Naturaleza y sociedad /Mundo | Opinión | 22.AGO.2022
Derecho a un medio ambiente sano como derecho universal / Gerardo Pérez Muñoz
¡Sin justicia ambiental, no habrá justicia social!
Mientras la población en general sea apática, pasiva y orientada hacia el consumismo y hacia el odio a los vulnerables, los poderosos podrán hacer lo que quieran. Noam Chomsky
Ante la vorágine informativa que diariamente nos recetan los medios, dejamos pasar noticias que bien vale la pena conocerlas analizarlas y reflexionarlas con calma ante el impacto que pueden tener sobre nuestra vida cotidiana.
Una de estas noticias se dio el pasado 28 de Julio del presente año. Ese día se dio a conocer que la Asamblea General de Naciones Unidas había resuelto declarar el acceso a un medio ambiente limpio, sano y saludable como un derecho humano universal. Noticia que pasó de noche hasta para mis amigos y compañeros “ecologistas”. Dicha resolución contó con 161 votos de los países participantes
El texto fue presentando inicialmente por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza y respaldada por 100 países. Los países que se opusieron a esta resolución fueron: China, Rusia, Bielorrusia, Camboya, Irán, Kirguistán, Siria y Etiopía.
El texto señala que el derecho a un medio ambiente sano está relacionado con el derecho internacional existente y afirma que su promoción requiere la plena aplicación de los acuerdos medioambientales multilaterales.
También reconoce que el impacto del cambio climático, la gestión y el uso insostenibles de los recursos naturales, la contaminación del aire, la tierra y el agua, la gestión inadecuada de los productos químicos y los residuos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad interfieren en el disfrute de este derecho, y que los daños ambientales tienen implicaciones negativas, tanto directas como indirectas, para el disfrute efectivo de todos los derechos humanos.
Hace 50 años se llevó a cabo la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, Suecia en 1972, bajo la batuta del primer ministro Sueco Olof Palme, asesinado años después.
Esta Conferencia se llevó a cabo en plena Guerra fría entre los dos grandes bloques políticos, ideológicos, económicos y militares; por un lado, la ex URSS y sus aliados y por el otro los Estados Unidos y los llamados países occidentales, industrializados y capitalistas. Los Estados participantes en esta Conferencia declararon que las personas tienen el derecho fundamental a "un medio ambiente de una calidad que permita una vida digna y de bienestar", y pidieron acciones concretas a los países y el reconocimiento pleno de este derecho. La conferencia intento establecer un diálogo que no ha fructificado hasta hoy, entre los países desarrollados y los llamados países llamados, subdesarrollados, tercermundistas, en vías de desarrollo o del sur global y puso en el centro de la agenda, la relación entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua y los océanos, y el bienestar de las personas en todo el mundo. Cabe recordar que en aquel tiempo, la población mundial era de 3,682 millones de habitantes y actualmente somos 8.000 millones de terrícolas presionando y depredando, en general, los recursos naturales
De acuerdo con informes de científicos, en este momento la humanidad nos encontramos a las puertas de la sexta extinción. La última extinción nos dice los científicos, ocurrió hace 65.5 millones de años y acabó con la existencia de los dinosaurios.
Hoy en día la tasa de extinción de especies se estima entre 1,000 y 10,000 veces más alta que las tasas de extinción natural.
El último reporte del Informe Planeta Vivo, nos señala que el 30% de toda la tierra que sostiene la biodiversidad ha sido convertida para la producción de alimentos. La agricultura también es responsable del 80% de la deforestación global y representa el 70% del uso de agua dulce del planeta, alterando de manera importante los hábitats y devastando las especies que viven en esos lugares.
De esta primera Conferencia se desprendieron tanto la Declaración de Estocolmo con de 26 principios y un plan de acción con 10 recomendaciones y en particular, la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUM) cuyo objetivo es entre otros, analizar el estado del medio ambiente mundial y evaluar las tendencias ambientales mundiales y regionales. En 2010 el PNUMA impulsó el establecimiento de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
En los puntos 1 y 2 de su Declaración de principios, se menciona
Principio I. El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar y, tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras. A este respecto, las políticas que promueven o perpetúan el apartheid, la segregación racial, la discriminación, la opresión colonial y otras formas de opresión y de dominación extranjera quedan condenadas y deben eliminarse.
