor, lo llevaremos en nuestra memoria y corazón, en nuestro pensar y sentir de cada día, de tal manera que su ausencia no será del todo en la cátedras mexicanas, ya que dejó impresas sus huellas con una hondura muy difícil de borrar debido a que usted mismo sembró una semilla en el corazón de sus discípulos, me refiero a la semilla tan amada y tan deseada de “ la ansia por la verdad y el anhelo de libertad” – usted mismo lo remarcó-  “antigua, muy antigua ya en la voz, nueva, muy nueva todavía en la palabra”.