Principio 2. Los recursos naturales de la tierra, incluidos el aire, el agua, la tierra, la flora y la fauna y especialmente muestras representativas de los ecosistemas naturales, deben preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras mediante cuidadosa planificación u ordenación, según convenga.
En 1987 y ante la Asamblea General de Naciones Unidas se dio a conocer el llamado Informe Brundtland (Su nombre oficial fue Nuestro futuro común) en el cual aparece por primera vez el concepto de desarrollo sostenible, definiéndolo como
El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
Hace 30 años, en 1992 se llevó a cabo en Río de Janeiro, Brasil, la Cumbre de Río o Cumbre de la Tierra. A esta cumbre asistieron 179 países. Las temáticas y problemáticas abordadas en dicha cumbre fueron: medio ambiente, salud, residuos, biodiversidad y desarrollo sostenible del planeta, así como el cambio climático.
Una de las participaciones más destacadas y aplaudidas en dicha cumbre sino es la que más, fue la del comandante Fidel Castro quién fue la voz de los países de llamado subdesarrollados, colonizados y expoliados, los sin voz en el concierto internacional. Fidel señalo:
“las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad”. Debemos proclamar con toda energía que tenemos derecho a respirar aire puro, a beber agua que no esté contaminada…, a alimentarnos y que esos alimentos sean sanos, a que se nos eduque, a que se atienda nuestra salud, a ser menos pobres cuando otros son cada vez más ricos
Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre” y remataba. “No es posible esperar, pues mañana podría ser demasiado tarde”. (http://www.cubadebate.cu/opinion/1992/06/12/discurso-de-fidel-castro-en-conferencia-onu-sobre-medio-ambiente-y-desarrollo-1992/)
Por primera vez en una Cumbre se denunciaban tres problemáticas presentes-ayer y hoy-en muchos de los países de América Latina y el mundo: la imposición de un modelo económico, la deuda externa y el reclamo del pago a los países del sur global o subdesarrollados, de la deuda ecológica por la sobreexplotación de sus recursos naturales y de la sobre explotación de su mano de obra con sus salarios de hambre.
De esta Cumbre, surgió una Declaración que consta de 27 principios. Tres de los cuales me parecen importantes mencionar, pues están presentes en todos los litigios ambientales en nuestro país:
El principio número 10 que se refiere al acceso a la información en el ámbito ambiental, la participación de todo ciudadano/a en la toma de decisiones y sobre todo, el acceso a la justicia ambiental, el principio número 15 que trata sobre el principio precautorio para proteger el medio ambiente y el principio 17 (Evaluación de Impacto Ambiental)
“Una evaluación del impacto ambiental, en calidad de instrumento nacional, respecto de cualquier actividad propuesta que probablemente haya de producir un impacto negativo considerable en el medio ambiente y que esté sujeta a la decisión de una autoridad nacional competente”
En nuestro país podemos encontrar estos principios en el artículo sexto de la Constitución (derecho a la información) y en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA, Artículo 3, XXI, XXVI).
En febrero del 2012 se reformó la constitución mexicana y se añadieron los párrafos quinto y sexto al artículo cuarto para garantizar el derecho a un medio ambiente sano y el sexto para garantizar el derecho al agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. Ambos derechos no pasan de ser una simple aspiración y quimera para millones de mexicanas y mexicanos.
Colonialismo y deuda Ambiental
Para el Centro de Difusión de la Deuda Ecológica del Observatorio de la Deuda en la Globalización existe una deuda ecológica de los países del Norte global e industrializado, sus élites políticas y económicas, sus corporaciones por el despojo sobre los recursos naturales, así como su contribución al deterioro medioambiental global.
Par el Centro, esta deuda se ha llevado a cabo por los países industrializados contra los países del sur pobre a causa del expolio histórico de sus recursos naturales, los impactos ambientales exportados y la libre utilización del espacio ambiental global para depositar sus residuos. Esta deuda abarca cuatro componentes, según esto.
La deuda del carbono, adquirida por los países industrializados con su continuada contaminación de la atmósfera a través de los gases de efecto invernadero. La biopiratería, es decir, la apropiación intelectual de conocimientos indígenas ancestrales (relacionados con las semillas, con el uso de plantas medicinales...) que vienen realizando laboratorios de países industrializados y la agroindustria, sin pago de contraprestación y por la cual, además, cobran regalías. Los pasivos ambientales, deuda originada por la extracción de recursos naturales para una exportación mal pagada, que conlleva un elevado coste ecológico, además de impedir el desarrollo sostenible de los pueblos del Sur. La exportación de residuos tóxicos, originados en los países industrializados y depositados en países empobrecidos.
En el reciente Foro Social Mundial llevado a cabo en el mes de mayo en la Ciudad de México mes en la mesa de Deuda y clima: la deuda ecológica, señalaron que:
- Los países desarrollados del Norte Global tienen una deuda ecológica con los países del Sur Global.
- Que los países del Norte podrían empezar a pagar su deuda ecológica con el Sur, pagándoles una compensación para que los combustibles fósiles queden bajo tierra.
- El objetivo final del movimiento de la deuda ecológica es «invertir la diplomacia de la trampa de la deuda, cancelando la deuda de las naciones empobrecidas como medio de pago para dejar los combustibles fósiles en el suelo, y así financiar una transición ecológica justa.
Cumbre van y vienen y el mundo-nuestra casa común- o más específicamente, la especie humana, estamos cada día más cerca de nuestra propia extinción, incentivada por el llamado capitalismo salvaje, neoliberalismo, mega capitalismo, capitalismo corporativo/financiero o capitalismo gore y su voraz consumo de energía fósil: petróleo, gas o carbón y sus sociedades productivistas e hiperconsumistas y su producto social: el homo economicus neoliberal y desechable. Lo que urge hoy es cambiar/enfriar el sistema económico y político actual y rechazar sus paradigmas y mantras econométricos de crecimiento económico, o espejismos peligrosos como los de desarrollo, progreso o modernidad y cambiarlo por el paradigma que está naciendo desde la América profunda, como lo que nos proponen los hermanos kichwas y aymaras: el Sumak Kawsay, el Vivir Bien o Buen Vivir que tiene que ver con el saber vivir en equilibrio y armonía con la Tonanzin Tlalli, nuestra madre tierra o el concepto de los hermanos Tzotziles, Lekil kuxlejal (buen vivir, Antonio Paoli, 2015) o el “Vivir sabroso” de la Vice Presidenta de Colombia Francia Márquez que lo define como el “vivir sin miedo, vivir en dignidad, vivir con derechos” (El País, junio 2022).
El otro grave problema de la cumbres o conferencias mundiales es que sus resoluciones o declaraciones no son vinculantes y mucho menos obligatorias a los países miembros. Son simples llamados a misa, mientras la maquinaria de la muerte, avanza a través de los acuerdos comerciales y financieros.
De acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) dado a conocer en abril del presente año, mencionan que la humanidad nos encontramos al filo del “punto de no retorno”. El Panel Intergubernamental está constituido por cerca de 700 científicos y especialistas de 70 países.
Casi al final del En siglo XIX Carlos Marx escribió que "El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos".
Es por ello que se hace apremiante e imperioso detener este sistema económico, social y político, ecocida y para ello, se requiere una ciudadanía informada, organizada y movilizada en la defensa de sus derechos a un medio ambiente sano, antes de que sea demasiado tarde. Me despido con dos datos que nos debería llamar a la acción
El 10% más rico de la población mundial emite alrededor del 48% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y de ese segmento, el 1% de los más más ricos, produce casi el 17% de las emisiones totales en el mundo.
Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT)
En México, el uno por ciento de la población con los ingresos más altos, contamina 44 veces más que la mitad de la población que se encuentra entre la parte media y baja de la pirámide.
Reporte mundial sobre la desigualdad 202
¡Sin justicia ambiental, no habrá justicia social!